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Solo la edificación de vivienda representa unos $35 billones (US$10.729 millones).
La construcción en Colombia crecería en 2019 impulsada por la vivienda de interés social, la edificación de hoteles y por una mayor inversión pública, pero la inseguridad jurídica derivada de las próximas elecciones de alcaldes podría afectar el sector, estimó el viernes el principal gremio de constructores.
La construcción fue el sector de la cuarta economía de América Latina que más creció en 2018 con una expansión de 4,2 % frente al año previo y en 2019 busca mantenerse como uno de los principales motores, pese a los retos que enfrenta.
La edificación destinada a vivienda y a otros usos, sin incluir las obras de infraestructura vial, crecería un 3,1 % este año, inferior al 3,9 % que marcó en 2018.
“Nuestro sector está en un proceso de recuperación, pero todavía no estamos hablando de una recuperación contundente”, dijo a Reuters Sandra Forero, presidenta de la Cámara Colombiana de la Construcción (CAMACOL).
“Las cifras del primer trimestre todavía no reflejan lo que está pasando con la economía, que es una economía que va en recuperación, lenta, pero que va en recuperación”, afirmó.
Según estimaciones del gremio, las inversiones en construcción residencial y otros tipos de edificaciones alcanzan unos $80 billones al año (US$24.523 millones), equivalentes a 9 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB).
Solo la edificación de vivienda representa unos $35 billones (US$10.729 millones).
La vivienda de interés social y prioritario, destinada a la población con menores ingresos, estaría dinamizada por los subsidios y las medidas que buscan favorecer la oferta que quedaron incorporadas en el Plan Nacional de Desarrollo aprobado el jueves por el Congreso.
El déficit actual total en Colombia es de 600.000 hogares que no poseen vivienda y unas 1,8 millones de familias con hacinamiento o con grandes falencias en las condiciones de habitabilidad.
Otros segmentos que aportarían positivamente a la construcción serían los de hoteles, bodegas y particularmente el sector institucional, como colegios, centros de salud y otras obras sociales, por la finalización de los períodos de gobierno de los alcaldes y gobernadores que concluyen sus mandatos a finales de diciembre.
No obstante, el cambio de mandatarios locales y regionales es el principal factor de incertidumbre para los empresarios, que podrían frenar inversiones por la inseguridad jurídica de las políticas con que llegue cada funcionario.
“La vulnerabilidad de las empresas, no solo de las medianas y las pequeñas, sino en general de la industria, es la inseguridad jurídica, que un proyecto se paralice o por una medida cautelar, o por una decisión administrativa de un alcalde, el costo financiero que implica para ese proyecto”, explicó Forero.
La ejecutiva resaltó que en materia de oficinas y de áreas para comercio no se espera un alto crecimiento, debido a las vacancias que persisten desde hace dos años debido al ciclo de desaceleración que sufrió la economía.
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El crecimiento fue superior al alza de septiembre (1,21%), con todos los sectores mostrando un comportamiento positivo en el mes