Las mujeres realizaron cuatro horas más de trabajo no remunerado que los hombres

Con la Encuesta Nacional del Uso del Tiempo (Enut), realizada por el Dane para el periodo entre septiembre de 2020 y agosto de 2021, se dio a conocer que los hombres registraron 63,4% de participación en actividades de trabajo no remunerado y 90,4% fue por parte de las mujeres.

Uno de los objetivos con los resultados de la encuesta es conocer si la tendencia en la división del trabajo por sexo, seguía asignándole la mayor carga del Trabajo Doméstico y de cuidado (TDC) a las mujeres, lo cual se evidenció en las encuestas realizadas en 2012-2013 y en 2016-2017.

Durante los meses estudiados de 2020 y 2021, los hombres destinaron en promedio tres horas y seis minutos, y las mujeres siete horas y 46 minutos para actividades de TDR. Mientras que en el periodo de mayo-agosto de 2021, en promedio un hombre dedicó tres horas y un minuto y las mujeres siete horas y 22 minutos.

Pero para las actividades de trabajo remunerado, en promedio un hombre dedicó ocho horas y 49 minutos diarios y una mujer en promedio destinó siete horas y 23 minutos diarios, teniendo en cuenta que la encuesta toma a la población a partir de los 10 años de edad.

El director del Dane, Daniel Oviedo, explicó que estas mediciones se realizan con el objetivo de ser un insumo estadístico para políticas publicas sobre la tercerización del TDC.

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Oviedo dijo que en promedio una mujer, de 10 años o más de edad, antes de la pandemia trabajaba 14 horas y media al día, contando tanto el trabajo remunerado como no remunerado, pero para finalizar septiembre de 2021 el promedio ascendía a 15 horas y 23 minutos.

De estos, el trabajo que tuvo mayor aumento de carga horaria fue el no remunerado, 51 minutos de más en promedio para las mujeres en consecuencia de la pandemia. Dinámica opuesta al caso de los hombres, pues pasaron de trabajar en promedio 12 horas y 37 minutos al día entre 2016 y 2017, a trabajar 34 minutos menos entre 2020 y 2021.

Sobre la carga global de trabajo, o sea contando remunerado y no remunerado, el director dijo que se evidencia una profundización de la brecha de género. La diferencia entre hombres y mujeres quedó en en dos horas y 51 minutos para 2020 y 2021, brecha que aumentó en comparación con el periodo de 2016 y 2017, ya que en esos años la diferencia era de dos horas y dos minutos.

Esta fue la tercera vez que se presentó la encuesta, y ahora, en el contexto de la pandemia toma más relevancia, ya que según comentó Oviedo, las medidas de confinamiento “no permitieron la prestación de servicios domésticos tercerizados o pagos durante muchos meses de pandemia, a pesar de que solo 5% de los hogares tenía la posibilidad de contar la tercerización de servicios de trabajo domestico pago“.

Salua García, una de los fundadores de la plataforma de formalización de laboral, Symplifica, explicó que desde su compañía pudieron notar que "en cuarentena estricta los hogares se encerraron, a las trabajadoras les dijeron, no vengan, muchos les siguieron pagando pero no estaba ejerciendo como tal, pero otros decidieron terminar el contrato".

Por lo que las personas que antes contrataban este servicio "resolvieron el tema del trabajo por sus propios medios, la gente estaba haciendo las labores de limpieza y cocinar" pero calcula que después de dos meses el servicio doméstico se empezó a reactivar por diversas razones entre las que enumera el retorno al trabajo presencial de los adultos del hogar, aunque sin olvidar que con las nuevas dinámicas de trabajo remoto e hibrido se ha generado necesidad de mayor apoyo en el trabajo de cuidado.

Finalmente, también señaló la tendencia en la contratación de trabajadoras domésticas internas, dada la percepción de bioseguridad en que el empleado no tenga que utilizar el transporte masivo para llegar a su residencia.

División por género en el trabajo doméstico remunerado
Symplifica dijo que 93% de los trabajadores domésticos que está están en la plataforma son mujeres, y “el porcentaje de hombres más que todo están en los cargos de mayordomos de finca que según la ley son también trabajadores domésticos y es donde vemos que hay roles masculinos; en temas de cocina, limpieza, enfermería, niñera es netamente femenino” explicó Salua García.

Papel de la academia para cerrar la brecha en el TDC
El economista Julián Arévalo dijo que el papel de la academia está orientado en visibilizar el fenómeno desde las clases de administración, de economía y en espacios interdisciplinarios. Resaltando que las asimetrías, que afectan a 50% de la población, también tienen impacto en "la productividad, en capacidades humanas subutilizadas que perjudican a la sociedad tanto económicamente como en las relaciones de las diferentes personas".

El segundo reto sería generar más indicadores que puedan aportar nueva información acerca de problemas que pueden estar asociados a esta disparidad. En tercer lugar, sería crear recomendaciones a nivel dirigidas al sector empresarial y a nivel de políticas publicas.