De cada 10 jóvenes 'ninis', que ni estudian ni trabajan en Colombia, siete son mujeres

Una de las apuestas de este Gobierno será aumentar los cupos de educación superior, una medida que ayudaría a reducir las cifras de los 'ninis' en el país, pues Colombia es el segundo entre los miembros de la Ocde con la mayor tasa.

Las cifras más recientes del Dane evidencian que de los 11,35 millones de jóvenes entre 15 y 28 años que están en la población en edad de trabajar, 2,9 millones no estudian ni trabajan, es decir, 25,6% del total.

Las mujeres jóvenes tienen la mayor tasa en este segmento, con 16,9%. Esto quiere decir que casi siete de cada 10 'ninis' en Colombia son mujeres.

Juan Camilo Pardo, analista económico de Corficolombiana, explicó que esta prevalencia se debe a las labores en la economía del cuidado. "Sobre el tema de las mujeres, está relacionado con las labores del cuidado en el hogar y también los embarazos adolescentes. En ese caso, dado la cultura en la que vivimos, muchas veces ese tipo de labores recae en las mujeres, lo que les impide o acceder al sistema educativo o al mercado laboral".

En cuanto a las cifras generales, el experto dijo que para los jóvenes existen barreras de entrada al mercado laboral en el país, sobre todo por los requisitos de experiencia. "En la mayoría de los cargos que demanda el mercado se exige cierta experiencia, entonces eso se vuelve un círculo vicioso porque los recién graduados no la tienen, por lo que no pueden entrar a un trabajo".

Para David Cubides, director de investigaciones económicas de Alianza, también tiene que ver la incidencia de la pobreza, pues ello impide que algunos jóvenes se puedan vincular a una universidad o a un trabajo, especialmente en las zonas urbanas del país.

"Primero, está el tema de la pobreza. Luego de la pandemia Colombia registró niveles más elevados, con un retroceso en este frente. Y, por otro lado, temas en las zonas rurales de conflicto y fenómenos sociales que también afectan la inserción de los jóvenes al mercado laboral y a los procesos educativos", indicó Cubides.

Esta problemática, según Pardo, también se explicaría por las diferencias entre las cualificaciones que requieren las empresas y las que realmente aprenden los jóvenes en las universidades.

"El segundo tema tiene que ver con la transmisión del mercado educativo hacia el mercado laboral. Hay una gran brecha entre lo que se oferta y lo que se demanda. Por ejemplo, este tipo de contratos de aprendizaje y de prácticas académicas aún no tiene una profundización lo suficientemente importante como para que el en el mercado laboral sea significativo".