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Desde que asumió el cargo de Viceministra de Turismo en septiembre de 2013, Sandra Howard Taylor sabía que su papel sería protagónico en el trabajo del desarrollo en las zonas que por años han sido azotadas por el conflicto armado interno y que cuentan con un gran potencial turístico.
Nacida en Providencia, es comunicadora social y periodista de la Universidad Externado de Colombia, con especialización en Gerencia de Gestión Cultural, que tras trabajar en distintos medios de comunicación, gerenció el Fondo Mixto de Cultura de San Andrés, fue Secretaria de Educación del departamento, y hasta su designación en el Viceministerio se desempeñó como Gerente de Caracol Radio en el Archipiélago.
Tras cuatro años y seis meses de labores, y a puertas de la edición 37 de la Vitrina Turística Anato, que se realizará en Corferias, Bogotá, entre el 21 al 23 de febrero, Sandra Howard hace un balance de su gestión y los resultados de las distintas iniciativas que se han desarrollado desde el Viceministerio de Turismo en distintas regiones del país.
¿Preparados para una nueva edición de Anato?
Es la feria más importante en Colombia para el sector turismo, pero creo que ya está siendo una de las más importantes de América Latina, porque estábamos muy cerca a la que se realiza en Argentina, pero quienes han asistido a ella, dicen que Anato la viene superando, tanto en contenido como asistencia y organización.
¿Cuál ha sido la clave?
Anato se ha cuidado y siempre busca ser una feria profesional. A veces el público general pregunta por qué no la abrimos y permitimos el acceso a más personas, pero creo que una de las claves del éxito en Anato es que es para hacer contactos entre mayoristas y hacer negocios.
¿Cada vez con una mayor participación de expositores?
Cada vez hay más interesados en participar en Anato. Antes, el seleccionar el país y el departamento invitado era un poco más de ir a preguntarles si querían ser nuestros invitados especiales, hoy en día se ofrecen, lo que demuestra la importancia que para ellos tiene la feria.
¿Cómo buscar el aumento de turistas extranjeros cuando Estados Unidos le informa a sus ciudadanos del cuidado que deben tener al visitar ciertas zonas del país?
Es normal, sucede todos los años con Estados Unidos y sus advertencias de viaje, que las hacen a muchos países. Lo que hizo Estados Unidos es cambiar la metodología con la cual realizaba estas advertencias, que ahora son unas asesorías o recomendaciones.
Anteriormente tenía una lista de países a través de las cuales les hacía la advertencia a sus ciudadanos de recomendar no ir o hacerlo con precaución, donde Colombia estaba en esa lista. Ahora, hace una recomendación general, para todos los países y hablan de lo que pueden encontrar en cada una de sus regiones.
En esta nueva metodología, hace una clasificación de 1 a 4, siendo uno para los que no revisten mayor preocupación y cuatro donde están las alertas máximas. Colombia está en el número dos, por lo que pasamos de estar en una lista de países donde no se recomendaba viajar a estar en el segundo nivel, es un logro muy grande.
Lo que siempre hacen, es informar de los riesgos que se pueden encontrar, donde dicen que en ciertas áreas del país pueden viajar con ciertas precauciones adicionales. Pero en términos generales Colombia quedó en el mismo nivel que los principales destinos de turismo en el mundo.
Zonas de conflicto
¿Cómo ha sido la labor de desarrollar el turismo en zonas que eran territorio del conflicto?
Ha sido un trabajo de filigrana, muy artesanal y de mucha paciencia, puntual y muy diferente en cada zona, porque los contextos son diferentes entre sí, tanto el cultural, político y ambiental varía.
Es algo que como sector entendimos que iba a suceder hace unos cuatro años, escuchando el llamado que nos hicieron en cuatro regiones del país, con quienes empezamos a trabajar los cuatro proyectos pilotos de turismo, paz y convivencia. Fueron ellos quienes nos dijeron que querían empezar a explorar el turismo en sus regiones, para lograr un cambio en la vocación económica hacia la legitimidad, para no seguir desplazándose hacia las urbes.
Empezamos con La Macarena (Meta), Putumayo, Sierra Nevada de Santa Marta y el Urabá, donde desarrollamos un modelo de co-creación de la gestión turística, para empezar a trabajar la reconstrucción de tejido social, identificación de emprendimientos, fortalecimiento de los productos turísticos, inventario de lo cultural y ambiental de la región para ver cómo poder incorporarlo y generar atractivos turísticos.
Hoy en día son pequeños empresarios que han empezado un compartir de buenas prácticas y experiencias a otras regiones de potencial turismo real.
¿Cómo va el desarrollo de ese programa?
De las cuatro iniciales, se ampliaron a seis, porque dividimos al Putumayo en dos y al Urabá en el antioqueño y chocoano. A estas, se unen Caquetá, Cauca, Vichada, Montes de María y Palenque, en Bolívar, donde uno de los retos es acortar el tiempo de aprendizaje con lo que hemos logrado con las zonas piloto gracias a la cooperación que se presenta entre ellos.
¿Qué han encontrado en estas zonas del país?
Nos hemos encontrado zonas que estuvieron inmersas en medio del conflicto y que desconocían por completo el concepto del ocio, que es vital en el tema del turismo, que en síntesis es el aprovechamiento del tiempo libre, pero no lo entendían y desde esa base hemos empezado estos desarrollos.
¿Cuáles han sido los resultados en estas zonas?
Hemos visto la transformación en zonas como el Putumayo, muy lindo por quienes lideran allí estos procesos, pero también la respuesta de sus comunidades, porque antes esta parte del país no hacía parte de la cadena del turismo, pero con el fortalecimiento del tejido social, la vinculación al turismo ha sido exitosa y hoy en día tienen productos culturales y naturales, donde los turistas se encuentran con toda una experiencia.
Allí se ha demostrado que se puede ofrecer una muy buena experiencia turística, sin comprometer sus raíces, la diversidad o los valores culturales. Estas experiencias las mostraremos de manera amplia en Anato.
¿Qué tan difícil es lograr que los colombianos hagan turismo en antiguas zonas de conflicto?
A veces para el extranjero es más fácil, porque no conoció todas las historias violentas que se entretejían en lugares que ahora estamos buscando presentar como turísticos, así que es más fácil para ellos llegar allí.
Hay que hacer un trabajo con los turistas colombianos, pero también con los medios de comunicación, para hacerles entender que si bien por décadas nos movieron las noticias negativas, hoy tenemos muchas historias de transformación para contar, muchas noticias positivas que valen la pena exaltar.
¿Ampliar el mapa de turismo en Colombia?
Las cifras de desplazamiento de turistas nacionales por Colombia nos demuestran que esos conceptos están cambiando y que los colombianos están visitando esos destinos que quedan en antiguas zonas de conflicto.
Los destinos fuertes lo seguirán siendo, pero encontramos que la gente que va a Cartagena ha empezado a explorar otros lugares del Bolívar o del Caribe colombiano, lo cual es un gran avance, y el mapa del turismo en Colombia se ha ido ampliando.
¿Cuál es ahora la prioridad del Viceministerio de Turismo?
En su plan de los últimos años, el Ministerio priorizó los planes de alto valor, que no quiere decir que no sean bienvenidos los mochileros o los turistas de sol y playa, pero nuestra prioridad se enfocan en los productos que aportan más a la economía del país, ayudan cuidar los destinos y generan mayor transformación social.
De ahí, el aumento del turismo de negocios que con los eventos que se están realizando en el país, ponen a Colombia en el calendario internacional.
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