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La reacción ante múltiples reformas fue una liquidación rápida que causó que la moneda, los bonos y las acciones del país cayeran con fuerza
Los esfuerzos de Gustavo Petro para reformar el modelo económico conservador de Colombia están sacudiendo una vez más a los mercados financieros.
En un lapso de pocos días, Petro presentó este mes un proyecto de ley para reformar el sistema de salud, prometió reducir el papel de las administradoras de fondos de pensionesy firmó un decreto que le permitiráreducir las tarifas de la energía.
El resultado fue una liquidación rápida que causó que la moneda, los bonos y las acciones del país cayeran con fuerza mientras los inversionistas analizan hasta dónde llevará sus reformas el presidente izquierdista.
Los costos de asegurarse contra el incumplimiento crediticio, o los credit default swaps, aumentaron este mes más que los de cualquiera de sus pares latinoamericanos. Y la deuda denominada en pesos, que depende en gran medida de los compradores extranjeros, ha sido la que ha registrado la mayor caída en los mercados emergentes.
“Los inversionistas están cada vez más preocupados por las señales que provienen del Gobierno de Petro”, dijo Jared Lou, administrador de dinero de William Blair Investment Management LLC. “Petro tiene una agenda social ambiciosa durante un período de tiempo en el que el contexto macro es débil, lo que hará que sea más difícil encontrar los recursos para financiar su agenda social de manera responsable”.
La presidencia de Petro ha sido un enigma para el mercado desde que asumió el cargo en agosto. Muchos inversionistas se prepararon para cambios radicales, mientras que otros supusieron que el político de carrera demostraría ser moderado después de que nombró al conocido economista José Antonio Ocampo para dirigir el Ministerio de Hacienda.
En lo que sí deben estar de acuerdo es en que Petro ha avanzado a un ritmo sorprendente en los meses transcurridos desde que asumió su mandato de cuatro años respecto de una serie de reformas de gran importancia, que van desde los impuestos hasta promesas de no otorgar nuevos contratos de exploración de petróleo.
Sus propuestas más recientes, que abordan los sistemas de pensiones y de salud, han causado nueva consternación.
Petro propuso la semana pasada un proyecto de ley que reduciría el papel de las aseguradoras privadas en el sistema de atención médica, un tema controvertido que enfrentó el rechazo de los aliados en el Congreso e incluso de algunos de los miembros de su propio gabinete.
Al día siguiente, intensificó su retórica antiempresarial al atacar a “dos banqueros” que, según él, se están enriqueciendo mediante la utilización del sistema de pensiones en detrimento de los trabajadores y defendió una reforma que limitaría el papel de las administradoras de fondos privadas.
La reforma de salud “envía una señal de que Petro está haciendo una política que no se basa en el pragmatismo, arreglando solo las cosas que no funcionan, sino principalmente en la ideología”, dijo Benito Berber, economista jefe para América Latina de Natixis. “Si se aprueba, indicará que otras reformas antimercado, como la laboral y especialmente la reforma de pensiones, serán aprobadas fácilmente”.
Los bonos colombianos en pesos, conocidos como TES, han perdido más de 10% de su valor en lo que va del mes, el peor desempeño en el índice de Bloomberg de deuda de mercados emergentes en moneda local, el que ha caído un promedio de 2,7%. La moneda se ha debilitado más de 4% en el mismo período, lo que la convierte en una de las divisas con peor desempeño en América Latina.
No es la primera vez que Petro desconcierta a los inversionistas. En octubre, el peso se debilitó a mínimos históricos después de que Petro reiterara un plan para detener la concesión de nuevas licencias de exploración petrolera. Los combustibles fósiles representan alrededor de la mitad de los ingresos de exportación del país.
Sus últimas propuestas se suman a un telón de fondo que preocupa a los inversionistas: el dólar se ha fortalecido; el déficit de cuenta corriente de Colombia probablemente se amplió el año pasado a más de 6% del producto interno bruto; y la inflación, que se encuentra en un máximo de más de dos décadas, aún no alcanza su nivel máximo. Mientras tanto, la economía va rumbo a un aterrizaje forzoso después de registrar en 2022 la mayor expansión entre las principales naciones latinoamericanas.
Eso se traduce en mayores costos de endeudamiento para el Gobierno, ya que los inversionistas exigen un mayor rendimiento para conservar los instrumentos de la nación y la debilidad del peso hace que los préstamos denominados en dólares sean más caros.
Colombia pagará el equivalente a 4,4% del PIB en intereses por sus bonos este año, frente a 3,4% de 2021, según estimaciones del Ministerio de Hacienda.
Los inversionistas están atentos a las próximas elecciones locales para evaluar hasta dónde puede llevar Petro sus reformas sociales. “A medida que el país se acerca a las elecciones locales de octubre, es probable que Petro pierda influencia ante el Congreso, lo que probablemente exponga la brecha entre lo que propone y lo que realmente puede lograr”, escribieron el economista de Barclays Plc Alejandro Arreaza y el estratega Sebastián Vargas en un informe del 16 de febrero.
Sin embargo, los rendimientos de los bonos colombianos —tanto en pesos como en dólares— se encuentran entre los más altos entre sus pares latinoamericanos, según datos recopilados por Bloomberg. Eso llevó a los inversionistas a tratar de equilibrar el riesgo que significa Petro con la recompensa de los altos pagos.
“Mucha negatividad política ya se ha descontado en Colombia”, dice Viktor Szabo, quien dirige una cartera de bonos de mercados emergentes en abrdn Plc en Londres. Desde fines del año pasado, abrdn ha aumentado gradualmente su exposición a los bonos TES, dijo. “Tenemos margen para agregar más, pero no con prisa”, señaló Szabo.
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