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HACIENDA

Colombia no repunta en materia de competitividad desde hace 10 años

miércoles, 17 de octubre de 2018

Es la quinta nación de Latinoamérica según el FEM

Sebastián Montes

De acuerdo con el último reporte de competitividad global del Foro Económico Mundial (FEM), Colombia se ubica en la casilla 60 entre 140 países de todo el mundo, cayendo tres posiciones frente al listado de 2017 y manteniendo la tendencia que ha manejado el país durante la última década en los diferentes listados de competitividad, ya que no hay grandes avances en el desempeño en los indicadores que evalúan estos informes.

El más reciente en dar su veredicto fue el FEM, que recién cambió su metodología de análisis este año. De acuerdo con los reportes de la entidad, 70% de la puntuación de cada país se calcula a partir de datos reales provenientes de organizaciones internacionales como la ONU, el Banco Mundial y la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), mientras que 30% restante proviene de la encuesta anual de opinión ejecutiva del organismo y se refiere a las opiniones y sentimientos de los líderes empresariales frente a cada economía.

La evaluación se dividió en 98 indicadores organizados en 12 pilares donde cada nación recibió una calificación de 0 a 100. De acuerdo al método actual, entre más alto sea este número, mayor es el grado de proximidad de una economía al estado ideal o la “frontera” de competitividad.

La presidenta del Consejo Privado de Competitividad, Rosario Córdoba, afirmó que la manera correcta de leer el ranking a la hora de analizar el estado de Colombia en materia de competitividad “no es tanto en el ranking sino en el puntaje”, pues permite saber “qué tan lejos está Colombia del mejor en cada campo”.

Aún con los cambios en la metodología, el desempeño del país no es bueno, pues al mirar los puntajes, se ve que Colombia muestra un atraso significativo en pilares como el de las instituciones políticas, que ha sido uno de los lastres de la competitividad del país en los más recientes listados; la aplicación de tecnologías de la información y la comunicación (TIC); y la capacidad de innovación, que contaron con calificaciones de 50, 47 y 36 puntos sobre 100.

Además de eso, si se mira el puesto del país en el ranking y no solo el puntaje obtenido, se ve que hay una posición frágil en infraestructura, a pesar de las inversiones en vías y aeropuertos; habilidades del capital humano, a pesar de los aumentos recientes del presupuesto de educación; mercado de productos y mercado laboral; y vuelven a aparecer malos desempeños en instituciones políticas y la adopción de TIC. En todos los rubros anteriores, Colombia se ubica en un rango de posiciones que oscila entre 80 y 90 del total de 140 naciones que mide el FEM.

Frente al apartado de instituciones políticas, en el que Colombia tiene la peor ubicación en el ranking al ocupar la posición 89, el analista internacional de la Universidad del Rosario, Mauricio Jaramillo, señaló que dicha ubicación “es comprensible dada la inestabilidad política del Gobierno frente a temas como el proceso de paz”. Además, mencionó que las reformas que se han hecho a la Constitución previamente, pese a que Colombia suele apegarse mucho a sus mandatos, han incidido de alguna manera en dicha calificación.

Aunque hay mucho por hacer en competitividad, el informe dice que Colombia sí tiene un buen desempeño en los pilares de salud y estabilidad macroeconómica, pues en ambos casos muestra calificaciones altas de 91 y 87 puntos respectivamente. A su vez, sus ubicaciones en el ranking global también son buenas, pues del total de naciones registradas, ocupan los puestos 35 y 56, respectivamente.

Ante este escenario, Córdoba aseguró que “en este momento, el país tiene que fijarse mucho más en los pilares que están lejos de la frontera de competitividad y tomar decisiones que permitan cambios fuertes en cada uno de esos aspectos”. A su vez, destacó que los campos de instituciones políticas, adopción de TIC y capacidad de innovación son, precisamente, en los que a Colombia “siempre la ha ido mal”.

Además, la experta subrayó que, hoy en día, el índice del FEM está teniendo en cuenta con más intensidad los determinantes de la productividad, que al final es el factor que importa para el crecimiento económico a largo plazo, y es justamente el elemento central de la evaluación.

