MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
El año 2013 ha representado una paradoja para el sector cafetero colombiano. De una parte, la producción ha repuntado finalmente a la franja de 10-11 millones de sacos, después de cuatro años de estancamiento en niveles cercanos a los 8-9 millones.
Debido a ello, la carencia de granos de exportación se postulaba como la fuente principal de la crisis y el descontento cafetero del período 2009-2012. Pero, de otra parte, ese mayor volumen de producción de 2013 no se ha manifestado en un incremento significativo en la capacidad de compra de las familias cafeteras colombianas.
El alivio en la tasa de cambio, devaluándose a ritmos promedio del 4% nominal durante 2013, se ha visto mermado por un desplome de los precios internacionales, donde los suaves colombianos pasaron de un promedio de US$2/libra en 2012 a uno que bordea US$1.5/libra en 2013. Así, el precio interno de la carga pasó de pagarse en promedio de $660.000 en 2012 a tan sólo $480.000 en 2013, representando una caída del 14% en los ingresos cafeteros de cerca de 560.000 caficultores que viven de ellos.
Para el año 2014, se presagia que esta crisis cafetera entrará en su sexto año y su solución socioeconómica e institucional luce más complicada que nunca, en pleno año electoral. Además, el desgaste político e institucional es evidente, pues el Ejecutivo se vio desbordado por las protestas de febrero y nuevamente de agosto, culminando en un Paro Nacional Agrario “que casi todos los colombianos presenciamos”.
El gobierno es consciente de esta delicada situación y, para ello, conformó una Comisión para el Estudio de la Política y la Institucionalidad Cafetera. La idea es establecer, a partir de dichas recomendaciones, una hoja de ruta para el sector cafetero para el período 2014-2020, tal como ocurrió durante la crisis generada por el fin del Pacto de Cuotas en 1990-1993 (ver Clavijo et al., 1994, “El Negocio Cafetero ante el Mercado Libre”; y Silva et al., 2002, “El Libro Verde”).
Colombia ha seguido perdiendo posicionamiento en el mercado mundial cafetero, ocupando ahora el cuarto puesto (7% de la producción mundial), muy por debajo de Brasil (37%) y Vietnam (16%), e igual que Indonesia (7%). También ha continuado declinando el valor agregado aportado por el sector cafetero, pasando del 2% al 0.5% del PIB durante las dos últimas décadas.
Pero, como decíamos, el problema más grave es la baja rentabilidad cafetera y su propia sostenibilidad socioeconómica. De allí que las protestas cafeteras se hayan agudizado. Aun si la cosecha de 2014 se recuperara hacia los 12 millones de sacos, el drama continuaría, debido a esa baja rentabilidad. Por ejemplo, la carga se ha venido pagando recientemente a $380.000 frente a los $650.000 que se estiman necesarios para producirla. Así, el ingreso de los caficultores ha pasado de $5.3 billones (0.8% del PIB) en 2010/2011 a $3.4 billones (0.5% del PIB) en 2012/2013.
En esta nota analizaremos el panorama cafetero en 2012-2013, tanto en el mercado internacional como en el local. También, retomaremos algunas de las recomendaciones que Anif ha venido sugiriendo para modernizar la caficultura colombiana y sacarla adelante. Varias de ellas han sido ratificadas recientemente por la Comisión Cafetera, al señalar que la baja productividad hace insostenible la situación actual de la caficultura en el país. Igualmente, muestran que el negocio cafetero no puede seguir siendo mantenido por el fisco nacional, ahora comprometiendo cerca de $1 billón, según negociaciones recientes, incluyendo allí los subsidios del PIC.
Mercado mundial de café
Durante el año cafetero 2012/2013, la producción mundial de café bordeó los 152 millones de sacos, elevándose un 5% anual. La producción de Brasil alcanzó 56,1 millones de sacos, incrementándose un 14% por estar en la parte alta de su ciclo bienal. La producción de Vietnam, en cambio, cayó un -4% a 25 millones de sacos, debido a los menores rendimientos. La producción de Indonesia llegó a 10,5 millones de sacos, repuntando un 27%, gracias a la normalización del clima. Entre tanto, la producción de Colombia bordeó los 10 millones de sacos, gracias a las mejores condiciones climáticas y al proceso de renovación cafetera.
