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En Colombia, la tasa tiene un valor de $17.660 por tonelada y las compañías que lo pagan pueden acceder a una no causación
El cobro asociado al consumo de carbono al ambiente, establecido desde 2017 y conocido como impuesto al carbono, ha recaudado en promedio $425.000 millones cada año con el gravamen a combustibles líquidos como gasolina, kerosene, el Jet Fuel, Acpm y Fuel Oil.
Francisco Ocampo, director ejecutivo de Asocarbono, manifestó que además del impuesto, existen los bonos de carbono o certificados, los cuales son pagados por las empresas consumidoras con miras a ser invertidos en proyectos que tengan como fin una compensación ambiental en comunidades.
En Colombia, el impuesto tiene un valor de $17.660 por tonelada y las compañías que lo pagan pueden acceder a una no causación para comprar en el mercado nacional de créditos, en vez de pagar a la Dian.
Los créditos de proyectos van, por ejemplo, desde reforestación y reducción de emisiones, hasta energías renovables. Los proyectos deben estar inscritos al Renare.
La demanda de créditos en Colombia es equivalente a 40 millones de toneladas al año.
Luis Fernando Jara, director del programa Páramos y Bosques de Usaid, explicó que estos créditos han incentivado los proyectos en reforestación.
Para el caso del programa a su cargo, “ tenemos ocho proyectos en la Costa Pacífico que agrupan a 19 concejos comunitarios y una comunidad indígena en el Urabá antioqueño. La cobertura de los proyectos son 505.00 hectáreas”, dijo Jara.
Agregó que preparan proyectos piloto en páramos para tener más alcance en comunidades.
Ana Milena Plata, gerente de Biofix explicó que hay interés por dos clases de bonos. Están las empresas que deben pagar el impuesto al carbono, que pueden compensar el impuesto, que por lo general son mayoristas de combustibles fósiles como distribuidoras, aerolíneas o transportadoras.
El segundo grupo son aquellas que lo hacen de manera voluntaria, que no tienen obligación tributaria para hacerlo, sino que deciden tomarlos para ser carbono neutro.
Ocampo agregó que este mercado mueve hasta $630.000 millones anuales, de los cuales cerca de 65% pertenece al recaudo del impuesto y 35% a los recursos por no causación. Y mientras en Colombia el precio de la tonelada es cercano a US$5, en Europa el costo puede estar entre US$50 y US$70.
“La tendencia entre el recaudo del impuesto y las transacciones por la no causación ha estado cerrándose. Para 2022, la relación frente al volumen cerrará cercana a 50% del total”
Por su parte, Carolina Montes, especialista en derecho ambiental del Externado, afirmó que este mercado de bonos tiene problemas estructurales, ya que la forma en la que fueron diseñados no permite alcanzar los objetivos trazados al momento de su creación.
Cómo se generan los créditos de carbono
Los créditos o bonos de carbono se generan a través de proyectos de mitigación ambiental que, en su mayoría, pertenecen al sector forestal. Las empresas pueden conseguir los créditos de carbono a un precio más bajo del que tendrían que pagar con el impuesto, lo que se deduce de sus impuestos corporativos.
Así, la ventaja de los generadores de los proyectos es que ese dinero entra directamente a los propietarios de las zonas o a aquellos que están implementando proyectos en las comunidades dueñas de los bosques. Desde la existencia de esta figura, se han movido en ese mercado más de 60 millones de créditos.
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La mayor parte de este aumento se ha dado en el contexto de un creciente flujo de dinero de los colombianos en países como Estados Unidos, España y Chile
