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Algunos funcionarios de la administración pasada no han renunciado a sus puestos como el Superfinanciero y el Supercomercio
La mesa del equipo Petro aún tiene varias sillas vacías y no contaría con mucho tiempo para llenarlas. El plazo límite, según el Decreto 1507 del 4 de agosto de 2022, sería el pasado 19 de agosto, no obstante el mandatario emitió un nuevo documento con el que prorrogó la fecha otros 15 días.
Siendo así, y con el Decreto 1714 del 19 de agosto de 2022, el presidente tendría (máximo) hasta el 9 de septiembre para anunciar quiénes estarán en la cabeza de entidades como el Dane, la Defensoría del Pueblo y claro, el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones, en el que, por conflictos de interés, finalmente no se posesionó Mery Gutiérrez.
Pero ¿Qué efectos negativos tiene sobre el país la tardanza de la nueva administración en los nombramientos? El economista y analista Jorge Restrepo explica que podría retrasar, por ejemplo, la planeación y el diseño de nuevos programas y proyectos para los cuatro años de gobierno.
“No es solamente que se demoren, sino que eso afecta los servicios ciudadanos, la planeación, los proyectos y muchas veces la comunicación, eso afecta la credibilidad del Gobierno. El hecho de que no hubiese estado listo para armar su equipo afecta algunas áreas donde se requieren cambios de políticas importantes y se debe cumplir con límites legales”, añadió Restrepo.
Un buen ejemplo de los límites legales es el Plan Nacional de Desarrollo, cuyo borrador tendría que estar listo en noviembre y el documento final en febrero de 2023. Si bien, hoy se conoce que el director designado es Jorge Iván González sin su posesión oficial sumada al tiempo en que Ferrari era el opcionado, se ha perdido más de 8% del tiempo dispuesto legalmente para su presentación al público.
En el caso de entidades como el Dane o ProColombia, Restrepo explica que el impacto puede no ser igual de significativo, pues al no requerir de cambios de políticas urgentes y tener un funcionamiento más organizacional podrían funcionar bien sin jefe algunos meses.
No obstante, el economista Martín Jaramillo señala que lo grave es la expectativa que se genera en los sectores con la ausencia de estos nombramientos. “Más que el tiempo es grave es la combinación de no nombrar a alguien rápido y no resolver las dudas fáciles de resolver”, comentó.
“No es solamente que se demoren, sino que eso afecta los servicios ciudadanos, la planeación, los proyectos y puede afectar la credibilidad del Gobierno”.
En ese vaivén también se encuentran las entidades adscritas a los ministerios como la Agencia Nacional de Tierras, el Fondo para el Financiamiento del Sector Agropecuario (Finagro); el Instituto de Planificación y Promoción de Soluciones Energéticas para las Zonas no Interconectadas (Ipse) o INNpulsa, que también tendrían que definir su hoja de ruta.
De las Superintendencias, por ahora solo la Supersalud tiene definido su líder: Ulahy Beltrán, mientras que la Superfinanciera, la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) y la Supersociedades se mantienen con los superintendentes de la administración pasada: Jorge Castaño, Juan Camilo Durán y Billy Escobar, quienes no han renunciado a la espera de las directrices del Gobierno Petro.
Hay que recordar que en el caso de las Superintendencias (teniendo en cuenta el Decreto 1817 de 2015) el plazo es distinto para la elección de sus jefes. Se dispone de tres meses desde que se posesiona el presidente para abrir una convocatoria pública en la que se reciben hojas de vida con ciertos requerimientos (entre esos experiencia de 10 años y como mínimo formación educativa de maestría), una vez se seleccionen los finalistas, el mandatario tendrá la última palabra de quién es el candidato más idóneo.
“La convocatoria pública, el análisis de las hojas de vida, los requisitos que deben tener sigue vigente, pero que duren cuatro años ya está derogado, fue una decisión del Consejo de Estado en la que se dijo que no se puede restringir y el presidente puede cambiarlos cuando quiera”, explicó Juan Pablo Liévano, exsuperintendente de Sociedades.
Los tiempos, definitivamente, tienen a la expectativa sectores e industrias y al compararlo con Gobiernos del pasado, en realidad sí habría un retraso Restrepo comenta que en el caso de Santos y Duque los cambios se hicieron antes de comenzar los mandatos o poco después de la posesión.
"Para el primer Gobierno del presidente Santos, unos días antes no solamente estaba designado todo el Gabinete, sino que tuvo lugar un encierro de varios días en el que se le dio línea a los ministros y se formó el Gobierno. En el segundo había continuidad entonces no había mayor dificultad, pero los cambios se surtieron rápidamente. En el caso de Duque el mismo 7 de agosto posesionó a todos los ministros", recalcó Restrepo.
Este año dos casos excepcionales que han retrasado completar el grupo han sido el de Ferrari y el de Gutiérrez.
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