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Gremios estiman que la energía podría subir $18/kwh por cuenta de la propuesta de gravar al carbón dentro del impuesto al carbono
Terminada la Semana Santa, el país está a la expectativa de que el Gobierno Nacional radique ante el Congreso el articulado de su tercera reforma tributaria, de la que hasta el momento solo se han filtrado los lineamientos generales. De lo poco que ha trascendido, hay preocupación sobre la propuesta de ampliar el impuesto al carbono para incluir el carbón pues, de acuerdo con los gremios del sector, esto generaría un sobrecosto de 33% y tonelada y aumentaría el precio de la energía en $18/kWh.
“Lejos de considerarse un incentivo a la disminución de emisiones, este gravamen atenta contra la reactivación económica regional y nacional, afecta el empleo formal dentro de la cadena de suministro y consumo de carbón nacional y encarece los costos de operación de otras industrias asociadas”, dijo el presidente de Fenalcarbón, Carlos Cante, en una carta de siete páginas dirigida a la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez sobre la inconveniencia de gravar el carbón con este tributo.
Cabe recordar que el impuesto al carbono existe hace cinco años, y contempla una tarifa de $17.600 por tonelada de CO2 para todos los combustibles fósiles, salvo el carbón, que no fue incluido en la norma en su momento. La idea de MinHacienda, entonces, es incluir al carbón dentro del gravamen, más como una medida para impulsar cambios de comportamiento para impulsar el cumplimiento de las metas ambientales que se ha trazado el país, que como una de corte fiscal.
El efecto, según cálculos de Fenalcarbón, sería de aproximadamente $46.000 por tonelada de carbón, lo que generaría un sobrecosto de 33% por tonelada, que impactaría toda la cadena de suministros. Según cálculos de Andeg, ese sobrecosto en la tonelada de carbón generará un aumento de $18/kWh para todos los usuarios, por los efectos que tendrá en la compra de energía.
“En el caso de la bolsa, si la planta que fija el precio para las demás es a carbón, y esta debe pagar más por el impuesto, subirá el precio de la energía para todos los que compren en bolsa, así el impuesto lo paguen solo los que generan con carbón”, explicó el exministro de Minas Tomás González, que explicó que el efecto es similar en el caso de la compra por contratos, en cuanto el precio de la generación con carbón es referente.
Esos efectos, según cálculos de Andeg, generarían un aumento entre 4% y 5% en el costo de la energía para los usuarios residenciales, y entre 7% y 10% para los industriales, lo que, según explicó el presidente del gremio, Alejandro Castañeda, no tiene sentido desde el punto de vista fiscal, en cuanto es más el costo que el recaudo.
“La energía sube $18, pero se estaría generando una pérdida de excedentes al consumidor de $1,3 billones al año porque se cobra más a todos los usuarios, pero Hacienda solo va a lograr recaudar cerca de $250.000 millones por el impuesto al carbón”, dijo.
Además, advierten los expertos, el alza en los precios de energía no solo tendría un impacto negativo para los usuarios, sino también desde el punto de fiscal, si se tiene en cuenta que el Estado subsidia el mínimo de subsistencia de energía de los estratos uno, dos y tres. Esto, en otras palabras, quiere decir que el costo de la energía subiría para todos: tanto para los usuarios, como para la Nación, que debe entrar a subsidiar una energía más costosa.
Adicionalmente, advierten los gremios, es necesario considerar también el impacto de este tributo en los costos de producción del cemento, ladrillo, acero y cerámica, entre otros. Eso, ha dicho la directora de la Cámara de Acero de la Andi, María Juliana Ospina, podría aumentar los costos en la construcción de proyectos de vivienda.
Alza en la energía aumentaría el costo de construcción de viviendas
Ospina estimó que el sector siderúrgico podría tener un sobrecosto cercano a $18.000 millones por el incremento en el costo de generación de energía eléctrica de $18/kWh. También, recordó que el alza en los precios de acero impacta la estructura de costos de los proyectos de construcción de vivienda, que son una de las banderas de reactivación del Gobierno. Esto, porque el acero tiene una participación promedio de 9,95% en la estructura de costos de los proyectos de VIS, y de 4,69% en los proyectos No VIS.
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La entidad argumentó que en varios rubros las estimaciones no son realistas o no corresponden a la ponencia del primer debate en la Cámara