Chile domina la región

Para el Foro Económico Mundial, las condiciones actuales de Chile lo convierten en el país líder en América Latina y el Caribe, al ubicarlo en la casilla 33 del listado con un puntaje promedio de 70,3. Le sigue México, que arrojó una calificación de 64,6 y se afianzó en la posición 46. Como dato curioso, son las únicas dos economías latinoamericanas que se posicionan entre el top 50 del mundo.

Las naciones que completan el top cinco latinoamericano son Uruguay en el puesto 53, Costa Rica en el 56 y Colombia en el 60.

La principal razón para que se presentara este fenómeno, a partir de la evaluación realizada por el FEM es la creciente fragilidad en la competitividad de la región, que se ve amenazada por una serie de factores tanto colectivos como individuales. En el primer caso, la presencia de la guerra comercial impulsada por Donald Trump sigue latente tras los recientes aumentos a los aranceles a China, que actualmente ascienden a US$250.000 millones.

Al mismo tiempo, la región en su conjunto se vio perjudicada por la oleada de elecciones presidenciales que se registraron en lo corrido del año y en los últimos meses del año pasado: Ecuador, Venezuela, México, Colombia, Paraguay y Brasil, que definirá a su nuevo mandatario el próximo 27 de octubre, enfrentaron periodos en los que la economía tuvo serios frenazos ante las grandes diferencias ideológicas entre los candidatos a jefe de Estado en cada uno de estos países.

LOS CONTRASTES

  • Rosario CórdobaPresidenta del Consejo de Competitividad

    “El FEM se dio cuenta que, con la crisis financiera, las economías debían ser fuertes en factores que determinaran la productividad”.

  • Mauricio JaramilloAnalista Internacional de la Universidad del Rosario

    “Siempre que hay cambios en las reglas de juego, estos pueden ser malinterpretados por quienes evalúan estas estadísticas”.

En cuanto a los escenarios particulares de cada nación, los casos de Venezuela y Argentina merecen un análisis diferente si se tiene en cuenta las crisis que han enfrentado desde hace algunos años y que alcanzaron puntos históricos a lo largo de 2018.

En el país que gobierna Nicolás Maduro, las repercusiones de la crisis económica y humanitaria llevaron a crear el bolívar soberano, un nuevo cono monetario que eliminó cinco ceros del bolívar fuerte para frenar su devaluación frente al dólar.

Sin embargo, el resultado final llevó a proyecciones de 10.000.000% en la inflación del país vecino para 2019 según el Fondo Monetario Internacional (FMI). Este escenario, unido a la corrupción del régimen chavista y unos índices de pobreza que llegan a 87%, han ubicado al país en la posición 127 del ranking de competitividad global. El único país de la región que cuenta con una ubicación más baja es Haití, nación 138 de 140.

Por su parte, la economía argentina también ha enfrentado uno de los peores temporales de su historia. Tanto así que el presidente Mauricio Macri se vio obligado a solicitar un préstamo de US$50.000 millones al FMI a comienzos de mayo. Dicha suma tuvo una ampliación de US$7.100 millones durante la Asamblea General de la ONU.

Saliendo de la perspectiva latinoamericana, entre los principales descubrimientos del nuevo ranking del FEM se cuenta que la economía global “no está preparada” para recibir la Cuarta Revolución Industrial, pues 103 de las 140 economías medidas en el índice de este año obtuvieron un puntaje de 50 o menos para la capacidad de innovación, lo que significa que para muchas de ellas, este aspecto es un obstáculo para la competitividad general.

De otro lado, el análisis mostró que las políticas inclusivas pueden favorecer el crecimiento de una nación al no encontrar conflictos entre la competitividad y las políticas redistributivas, las redes de seguridad y las inversiones en capital humano, como la recapacitación, así como una tributación más progresiva dirigida a abordar la desigualdad.

Estados Unidos se mantiene en el liderato

El país que gobierna Donald Trump sigue en el top en materia de competitividad global, pues mantuvo la primera casilla del año pasado en el listado del FEM. Asimismo, es la mejor nación del mundo en indicadores como mercado laboral, sistema financiero y dinamismo en los negocios. En cuanto a la estabilidad macroeconómica, se ubicó en la posición 34 pese a obtener un puntaje perfecto en dicho rubro. Las naciones que conforman el top cinco del reporte junto con EE.UU. son Singapur, Alemania, Suiza y Japón, que creció tres puestos frente a 2017. Las demás naciones conservaron sus posiciones.

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