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El país mejoró en ocho pilares que mide la encuesta del Foro Económico Mundial. La infraestructura e innovación también se destacaron
A pesar de los efectos negativos que la pandemia generó en la economía colombiana, según el más reciente Reporte Global de Competitividad que realiza el Foro Económico Mundial (FEM), los empresarios nacionales y extranjeros tienen una mejor percepción de la competitividad en el país y de las oportunidades de crecimiento.
Para este año, el reporte se basó en una encuesta general sobre ocho de los principales pilares que generan competitividad, pero no realizó el tradicional ranking de países debido a la emergencia. Lo más importante que evidenció la medición es que Colombia mejoró en las ocho características que componen este indicador para el sector privado y público.
El aumento en la calificación que reveló la encuesta fue promediado por el Departamento Nacional de Planeación (DNP) y los mayores avances se registraron en el dinamismo empresarial o de negocios, que pasó de 49,09 puntos en 2019 a a 52,93 en 2020, y tuvo un alza de 3,84; en la institucionalidad, que subió de 40,82 a 44,3 (3,84 puntos); y en la infraestructura, al pasar de 45,32 a 47,68 (2,36 puntos más).
Para confirmar esos datos, el informe agregó que, de las 51 variables que componen a los ocho pilares, Colombia aumentó su calificación en 45 de ellas.
El subdirector del DNP, Daniel Gómez, explicó que los dos principales ítems tienen que ver con la facilidad o mejores condiciones que las empresas tienen para ejecutar sus líneas de negocio y las medidas que toman para incursionar de manera promisoria en los mercados; junto a la visión de largo plazo del Gobierno, su capacidad para responder de manera efectiva a los cambios, la estabilidad en las políticas públicas y la mejora en la carga regulatoria.
“Es un instrumento interesante para comparar la visión de los empresarios. Esto quiere decir que ha habido mejoras en competitividad en muchas dimensiones y es alentador porque muestra los resultados del trabajo conjunto entre el sector público y privado. Los empresarios consideran que el Gobierno tiene la capacidad de reaccionar a situaciones inesperadas y hay mayor innovación en empresas”, reseñó.
La subida en los pilares restantes también se registró en la mayor eficiencia en la estructuración y entrega de obras de infraestructura; y en el mercado de bienes y productos (de 46,19 a 47,87), especialmente, por la competitividad en la prestación de servicios profesionales, legales, de contabilidad y de ingeniería.
El indicador del sistema financiero avanzó 1,71 puntos a 56,23 y los empresarios sobrepusieron la solidez existente de los bancos.
La capacidad de innovación aumentó a 47,68 y las variables que más aportaron al rendimiento fueron el fortalecimiento de la colaboración de las personas o empleados que comparten ideas dentro de una empresa y en la capacidad de las compañías para liderar procesos de innovación.
Finalmente, el mercado laboral se ubicó en 51,94 puntos y ponderó las opciones de empleo u oportunidades para las personas que se trasladan a otras partes del país y la relación del salario con la productividad.
Sin embargo, Gómez subrayó las falencias que la medición arrojó en materia de calidad de empleo, formalidad y equidad de género. “Cobra mayor vigencia la Misión de Empleo convocada por el Gobierno para analizar y proponer soluciones para reactivar el empleo en 2021 y 2022”, aseveró.
Frente a este panorama, la presidente del Consejo Privado de Competitividad, Rosario Córdoba, reiteró la necesidad que el país tiene en materia tributaria y laboral, por lo que argumentó que, en 2021, el Gobierno debe tramitar reformas en ese sentido para recuperar cerca de $20 billones de gasto adicional que generó la pandemia este año y reactivar el empleo.
“Es una invitación a que podamos trabajar en un sistema tributario más eficiente y equitativo, y a que más personas tributen de acuerdo con su capacidad”, comentó la líder.
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Rosario Córdoba, presidente del Consejo Privado de Competitividad, dijo que el objetivo del Estado debe ser incrementar el empleo formal, porque 50% de este mecanismo es generado por 4.000 empresas grandes, y 15,2% más por micronegocios.
Para la dirigente, la competitividad del país se debe equilibrar con las mejores condiciones laborales para empleados y menores restricciones para empleadores. “Colombia no debería tener esos niveles porque es el país de la región y la Ocde con la mayor tasa de autoempleo”, reseñó.
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