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El Índice de Miseria llegó por primera vez en la historia del país a un dígito. Con esto, 14,6 millones de colombianos que viven bajo la línea de pobreza serán los más beneficiados, ya que el indicador muestra un mayor acceso al empleo y un aumento del poder adquisitivo.
La cifra, que resulta de la suma del desempleo y la inflación, se ubicó en 9,64% en octubre, un nivel que no se había visto y que representa una disminución de 19% con respecto al mismo periodo de 2012. La medición, creada en 1970 por Arthur Okun, muestra los éxitos o fracasos de la política macroeconómica.
La población de escasos recursos es la que le sacará más provecho a las buenas cifras del país. Para ellos, los mayores riesgos económicos están en no tener empleo y en la disminución del poder adquisitivo y los resultados de este Índice de Miseria muestra que las dos variables están controladas.
Luis Fernando Mejía, director de política macroeconómica del Ministerio de Hacienda, indicó que el hecho de que la cifra esté por debajo de 10% “representa para un colombiano de a pie que es más fácil encontrar empleo y que sus ahorros están protegidos por una inflación baja”.
Andrés Pardo Amézquita, director de investigaciones económicas de Corficolombiana, indicó que la caída en el Índice refleja un mayor bienestar de la economía y es “fruto de la política monetaria correcta que se ha hecho en los últimos 15 años, sobre todo después de la independencia del Banco de la República”.
El mandato constitucional del Emisor es controlar la inflación y en las últimas dos décadas ha logrado reducirla en más de 23%, lo que genera un ambiente favorable para el empleo. Sin embargo, uno de los resultados más importantes del Índice es su relación con la desocupación, pues muchas veces las políticas enfocadas en aumentar la última variable, también elevan la primera, y viceversa.
Concretamente en octubre, la cifra de un dígito fue resultado, además, de la Reforma Tributaria de 2012 que entró en vigencia este año y el Plan de Impulso al Empleo y la Productividad (Pipe), que impulsó el trabajo en el sector de la construcción.
La Tributaria atacó uno de los problemas estructurales que estaban impidiendo la creación de empleo, sobre todo formal, los costos de contratación, como los parafiscales, que se redujeron para los empresarios.
La medición también hace prever un mejor crecimiento económico. De acuerdo con Marcel Hofstetter, director del programa de Finanzas y Comercio Exterior de la Universidad de la Salle, muestra que las personas tienen mayor capacidad de consumo y por tanto la demanda interna podrá seguir jalonando la expansión de la economía.
Anif ha diseñado otro índice a partir del de Okun, denominado de Sufrimiento Macroeconómico (ISM), en el que a la cifra de miseria se le resta el crecimiento de la economía.
Para la Asociación, al final del gobierno del presidente Juan Manuel Santos, el ISM podría promediar 9%, lo que significaría el nivel más bajo en las últimas cinco décadas.
No tan bien en las regiones
Pese a que los resultados de la política macroeconómica son muy positivos, al mirar por regiones del país las diferencias son sustanciales.
De las cinco principales capitales del país, solo una, Barranquilla, se encuentra al mismo nivel de la cifra nacional (9,6%), mientras que las demás están por encima, siendo Cali la que tiene el nivel más alto con 14,7%.
El problema es más profundo si se observan las dos variables, pues según Anif se evidencia una relación inversa de desempleo e inflación, pues con excepción de la capital del Atlántico, las ciudades con bajo desempleo tienen los mayores niveles de inflación y viceversa.
Ante esto, el centro de investigaciones señala que es necesario que se agilicen las “políticas estructurales y transversales, tales como la inversión en infraestructura y la mayor formalización laboral que nivelen la cancha”.
Atraso en América Latina
El panorama no es mucho mejor si se compara a Colombia con el Índice de Miseria registrado en los países miembros de la Alianza del Pacífico, los cuales tienen cifras inferiores, principalmente por registrar tasas de desocupación de alrededor de 5%. El caso más destacado es el de Perú que tiene un Índice a octubre de 5,8%.
Mejía explicó que el lunar de la política del país ha sido históricamente la tasa de desempleo, pues tras la crisis de los 90 hasta ahora se ha logrado consolidar cifras por debajo de dos dígitos sistemáticamente. “Vamos en la dirección correcta”, añadió.
De acuerdo con información del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane), el aumento del empleo entre agosto y octubre estuvo jalonado por los obreros y empleados particulares, que aportaron 1,4% a la variación, lo que refleja un alza en el empleo formal, al igual que el incremento en las personas que cotizan a salud y pensión.
El Ministerio de Hacienda señala que gracias a las vías de cuarta generación, el desempleo podría llegar a cifras de 6% a 8%.
Un indicador macroeconómico de más de 40 años
El Índice de Miseria es uno de los indicadores más famosos en macroeconomía y es el resultado de la suma de la tasa de inflación y la de desempleo. La medición fue creada por el economista estadounidense Arthur Okun en la década de los 70, cuando no solo en EE.UU. sino en la mayoría del mundo se presentaba una tasa de desocupación muy alta, al igual que la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC), como resultado de un boicot de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) en los envíos de crudo desde Oriente Medio. La medición muestra el resultado de las políticas macroeconómicas en los aspectos que más afectan a las personas del común.
Las opiniones
Luis Fernando Mejía
Dir. de política macroeconómica del MinHacienda
“Vamos en la dirección correcta. Estamos reduciendo sistemáticamente el Índice y en el largo plazo tendremos cifras de desempleo mejores”.
Andrés Pardo Amézquita
Dir. de inv. económicas de Corficolombiana
“Es un indicador de bienestar de la economía, resultado de un proceso que viene desde hace 20 años, con una política monetaria prudente”.
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