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La ocupación de camas en hospitales para atender casos de este tipo pasó en promedio de 20 a 50 que van rotando constantemente
La pandemia le trajo al mundo grandes retos, no solo en términos económicos y políticos, sino también en materia de salud mental, con consecuencias vigentes a la fecha. Según el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), “La pandemia desencadenó un aumento de 25% en la prevalencia de la ansiedad y la depresión en todo el mundo”.
El caso de Colombia no sería ajeno, según un estudio de 2021 del Ministerio de Salud, durante los últimos cinco años se ha presentado un aumento de 34,6% en el número de personas atendidas en salud mental y en el caso de la pandemia, el impacto sería mayor en jóvenes y niños, quienes corren un riesgo desproporcionado de comportamientos suicidas y autolesivos.
Milton Murillo, psiquiatra de la Clínica de la Paz, aseguró que, “el covid dejó secuelas que se vieron reflejadas en el aumento de las consultas en urgencias y muchos profesionales de la salud mental estamos con la agenda repleta”. Y confirma que las consecuencias se han visto, especialmente, en la población joven e infantil. “En la clínica, antes de pandemia, un servicio de hospitalización era de 20 camas máximo, pasó este año a tener una ocupación de 40 a 50 camas, que van rotando constantemente”, aseguró Murillo. Es decir, una variación de 150%.
Esto respondería a que durante la pandemia fue una población estigmatizada, “los niños y los jóvenes eran peligrosos para los adultos, eran un foco de infección”, añadió. Tanto Murillo como la OMS recalcan en que el aumento en las consultas de diagnósticos nuevos como la ansiedad y depresión recaen en que las personas ya no normalizan ciertos comportamientos.
“Ya estamos en una etapa pospandémica y se están viviendo las consecuencias del covid, pero hay muchas situaciones que ya no se ven directamente relacionadas con la pandemia y, aún así, sabemos que son consecuencias de ella”, aseguró Constanza Beltrán, psicóloga de la Universidad Nacional.
Por su parte, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS coincide en que “la información que tenemos ahora sobre el impacto de covid-19 en la salud mental del mundo es solo la punta del iceberg.
Una de las principales explicaciones del aumento es el estrés sin precedentes causado por el aislamiento social. Vinculado a esto estaban las limitaciones en la capacidad de las personas para trabajar, buscar el apoyo de sus seres queridos y participar en sus comunidades.
La situación también muestra la escasez global de recursos de salud mental que continúa en la actualidad. El Atlas de Salud Mental más reciente de la OMS mostró que en 2020 los gobiernos de todo el mundo gastaron en promedio poco más de 2% de sus presupuestos de salud en atender este rubro.
Dévora Kestel, directora del departamento de Salud Mental y Uso de Sustancias de la OMS, resumió la situación: “Si bien la pandemia ha generado interés y preocupación por la salud mental, también ha revelado una inversión insuficiente histórica en los servicios relacionados con esta”.
¿Por qué siguen siendo constantes los sentimientos negativos?
La pandemia desencadenó diagnósticos problemáticos en cuanto a la salud mental de las personas, sin embargo, aún después de la reactivación estas valoraciones siguen constantes, esto lo demuestra el último estudio del Dane sobre la salud mental pos pandemia. “Una de las causas por las cuales aún en el 2022 se siguen presentando emociones de tristeza y ansiedad, es porque la pandemia hizo que se despertaran y se mantuvieran esos sentimientos de pérdida”, aseguró Constanza Beltrán psicóloga de la Universidad Nacional.
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