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La brecha entre los ingresos y los gastos que se esperaba para 2020 era de 2,2% del PIB, pero por la crisis, la nueva proyección del Minhacienda para este año es de 4,7%
El déficit en las cuentas del Estado de este año será el más grande desde la puesta en marcha de la regla fiscal en 2012, según las proyecciones del mismo Ministerio de Hacienda y los principales centros de estudios económicos del país.
El responsable de la cartera, Alberto Carrasquilla, dijo que los costos asociados a la atención del Covid-19, así como el menor recaudo que se prevé por la paralización de la facturación en medio de la cuarentena, provocarán que la cifra de déficit fiscal sea de, por lo menos, 4,7% al cierre de 2020.
“Por cada 1% que cae la actividad económica, se cae 1,5% el recaudo de impuestos. Entonces se verá una caída de $10 billones sobre la base de $158 billones que estaban contemplados en el plan financiero de enero. Esa diferencia de $10 billones se sumaría al incremento del gasto para producir un efecto que, en el mejor de los gastos, podría ser de 2,5 puntos del PIB en términos de déficit fiscal”, explicó ayer Carrasquilla durante una sesión en la Comisión Cuarta del Senado.
Así las cosas, y teniendo en cuenta que la previsión antes de la pandemia era de un faltante de 2,2% del PIB, más la presión adicional de la crisis, la cifra bordearía 5%, el dato más alto desde que se creó la regla fiscal.
Lo anterior, se sustenta en que las ayudas humanitarias, así como la atención en salud para mitigar la propagación del Covid-19 están presupuestadas en $15 billones, pero además, el Gobierno ha incluido dentro de sus cuentas $33 billones de posible gasto correspondiente a las garantías para respaldar los préstamos a las empresas y personas naturales que se están ofreciendo durante la emergencia. Esto consiste en que, si los deudores no pueden llegar a pagar, el Estado tendrá que respaldarlo en hasta 90% de la obligación, dependiendo el caso.
Cabe recordar que la Ley 1473 de 2011, en la que se creó la regla fiscal, empezó a regir en 2012, y el año en el que la brecha entre los ingresos y los gastos del país fueron más grandes fue en 2016, cuando el déficit alcanzó 4% del PIB.
No obstante, pese a que la previsión del Ministerio de Hacienda ya es alarmante y muestra la magnitud del impacto que está sufriendo la economía por la crisis, en lo que se incluye la caída de los precios del petróleo, los cálculos de Anif, Corficolombiana y Fedesarrollo son aún más pesimistas.
Por un lado, Corficolombiana prevé que el faltante para 2020 aumentará desde la meta original de 2,2% del PIB a un rango entre 4,2% y 5,1% del PIB, el cual incluiría un gasto contracíclico de entre $15 billones y $20 billones. Por su parte, el déficit permitido en 2021 aumentaría a un rango de entre 2,9% y 3,9% del PIB, partiendo de 1,8% que proyectaba el marco fiscal de mediano plazo.
Anif estima que, como se espera que los ingresos tributarios ya no sean de 13,9% del PIB sino de entre 13% y 13,5%, el déficit llegue a 5% del PIB.
Además, Fedesarrollo calcula que el déficit estará en un rango entre 4,7% a 5,7% del PIB. “La meta era 2,2% del PIB, así que el déficit se ampliaría entre $25 billones y $35 billones. Pero no todo es causado por el gasto adicional, sino que una parte del déficit ocurre por la caída en los ingresos”, explicó Luis Fernando Mejía, director del centro de investigaciones económicas.
Las sesiones extras están convocadas hasta el 20 de diciembre, en caso de no aprobarse, retomaría su debate en febrero de 2025
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