La importación de energía desde Ecuador supone solo 0,4% de la demanda nacional

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La ministra de Minas de Ecuador, Inés Manzano, aseguró que desde el 11 de febrero Colombia le está comprando energía a esta nación. La información se confirmó con los registros de importaciones del operador del mercado, XM, donde evidencian que se han transferido 3,4 gigavatios, hora por día, hasta el 18 de febrero.

El anuncio resultó llamativo, teniendo en cuenta que en los últimos años fue Colombia el exportador principal de energía a Ecuador, de hecho, las ventas energéticas fueron esenciales para sortear la crisis en el vecino país, situación que le derivó en apagones diarios de más de 12 horas. Incluso, los reportes de XM muestran que se hicieron exportaciones hasta el 10 de febrero.

Por parte de las autoridades ecuatorianas, anunciaron la reanudación de exportación de energía al país y aclararon a su ciudadanía que el país no sufrirá inconvenientes con el abastecimiento de energía por importar el suministro a Colombia.

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El intríngulis viene porque el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, en alocución negó el envío de energía a Colombia. Estas versiones encontradas no cayeron bien en el gobierno colombiano, y aunque no negaron el envío, lo catalogaron como transferencias, no importaciones.

El Ministerio de Minas, a través de un comunicado, detalló que el propósito de dichas transferencias es mantener las condiciones operativas de interconexión, y negaron que hubiera una necesidad energética.

Alcances de las transferencias

El Minenergia señaló que las transferencias se dieron en el marco de las Transacciones Internacionales de Electricidad con Ecuador. Estos intercambios acumulados se presentaron entre el 12 y 17 de febrero por la activación automática del mecanismo TIE en sentido Ecuador hacia Colombia.

Según Andrés Gallego, analista de sectores y sostenibilidad de Corficolombiana, explicó que desde 2017, Colombia forma parte del Mercado Andino Eléctrico Regional de Corto Plazo, que permite la realización de transacciones internacionales de electricidad coordinadas con Ecuador.

“De hecho, la importación de energía desde Ecuador representó menos de 0,4% de la demanda de energía nacional en los últimos 5 días. Además, es importante destacar que las transacciones eléctricas entre Colombia y Ecuador se han venido realizando durante casi 20 años”, detalló Gallego.

Julio César Vera, presidente de la Fundación Xua Energy, agregó que esto es una condición marginal, que permite mantener abierta una frontera energética, que en la gran mayoría de los casos ha funcionado en vía contraria, es decir Colombia exportando a Ecuador.

En ese sentido, para dimensionar la representación de las transferencias: “una ciudad como Bogotá consume 12% del total de energía, es decir, como unos 28 GWh/diarios, lo que significaría 12.5% de la demanda de Bogotá de un día”, explicó Vera.

Cabe destacar que el suministro de energía en el país proviene 85% de contratos y casi 15% del mercado de bolsa, que es lo que se negocia día a día. Las transferencias de Ecuador entran en el mercado de bolsa y por ende se paga con la cotización de la respectiva jornada.

Los actores del mercado ven con tranquilidad las operaciones, de cara a la operación con el mercado andino, no obstante, señalan que debe valorarse mejor el sistema regulatorio.

“Ahí es donde debería haber una regla de eficiencia que regule si el precio beneficia los mercados y, si hay disponibilidad de energía y no se están agotando las reservas de los países”, sentenció Sandra Fonseca, directora ejecutiva de Asoenergía.

Colombia no ha superado la crisis energética y está botando agua

Desde Asoenergía elevaron una alerta, teniendo en cuenta que las transferencias no son muestra de una crisis energética, no obstante Colombia sigue sin tener garantizado su abastecimiento. El problema es que lo que se está importando de Ecuador es comparable con los vertimientos de agua por parte de las generadoras.

“Nosotros hemos propuesto desde que si hay vertimientos, eso debe tener un costo para los generadores. Porque eso deriva en que haya una generación más costosa” sentenció Sandra Fonseca.