MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Alejandro Vera, vicepresidente Técnico de Asobancaria y columnista de LR, hizo el lanzamiento del libro ‘La tragedia de los comunes’ con un compilado de tres años de opiniones
En el marco del lanzamiento del libro ‘La tragedia de los comunes y otras reflexiones’ de Alejandro Vera, vicepresidente técnico de Asobancaria, el analista económico compartió los ejes de su obra y las impresiones de la coyuntura actual de la sociedad colombiana en el ámbito económico. El libro es una compilación de las columnas semanales del economista durante los últimos tres años, donde se registran sus reflexiones de la economía y sus puntos de vista más acertados sobre el rumbo de esta materia en el país.
¿Cómo es la labor tras las columnas?
Es una labor compleja. Hay que estar haciendo seguimiento permanentemente, leer muchas fuentes nacionales e internacionales, lo que opinan los bancos de inversión y el Gobierno. A partir de ahí empiezan a surgir temáticas y reflexiones sobre cosas que podrían ir mejor, que van bien o que van mal. Una vez surge la temática hay que revisar qué se ha escrito al respecto para poder tener un background y que la columna hile una idea con un valor agregado para las personas que leen.
¿Cómo decirle a los lectores que en las columnas hay algo de objetividad?
Las formaciones pueden llegar a sesgar la forma de aproximación, pero creo que es importante ser militante de las cifras, que no mienten, dicen si vamos bien o si vamos mal y creo que la caja de herramientas que dan en la universidad sirve para interpretar esas cifras y cómo pueden llevar a corroborar hipótesis.
Hay una polarización, ¿usted cae en eso?
Yo siento que la polarización es, a veces, un diálogo de sordos, creo que ese es el problema en diferentes temas. En la labor gremial en diferentes reuniones lo que se ve es que está ese tema de no escuchar al otro, porque piensa completamente diferente o por sesgo ideológico. Lo que yo he aprendido en este año y dos meses que lleva el presidente Petro es que tenemos que escucharnos, yo siento que el Gobierno escucha, atiende a los números y a las problemáticas si se le explican. El ministro Bonilla es una persona que escucha y atiende los argumentos. Creo que esa es la forma de avanzar en reducir esa polarización.
¿A la macroeconomía le falta especialización financiera?
Durante un tiempo la formación de las universidades era muy macroeconómica, con las grandes variables. Como en Colombia lo empezamos a resolver, nos pasamos a la microeconomía, a resolver los problemas de los mercados, y se nos olvidó que la macroeconomía también tenía especializaciones, y la realidad ha vuelto a poner la macroeconomía en un nivel importante.
¿Hay un divorcio entre el buen prestigio del manejo económico y la realidad?
Vamos en una secuencia. Nos volvimos buenos macroeconomistas, pero nos falta el tema de política pública, sobre todo regional, que lo hemos dejado un poco atrás. Y a los economistas nos falta un poco más de diálogo con el mundo político, porque estos tienen otros incentivos.
Ese diálogo que hace falta es el que impide que esos grandes diagnósticos macroeconómicos se puedan ejecutar, se hacen grandes diagnósticos que en la realidad política tienen que pasar por el Congreso, tienen que ir a las regiones y tienen que debatirse. Los incentivos se quedan, las reformas no pasan, se hacen muchas modificaciones que hacen que no se reduzca la desigualdad. Son varias cosas.
¿Y hay un divorcio entre los estudios de las escuelas y la sociedad?
Somos un país que siempre ha sido pro-descentralización, pero esta no llega a todos los territorios, y creemos que eso es del gasto, pero nos hace falta la descentralización del capital humano, de cómo generar proyectos; hace falta descentralizar el capital humano y dar los incentivos para que las personas quieran ir allá y generar proyectos y desarrollo. Hay que avanzar en la definición de lo que vamos a hacer y, a partir de ahí, usar la plata que se envía del centro para hacer las cosas que se requieren.
¿Cómo ve el cierre de año?
Es el cierre de un ciclo; venimos de unos años atípicos para la economía colombiana, que crece en promedio 3%, pero tuvimos una caída de 7% en 2020, luego +10,6% en 2021 y ahora cerramos con un crecimiento cercano a 1%- 1,5%. Si se promedian los últimos cuatro años da 3%.
Es 2024 en el que debemos empezar a pensar, porque es el inicio de un nuevo ciclo y es donde hay que pensar cuánto vamos a crecer, porque tenemos que avanzar. Hay que ponernos como meta ambiciosa crecer no a 2%, sino a 4%- 4,5%.
El Gobierno debe hacer un esfuerzo contracíclico para fortalecer la vivienda y la infraestructura, yo lo mencioné en marzo.
¿Y en otros indicadores?
Estamos esperando que la inflación cierre en 9,4% y que el año entrante logremos bajar a 5,4% - 5,6%, lo que ya empieza a dar espacio para bajar la tasa de interés.
La economía ha asumido bien el alza de la gasolina y eso es fiscalmente muy responsable, y el Gobierno lo ha asumido con el costo político, esto tiene unos efectos directos inflacionarios pequeños. Si el fenómeno de El Niño es intenso puede haber una inflación que cierre sobre 10%.
En cuanto al dólar nosotros estamos esperando un cierre de $4.200 probablemente.
Economista y magíster en Economía de la Universidad de los Andes, con estudios complementarios en finanzas. Posee un Master en Administración y Políticas Públicas de la London School of Economics, LSE, que obtuvo gracias a una beca otorgada por Colfuturo. A nivel profesional inició su carrera como asistente de la oficina de asesores del Consejo Superior de Política Fiscal, Confis, del Ministerio de Hacienda, entre otros cargos, también fue miembro de Juntas Directivas y docente. Actualmente, es vicepresidente técnico de la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia, Asobancaria.
El banco revisó sus previsiones luego de la presentación de resultados de la estatal. Advierten por deterioro de Gobierno corporativo
El mandatario señaló a los jefes de Estado de Brasil, México, Chile y Bolivia que “el camino sigue”, y recalcó que el proyecto es “la unidad latinoamericana”
La inversión busca conservar 172.499 hectáreas, mientras 5.000 hectáreas en restauración de ecosistemas de alta montaña