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El recién posesionado presidente del Grupo Bicentenario, Germán Ávila, explicó los ejes que busca el conglomerado de $183 billones
Hace menos de un mes, el Ministerio de Hacienda y Crédito Público confirmó a Germán Ávila Plazas como el primer presidente del nuevo conglomerado financiero del Estado, el Grupo Bicentenario.
La sociedad reúne a las 13 entidades financieras dependientes del Gobierno Nacional, entre ellas la Fiduprevisora y el Fondo Nacional del Ahorro. "Es el cuarto conglomerado financiero de Colombia, un conglomerado público. En el Grupo Bicentenario están el Banco Agrario de primer piso, cuatro bancas de desarrollo de segundo piso, con algunas actividades de primer piso pero no son captadoras. Están las aseguradoras del Estado, las fiduciarias y el FNA", explicó el jefe de la cartera de Hacienda, Ricardo Bonilla.
En el Foro LR, 'Garantías de Crédito', Ávila explicó la perspectiva del Gobierno de poner en marcha la estructura del Grupo Bicentenario, "cuando se constituyó y lo formaliza la SuperFinanciera, aparece un actor que se convierte en el cuarto conglomerado financiero, con activos por $183 billones, y un patrimonio de $18 billones".
La existencia del Grupo Bicentenario bajo la sombrilla del Estado implicó "un cambio importante en el papel del Estado en su intervención sobre el aparato financiero nacional, no se constituye un holding para sumar balances y consolidarlos, sino para que el Estado tenga un comportamiento y visión diferente frente a su manera de intervenir su desarrollo económico y el conjunto del aparato financiero estatal" dijo el ejecutivo.
Ávila, que se posesionó hace menos de quince días dijo que "para superar problemas estructurales de la economía necesitamos un Estado más sólido, que recupere su papel de eje rector del desarrollo. Necesitamos un Estado más fuerte y una sociedad más fuerte".
Desde su origen, el Fondo Nacional de Garantía ha tenido momentos críticos "cuando se produjo la pandemia, allí por ejemplo acudimos a figuras financieras del Estado, con recursos públicos para cubrir escenarios de riesgo, el FNG es un instrumento para enfrentar mayores o menores niveles de riesgo de todo el sistema económico. Siempre tenemos al frente modelos como el del FNG para cubrir ciertos procesos, y frente al respaldo del riesgo se piensa en un Estado fuerte", dijo.
Según Ávila, "el Estado debe contribuir a fortalecer modelos productivos que respalde, una sociedad emprendedora. Para eso, el ejecutivo dice que el Grupo Bicentenario tiene la herramienta clave del FNG para generar confianza "para dar garantías".
"En todo este esfuerzo de cubrimiento hay mucho individual, pero nos falta aportar un esfuerzo en el desarrollo de modelos asociativos para el Desarrollo Económico y sectores vitales de la economía para impulsar y desarrollar.
"Tenemos una concepción del desarrollo del país que debe articularse, debemos alinear el conjunto de las entidades en función que sus acciones correspondan al modelo de desarrollo".
Según él, debe haber sectores a priorizar, "teniendo como reto bajar la desigualdad y atender a sectores que estén en la pobreza. Por eso un primer gran reto es fortalecer la economía popular y poner este aparato financiero en función de esa economía social y popular. Esto nos vuelca al imaginario de la democratización del crédito, nos lleva a pensar en cómo reducir niveles de riesgo para mejora el crédito".
Adicional, el presidente del Grupo Bicentenario dijo que luego de conversar con el FNG se necesita reducir el riesgo con la asociatividad, "es distinto el riesgo cuando se basa en procesos y comunidades organizadas en el desarrollo de la economía popular, hay que fortalecer sectores económicos débiles con la herramienta del aseguramiento financiero, pero con modelos de asociatividad". Así, cree que se reducirían los niveles de riesgo.
La cabeza del Grupo dijo que tienen como meta la transición energética, contribuir en ella, para eso se planea buscar el respaldo a proyectos de "conversión energética, tiene un instrumento que democratiza las comunidades energéticas. Podemos hacer esfuerzos en estrategias de conversión, plantas solares, energía eólica, o energías hidráulicas, pero la herramienta más cercana o cotidiana con el conjunto de la sociedad y el aparato económico del país".
"Debemos pensar el desarrollo de nuevas energías y que las comunidades se apropien del concepto, debemos lograr el acceso masivo a las alternativas energéticas a la población de menores ingresos.
"Como parte de las prioridades del Gobierno tenemos el tema de la reforma agraria" agregó. Ávila dijo que la reforma tiene como eje la entrega de tierra a comunidades y despojados de los territorios. Por eso "la entrega de tierras vista como un acto de titulación individual nuevamente nos vuelca a unos niveles de posible ineficacia muy altos, no se trata solo de entregar la tierra o un número de hectáreas, que tiene como objetivo democratizar la entrega de la tierra. Pero si esa entrega no está apoyada por la estructura financiera del Estado para garantizar crédito, asistencia técnica, esa entrega de tierras será improductiva, vamos a pasar de latifundios improductivos a minifundios improductivos".
Insistió en que la entrega de tierras del Gobierno garantice la productividad. "Cada uno de los campesinos, individuamente quieren resolver una alternativa de productividad, eso será ineficiente si no lo intentan con procesos cooperativos, donde se incremente la cualificación de esos procesos productivos".
En conclusión, pide la asociatividad "como garantía de que los procesos se pueden desarrollar. Curiosamente, este momento en el que se consolida el Grupo Bicentenario, coincide con una reflexión sobre el papel del aparato financiero y en la metodología de interactuar con la sociedad. Necesitamos un Estado que estimula el emprendimiento social para disminuir desigualdad y superar la pobreza. Cuando el desarrollo se concibe así se modifican conceptos como el del riesgo". Pues su teoría es que la colectividad es más eficaz cuando se pasa de modelos individuales de producción a los asociativos.
"No solo se requiere asociatividad e intervención del Estado, sino que además, necesitamos que para que esos modelos se desarrollen, tenemos que impulsar organización y capacitación de las comunidades". Comentó que eso implica una nueva reconfiguración del Estado, "nos lleva a pensar en una alternativa de transformación social, búsqueda de equidad, superar la desigualdad, hemos vivido en una ruta distinta de intervención del Estado". Agregó que eso "no significa que dejemos de pensar en actores económicos que también requieren financiación".
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