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El ministro de Hacienda nombrado por el presidente electo, José Antonio Ocampo, explica que buscarán aumentar el gasto social gracias a los mayores ingresos tributarios
El presidente electo Gustavo Petro nombró a José Antonio Ocampo como ministro de Hacienda. Se trata de una de las fichas claves del gobierno entrante que deberá enfrentar de entrada la necesidad de hacer un ajuste fiscal, por medio de una reforma tributaria y la reducción del gasto público. Ocampo explicó que para lograr la meta de $50 billones de recaudo adicional apuntarán a aumentar la tributación de impuesto de renta para las personas de mayores ingresos. Plantea también que para las empresas se eliminarán beneficios y exenciones para las empresas. Con estos, el Gobierno buscará aumentar el gasto social.
Uno de los principales temas que va a afrontar va a ser la reforma tributaria. ¿Cuáles son los ejes centrales que busca que tenga?
La razón de por qué se necesita una tributaria grande es que se necesita aumentar el gasto social, que es el compromiso principal del Gobierno y la demanda de la sociedad colombiana que ha pedido cambios en la política social para reducir las desigualdades. Lo segundo es que el ajuste fiscal no se ha completado. Este gobierno se ha favorecido por el auge de los ingresos tributarios debido a la fuerte reactivación económica, pero aún así, como dice el Marco Fiscal de Mediano Plazo, hay que seguir reduciendo el déficit y acercarlo a 55%. Eso no se resuelve simplemente con austeridad en el gasto. El Mfmp prevé que sigamos disminuyendo gasto y eso no es factible por ese primer punto que comentaba. Esta combinación explica la necesidad de hacer una reforma.
Sería una de las reformas más grandes, ¿usted ve factible este nivel de recaudo?
La cifra que tenemos en mente no es $75 billones; estamos tratando de aproximarnos a los $50 billones, que sigue siendo una meta ambiciosa. Estamos viendo qué tipo de medidas permiten combinar tanto la austeridad como el mayor recaudo. Ver cuánto racionalizamos de gasto público durante los próximos años también es importante.
¿Cuáles serían las mayores fuentes de recaudo que buscan?
El objetivo que tenemos es aumentar el impuesto a la renta de las personas naturales de altos ingresos. Este es el objetivo principal de la reforma. Colombia tiene impuestos a personas extremadamente bajos. Al revisar un estudio de la Ocde del año pasado se ve que Colombia tiene una quinta parte de lo que tienen estos países en términos de tributación de personas naturales. Además, ese estudio muestra que ese 2% a 3% más rico del país paga una tasa más baja que otros sectores de altos ingresos. Eso es un tema que hay que corregir. Este impuesto es el que estamos pensando para la redistribución.
En el caso de las empresas, vamos a proponer eliminar algunos beneficios y si esa reforma es aprobada por el Congreso incluso se puede rebajar la tasa de renta a las empresas.
¿Este nuevo impuesto al patrimonio para aquellos superiores a $1.000 millones sería permanente?
Sí, nuestro objetivo es ese, pero dependerá de gobiernos y congresos futuros. Nosotros lo vamos a proponer como un mecanismo de recaudo permanente. Colombia tuvo este impuesto ya de forma permanente. Cuando yo era profesional joven pagaba este impuesto. Hasta los 80 todas las personas naturales pagaban este tributo y fue una invención del doctor López Pumarejo. Eso quiere decir que fue una invención de la reforma de 1935 y duró bastante tiempo. Después se eliminó y se ha venido introduciendo.
Uno que sí está equivocado es el impuesto al patrimonio de las empresas, que no estamos pensando establecerlo.
¿Si bien el IVA no se tocaría han considerado levantar algunas de las exenciones?
Hemos dicho que el IVA a la canasta familiar no se tocaría. Podemos pensar en algunas revisiones adicionales, pero esta no es la prioridad del Gobierno.
El Marco fiscal contempla algunos subsidios hasta 2023, ¿considerarían ampliarlos o modificarlos?
Eso tenemos que revisarlo además de si es posible unificar los distintos subsidios que se destinan a los hogares pobres y vulnerables en un solo mecanismo. Sin embargo, el gasto social no es solamente en esto, sino también en la mejora de la infraestructura educativa, la cobertura del sistema educativo, mejoras en calidad, acceso a educación superior en sectores de menores ingresos. Es un conjunto más amplio de medidas y los subsidios son incluso una parte pequeña de la política social. Estamos con una misión más amplia.
¿Sí han considerado mantener estas transferencias antes de hacer ajustes?
Es un tema que estamos estudiando, sobre todo cómo se modifica. Un tema que sí estamos considerando es el efecto de los altos precios de los alimentos en los hogares pobres. Creo que esto es posible que exija aumentar algunos de estos subsidios.
Si bien esperan reducir gastos, se ha hablado de dos nuevos ministerios. ¿Qué impacto sobre el gasto público espera que tenga?
En realidad se ha exagerado mucho cuánto cuesta un ministerio. Este es un costo muy pequeño frente a los gastos finales del Estado. Eso se puede racionalizar viendo cómo se reducen los gastos desde otras partes de la administración que tengan un gasto más considerable.
Han dicho que no se darán nuevos contratos de exploración, pero se continuarán los que estén otorgados. ¿Considera que pueda tener un impacto en la tasa de cambio?
No creo que tenga nada que ver. El tema del petróleo es garantizar el autoabastecimiento, pero también una disminución gradual de la dependencia petrolera en el sentido de generación de energía, ingresos fiscales y canasta exportadora, ese es el objetivo.
¿Ya tienen una ruta trazada de cómo sería el reemplazo de los ingresos petroleros?
Esa es otra demanda sobre el sistema tributario. Tenemos que ver en el mediano plazo cómo cambiamos los ingresos tributarios y lograr otras opciones exportadoras.
También se habló de que el gobierno compraría carbón a las empresas para no exportarlo, ¿cómo analiza esta propuesta?, ¿la han discutido?
Realmente no lo hemos hablado, pero en el corto plazo hay una alta demanda de carbón y por ende las exportaciones están aumentando. En el corto plazo se debe mantener. En todo el debate internacional se dice que lo primero que se debe reemplazar es el carbón, seguido del petróleo. Mientras se mantenga la crisis internacional, Colombia no tiene por qué reducir las exportaciones de carbón.
Precisamente habla de exportaciones, ¿qué tanta preocupación le genera el déficit de la balanza?
Hay que corregirlo fomentando nuevas exportaciones, con una política muy ambiciosa de diversificación exportadora. Esta es una prioridad de gobierno electo.
Se ha hablado de la participación de gremios e incluso ciudadanos en las decisiones del Banco de la República ¿cómo lee esto?
La autonomía del Banco es un tema que está en el centro del Gobierno. Si hay que discutir un cambio en la composición de la Junta se hará en su momento. Por ahora trabajaré con la composición actual en la que ya he participado dos veces. Conozco la institucionalidad, es buena y esperamos poder trabajar en conjunto para resolver las necesidades del país.
¿La estructura actual está funcionando bien o se debería revisar?
Eso se podría discutir. Un error que ha habido en varias administraciones es que uno de los principios de la autonomía era que cada gobierno podía nombrar dos miembros, pero ahora se ha nombrado casi la totalidad. Debe haber un control para evitar que pasen estas cosas.
¿Se debería continuar la senda alcista de la tasa de interés?
La inflación está respondiendo al panorama internacional. Debemos esperar a ver qué decisión toma la Fed para ver realmente cómo responder a esto. Sin embargo, las tasas no van a moderar significativamente la inflación.
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