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El desarrollo rural integral, puesto sobre la mesa como tema prioritario en los diálogos de paz que iniciarán el próximo 15 de noviembre en la Habana Cuba, suscitó entre las diferentes agremiaciones del sector agropecuario un inminente interés por referirse a la formulación de una reforma agraria integral.
El planteamiento va más allá de la discusión del uso y tenencia de tierras que se abordará en las negociaciones y que sin duda, ha sido la cúspide de un conflicto que se ha mantenido durante más de cinco décadas y ha cobrado la vida de miles de campesinos y trabajadores de campo en su mayoría.
Acortar las brechas sociales entre lo rural y lo urbano, constituye según Rafael Mejía, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), en un punto de partida para poder hablar de un verdadero desarrollo rural integral, independiente de que sea durante las negociaciones de paz.
De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en Colombia, cuya población total es de 41,2 millones de habitantes (Censo 2005), el índice de pobreza en el sector rural que representa el 22% de la población total del país, alcanzó en 2011 una tasa del 57%, menor que en el año 2005 cuando fue del 67% pero superior al índice de pobreza urbana en 2011 que fue del 34%.
Las diferencias en los índices de pobreza extrema son aún más abismales, según datos del Dane, el año inmediatamente anterior, la población rural sin las necesidades básicas satisfechas fue de un 23% y la urbana fue de un 9%.
La falta de oportunidades en la zona rural pone en entre dicho si la restitución de tierras a campesinos que han tenido que salir a las grandes ciudades se convierte en la solución para garantizar la estabilidad económica, política y social de estas comunidades. “Para la reducción de la pobreza, es necesario que el país entienda que el sector rural no se reduce a las políticas del Ministerio de Agricultura, la integralidad para la competitividad del sector abarca temas como infraestructura de vías, logística y transporte de productos agrícolas, tema que tiene que ver con el Ministerio de Transporte; un adecuado manejo del recurso hídrico con los distritos de riego, tema que le compete al Ministerio del Medio Ambiente; diversificación de mercados en sectores tan avanzados como la caña de azúcar y la palma que producen biocombustibles a cargo del Ministerio de Minas, capacitación y educación dentro de las zonas agrarias para que los campesinos no tengan que salir del campo, competencia del Ministerio de Educación . Por lo tanto hablar de un desarrollo rural significa introducir todos los asuntos relevantes que giran entorno al sector “, dijo Mejía.
El líder gremial, señaló además la importancia de que el Gobierno desarrolle instrumentos que permitan mayor acceso al crédito y a las coberturas de riesgo para así poder avanzar en la tecnificación de los trabajadores de campo. “Si bien el crédito para los productores ha crecido en los últimos años en el país, cuando se compara con el ámbito internacional es evidente que hace falta mucho por hacer, el promedio del crédito agropecuario en el continente americano es de 8% y en Colombia está en 3,8%, ni siquiera llega a la mitad de ese promedio”, sostuvo Mejía.
Por su parte Jorge Bendeck, presidente de la Asociación de Biocombustibles, aseguró que para hablar de desarrollo rural, es necesario conducir políticas de Estado que vaya más allá de la simple entrega de tierras a campesinos. En ese sentido, el directivo propone que se establezca un modelo rural integral que incluya asistencia técnica y capacitaciones a los campesinos, entrega de semillas de calidad para garantizar el acceso de los productos agrícolas en los mercados internacionales; así como alianzas productivas y asociatividad para que los pequeños productores puedan acceder a los programas del Gobierno en materia de créditos. “Las personas que son de origen campesino conocen el campo, pero para potencializar esos conocimientos es necesario capacitar a la gente en las zonas agrarias, que se desarrollen cultivos aptos para las tierras, que se incorporen prácticas tecnificadas en las labores rurales y por supuesto que se desarrollen mercados potenciales. Esta será la salida para que Colombia deje de ser un país netamente productor y tenga una posición agroindustrial”, agregó Bendeck.
Las opiniones
Rafael Mejía
Presidente de la Sac
“Acortar las brechas sociales entre el área rural y urbana se convierte en el punto de partida para hablar de un verdadero desarrollo rural integral”.
Jorge Bendeck
Presidente de la asociación de Biocombustibles
“El desarrollo rural implica que además de la disposición de tierras se le otorgue a los campesinos capacitación, asistencia técnica, semilla y desarrollo de mercados”.
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