Por su parte, el consumo mundial de café alcanzó 141 millones de sacos en 2012/2013, descendiendo un -1% anual. La demanda de los países productores/exportadores se contrajo un -4% a 42 millones de sacos, al haberse corregido el aumento del 9% de 2011/2012. En cambio, la demanda de los países importadores permaneció estable, bordeando los 98,5 millones de sacos. Así las cosas, el consumo per cápita en los principales países no se alteró en 2012/2013: Brasil siguió con 6kg/año, Estados Unidos con 4kg/año y Colombia con 2kg/año, ratificando el fracaso del país en promover el consumo interno.
Dado este balance entre oferta y demanda mundial, los inventarios continuaron recomponiéndose. Éstos superaron ligeramente los 30 millones de sacos en 2012/2013, con lo cual los precios internacionales dejaron de tener soporte y se vinieron a la baja en ese período.
Por ejemplo, los suaves colombianos pasaron de US$1.8/libra en octubre de 2012 a US$1.4/libra en sep-tiembre de 2013. Los otros suaves bajaron de US$1.7/libra a US$1.3/libra en ese mismo período. Igual-mente, los suaves brasileros descendieron de US$1.6/libra a US$1.1/libra. Y, nuevamente, los robustas fueron los que menos cayeron, pasando de US$1.0/libra a US$0.9/libra.
Para el año 2013/2014, la producción mundial de café bordearía los 149 millones de sacos, cayendo un -2% anual, debido a que: i) Brasil entraría en la parte baja de su ciclo bienal, reduciendo su producción un -4% a 54 millones de sacos; ii) Vietnam mantendría su producción en 25 millones de sacos, no pudiendo elevarla por problemas climáticos; iii) Indonesia reduciría su producción un -12% a 9.2 millones de sacos, debido a condiciones climáticas extremas; y iv) Colombia seguiría recuperándose, logrando 12 millones de sacos.
Por su parte, el consumo mundial aumentaría un 1%-1.5% a cerca de 143 millones de sacos. Allí, la demanda de los países productores/exportadores estaría repuntando un 3% a 43 millones de sacos, mientras que la de los países importadores sólo lo haría en un 1% a 100 millones de sacos.
De esta manera, se espera que los inventarios mundiales sigan re-componiéndose en 2014 y que los precios internacionales continúen a la baja. Sin embargo, estos últimos podrían encontrar algo de soporte en la menor producción esperada para Centroamérica (16.5 millones de sacos vs. 19.2 millones de sacos de 2011/12), debido al fuerte rebrote de roya. En efecto, los suaves se estabilizarían probablemente entre US$1-1.2/libra, mientras que los robustas estarían en US$0.7-0.9/libra.
Situación cafetera de Colombia
Como ya lo comentamos, la producción nacional de café se recuperó a lo largo de 2013. Ésta bordeó los 10 millones de sacos en 2012/2013 y todo apunta a que será de 10.5-11 millones de sacos en 2013 (como un todo) frente a los 8-9 millones de los años 2009-2012. Allí el proceso de renovación cafetera y la normalización de las condiciones climáticas han resultado clave.
Sin embargo, ya hemos comentado la paradoja de buenas cosechas locales frente a malos precios internacionales, generándose una grave crisis de rentabilidad. Así, el precio interno de la carga ha sido recientemente de sólo $380.000 (o $545.000 al incluir el subsidio del PIC) frente a los $650.000 que se re-quieren para producirla. Por ello, el ingreso de los caficultores ha caído de $5.3 billones (0.8% del PIB) en 2010/2011 a $3.4 billones (0.5% del PIB) en 2012/2013.
Más allá de los alivios temporales del PIC, ¿qué políticas se deben implementar para lograr una verdadera reingeniería de la caficultura colombiana?
