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Según el dane, 34,8% de las personas que sufre este déficit tampoco tiene ingresos suficientes para compensar esa falta de disponibilidad, lo que los hace vulnerables.
En Colombia, 50,9% de los hogares no cuenta con el tiempo suficiente para desarrollar las labores del hogar que son consideradas mínimas para tener bienestar, como por ejemplo cocinar sus propios alimentos o limpiar la casa, así como tampoco lo tienen para ejercer labores de cuidado, como lo es atender a los hijos o adultos mayores del núcleo familiar.
A esta conclusión llegó el Dane en el más reciente estudio publicado sobre pobreza de tiempo e ingresos, en la que se encontró además que, a nivel de personas, el déficit de tiempo afecta a 18,5% de la población en edad de trabajar.
No obstante, de acuerdo con la investigación publicada ayer pero trabajada con datos de 2017, estas dos cifras registraron una leve mejoría, pues en 2013, cuando se hizo la anterior medición, la pobreza de tiempo en el hogar era de 52,8% y en las personas, de 19%.
Sin embargo, la entidad estadística advierte que existe una correlación entre la pobreza de tiempo y la pobreza de ingresos o económica, pues una persona que no cuenta con el tiempo para realizar las labores mencionadas pero tampoco puede pagar para que alguien más lo haga, sufre un déficit, y eso significa que están por debajo del nivel de bienestar mínimo aceptado.
“Aunque es claro que puede haber gente rica que es ‘pobre de tiempo’, la situación es más difícil para los de bajos ingresos, porque no pueden comprar esos servicios. El cruce de esos dos factores hace que la situación sea crítica porque trabajan mucho pero no logran cubrir todas sus necesidades”, explicó Carlos Sepúlveda, decano de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario.
De hecho, según el documento de la entidad estadística, los hogares con déficits de tiempo tienen menores ingresos de los que tendrían si tuvieran tiempo y, a su vez, estas familias enfrentan una línea de pobreza más alta que las personas que tienen más tiempo disponible.
La razón, básicamente, es que tienen que gastar en esos servicios y prescindir de otros productos para cubrir la diferencia. Por otro lado, la investigación indica que aunque existen diferencias por edades, pues las personas mayores de 60 años son de las que menos sufren de pobreza de tiempo y las personas de entre 30 y 45 años son los que más lo padecen, las pautas fundamentales se evidencian en la población ocupada.
En este marco, las mujeres que trabajan registran un índice de pobreza de tiempo de 54,5%, mientras que esa cifra para los hombres es de 33,8%. Esto, como consecuencia de que el género femenino continúa teniendo mayor participación en las labores domésticas.
Así, la falta de tiempo afecta más a las mujeres, dado que ellas, en promedio, presentan un déficit de 20,4 horas semanales, frente a una estimación negativa de 15,4 horas para los hombres.
Frente a esto, los investigadores del Dane señalaron que al tener en cuenta los requerimientos de trabajo doméstico y de cuidados, se puede “visibilizar la situación más vulnerable de los hogares con mayor número de dependientes y pone en relación directa la situación de pobreza con la falta de acceso a servicios de cuidado público gratuito”. Y agregaron que no hacerlo, permite que existen desigualdades ‘intra-hogar’ que permanecen ocultas bajo la óptica de la pobreza económica.
Guillermo Herrera, presidente de Camacol, aseguró que el problema radica en una falta de planeación financiera por parte del Gobierno
Un informe del Dane asegura que entre enero y octubre hubo 371.777 nacimientos, 14,4% menos que en el mismo periodo de 2023
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