Un 87% de empleados busca teletrabajar, pero son pocas las empresas que lo permiten

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La última encuesta de Pulso Social del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) mostró una amplia brecha entre los deseos de los empleados de trabajar en casa y la realidad de las empresas que permite esta modalidad. Ante la pregunta de la entidad "¿en el siguiente mes quisiera continuar trabajando remotamente desde casa?", un total de 87,6% de encuestados de las 23 ciudades principales del país respondieron afirmativamente: de este grupo 82,2% fueron hombres y 90,5% mujeres. En contraparte, poco más de 12,4% rechazaron el trabajo remoto en el sondeo del Dane.

Pese a los deseos de los trabajadores cuestionados por la entidad, la realidad dista de estos números. Con la pregunta "durante la última semana, ¿trabajó remotamente desde su casa?" se determinó que solo 8,3% de los encuestados lograron desempeñar sus funciones desde casa: 7,2% fueron hombres y 9,1% mujeres. De esta manera, el total de trabajadores que no desempeñaron sus labores desde la virtualidad llegó a 91,7%.

Si se revisa el histórico del trabajo remoto, la cifra más alta fue alcanzada en septiembre de 2021, mes en que 11,5% de los encuestados laboraron en sus casas. Desde entonces, el porcentaje ha venido a la baja, sobre todo este año cuando las restricciones por el covid son casi nulas y el mundo está retornando a la normalidad que abandonó en 2020 por la llegada del virus.

Karla Escobar, abogada especialista en derecho laboral, y socia de Cáez Muñoz Mejía Abogados, considera que este fenómeno se debe a que las empresas ven un reto al momento de adaptarse e instaurar un modelo de trabajo remoto, pues son reacias a asumir costos de más. "También hay ocasiones en que se necesita que el trabajador esté presente y hay empleados que no pueden desempeñar funciones desde casa y los jefes se han dado cuenta de eso", dijo.

Es clave recordar que hay tres modalidades distintas para laborar desde el hogar: trabajo en casa, teletrabajo y trabajo remoto. La primera categoría fue protagonista en la pandemia, pues se trata de una modalidad excepcional que dura por tres meses y se puede prorrogar por otros noventa días: su implementación se da ante casos como la cuarentena por el covid-19 y cuya extensión mes tras mes por el Ministerio de Salud generó que las empresas permitieran también a su colaboradores desempeñar labores desde sus hogares. "El teletrabajo consiste en que la gente pueda trabajar desde su casa o el sitio que escoja de manera permanente o con base en la modalidad que se elija.Con el trabajo remoto nunca se va a la oficina y si se va es solo para temas de actualización de software", dijo Escobar.

Teniendo en cuenta esta diferenciación, y la situación de normalidad que vive el mundo, el teletrabajo es el paso siguiente al trabajo en casa que se dio durante los picos más agresivos de la pandemia. Iván Jaramillo, del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, aseguró que tanto trabajadores como empleadores tienen interés en potenciar los beneficios de las modalidades tanto híbridas como de teletrabajo 100%.

"El núcleo del trabajo en casa es que las personas pueden equilibrar la vida personal y familiar con sus labores. También se busca reducir los tiempos de traslado en ciudades como Bogotá, Cali y Barranquilla. Las áreas metropolitanas tienen muchos compromisos de tiempos de transporte que resultan improductivos", aseguró.

Los analistas añadieron que hay desinformación y mala comunicación sobre los costos de implementar el teletrabajo. Las organizaciones ignoran nuevas reglamentaciones expedidas por el Ministerio del Trabajo que permiten reducir los requisitos y barreras para otorgar a los ciudadanos oportunidades de estar en sus hogares desempeñando sus funciones.

"Hay una resolución que indica que para el teletrabajo no se necesita una habilitación previa por parte de la ARL, que era uno de los puntos que impedía su implementación y ratifica otros temas como no tener que incluir la decisión en el reglamento de trabajo", aseguró Escobar.

Adicionalmente, hay flexibilización en cuanto a los acuerdos entre empleadores y empleados, pues la empresa no está obligada a suministrar nada, siempre y cuando haya un consenso entre las partes.