Anif ha venido señalando que el país requiere repensar la actual institucionalidad cafetera, inclinándose más por un modelo de libre mercado. Para ello, se deben separar las tareas de regulación y producción, como se hizo en su momento en el sector petrolero separando a Ecopetrol de la ANH. También, creemos que el mercado debe ser el que decida si es o no negocio mezclar y producir. Entre tanto, creemos que acelerar el desarrollo de los cafés con valor agregado (especiales, procesados, etc.) es la mejor alter-nativa para capitalizar al sector y volverlo nuevamente rentable.
Ahora que la Comisión Cafetera del gobierno ha entrado al debate, sumándose a Anif y al Banco de la República (Cano et al. 2012), cabe preguntarse ¿hacia dónde apuntan las primeras conclusiones de dicha Comisión?
Avances de la Comisión Cafetera
Las primeras conclusiones de dicha Comisión apuntan a que la caficultura colombiana presenta tres problemas fundamentales: i) una baja productividad; ii) una crisis regional e institucional; y iii) una alta dependencia de los caficultores respecto de los subsidios del Estado.
En efecto, la función de producción cafetera revela que su productividad se vino a pique, pasando de 16-18 sacos/hectárea en 2005-2008 a12-13 sacos/hectárea en 2009-2012. Ello explica el colapso de la producción, llegando a 8-9 millones de sacos en ese período frente a los 12-14 millones de sacos históricos.
En cambio, Brasil continuó tecnificándose y llevó su productividad de 13-18 sacos/hectárea en 2003/2004 a 24-25 sacos/hectárea en 2012/2013. De esta manera, el diferencial con la productividad de Colombia se amplió del 10%-25% a favor de Brasil en 2006-2008 (período con la mayor productividad en Colombia) al 63% en 2013. También, se elevó al 74%, si se compara con regiones brasileras productoras prácticamente sólo de arábicas, como Mina Gerais.
Ahora bien, el problema con estas comparaciones es que dejan de lado importantes factores estructurales: uno es cultivo de ladera no tecnificable (Colombia) y el otro, del Cerrado-Brasilero-llano, es altamente tecnificado. El uno tiene dos cosechas y debe estar en guardia frente a problemas fitosanitarios recurrentes, mientras que en Brasil la temporada fría elimina esos riesgos.
Pero independientemente de ello, esas diferentes circunstancias se traducen, en el caso colombiano, en elevados costos, baja productividad e insostenibilidad financiera. El fisco colombiano se vio presionado a postergar el desmonte del 4x1.000 hasta el año 2015, con el fin de obtener $3 de los $5.2 billones (0,7% del PIB) presupuestados para el agro en 2014. De ellos, el fisco aportaría $1 billón en subsidios cafeteros-PIC durante 2014.
Conclusiones
Hemos visto que la caficultura colombiana enfrenta una profunda crisis de rentabilidad e institucionalidad. Pese a la recuperación de la producción en 2012/2013, bordeando los 10 millones de sacos frente a los 8-9 millones de 2009-2012, el desplome de los precios internacionales ha sido de tal magnitud que el precio interno de la carga ha caído inclusive a niveles por debajo de los $400.000 frente a los $650.000 necesarios para producirla. En efecto, el ingreso de los caficultores ha pasado de $5,3 billones (0.8% del PIB) en 2010/2011 a $3,4 billones (0.5% del PIB) en 2012/2013.
Vimos que también existe un problema de baja productividad. Solucionarlo requerirá trabajar tanto en el frente laboral como en el institucional. A buena hora la Comisión Cafetera se ha focalizado en estas problemáticas. Anif reitera la necesidad de: i) liberar el mercado cafetero, superando las limitaciones de la actual institucionalidad, la cual tiene poca credibilidad y baja representatividad; ii) lo anterior implica permitir el cultivo de cafés robustas, frente a la evidente sustitución de mezclas que se ha venido dando en las últimas décadas a nivel global; y iii) se debe ahondar en el esquema de impulso a los cafés con valor agregado, donde afortunadamente luce como si Juan Valdez finalmente se hubiera preparado para la inminente llegada de Starbucks.
El gobernador de Antioquia se refirió a la descentralización fiscal, la reforma a la salud y las razones por las que impulsa impuestos para la seguridad local
A finales de octubre Ecopetrol suspendió las labores de exploración, por no contar con el requisito ambiental, pese a que aún no se perfora