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Caldas, Cauca, y Nariño son los que tienen más municipios con alerta roja; Cundinamarca concentra las zonas con alerta amarilla
La Niña y sus estragos no han dejado a nadie inadvertido, las afectaciones se han visto en el incremento de tiempos en la movilidad, el encarecimiento de algunos productos de la canasta familiar, y, por su puesto, en el daño a infraestructura por deslizamientos como el que ocurrió en La Calera.
A la fecha, según reporta el Ideam, hay más de 500 zonas del país en riesgo, de las cuales son los departamentos de Cundinamarca, Boyacá y Antioquia los que presentan más casos, con 245 entre los tres, estos se dividen en amenaza baja, moderada y alta; y solo en lo que tiene que ver con alerta roja, la mayoría está en Caldas, Cauca y Nariño.
En el caso de Cundinamarca, por ejemplo, se encuentran en alerta roja tres zonas: Guaduas, Tibirita y Yacopí. En naranja 15 zonas, entre esas: Bogotá, Cogua, Fúquene, La Palma, Pacho, Tibacuy y Zipaquirá; y en alerta amarilla 76 zonas, destacan: Agua de Dios, Anapoima, Arbeláez, Bojacá, Cabrera, Cachipay, Pasca, Soacha y Subachoque. Para un total de 94 municipios en riesgo.
Pero ¿qué hace al país y a estas zonas tan propensas a las lluvias? Emel Vega, ingeniero hidrometeorólogo, explica que es la ubicación geográfica del país la que influye en temporadas como La Niña.
“Estamos en una zona clave del continente y esto hace que la zona de confluencia intertropical, que es el primer productor de precipitaciones en el país, interactúe con el sistema montañoso y genere múltiples lluvias sobre el territorio”, dice Vega.
“Tenemos años con excesos de precipitaciones. Las comunidades deben determinar las zonas que representan riesgos, identificar sus ríos y por dónde se desbordan y tomar medida preventivas”.
Antioquia tiene, por su cuenta, 78 las zonas con riesgo de deslizamientos, tres en alerta roja, siete en alerta naranja y 68 en amarilla. En esta última aparecen los municipios de Abejorral, Amagá, Caldas, Caicedo, Jericó, Salgar, Santa Fe de Antioquia, Belmira, Briceño, Urrao, Concordia Y Medellín, entre otros.
Para responder a esta contingencia, las regiones y, en general, el Gobierno, han declarado estado de emergencia y desastre natural, lo que les permite, con el aval legal, acceder a fondos especiales y destinarlos a atender las poblaciones afectadas y otros daños colaterales. Por ahora, se destinaron $2,1 billones, según confirmó el mes pasado el presidente Gustavo Petro. No obstante, según indica Everardo Murillo, consultor internacional de gestión de riesgo, los fondos podrían quedarse cortos.
“Las líneas de intervención actuales son adecuadas para atender los daños de manera temporal, a corto plazo, pero cuando pase la emergencia y se haga el censo de los daños los recursos van a ser escasos”, dice.
Boyacá, por ahora, es el tercer departamento con más zonas en riesgo, 73, de las cuales dos están en alerta roja: Otanche y Pauna; 15 en naranja, aquí destacan Iza, Ráquira y Tunja; y 56 en amarilla, entre esas La Uvita, Almeida y Paz De Río.
La recomendación desde el Ideam y que confirma Vega, es identificar las zonas de riesgo, así como los ríos y su cauce, para tomar medidas preventivas adecuadas y a tiempo, en especial en zonas como Caldas, Cauca, y Nariño que son los departamentos con más municipios en alerta roja.
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