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Están por encima de la papa, el maíz blanco y la caña de panela
Con el reporte de drogas de la Oficina de la Política Nacional para el Control de Drogas de la Casa Blanca (Ondcp), que dio cuenta de un incremento de 11,1% en las hectáreas de cultivos ilícitos en el país el año pasado, se evidenció el tamaño de una industria que, puesta dentro de la perspectiva de las actividades agrícolas, ocuparía un lugar muy importante.
En total, los cultivos ilegales sumaron 209.000 hectáreas, cifra superior a la de varios productos que hacen parte de la canasta familiar. Tanto, que los cultivos ilícitos tienen la novena mayor extensión de tierra dentro de las actividades del sector agropecuario.
Al revisar los datos de superficie cosechada en 2017, publicados por la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), se evidencia que el mayor cultivo fue el de café, con 903.951 hectáreas, seguido del área dedicada al arroz, que sumó 589.979 hectáreas.
Por encima de los cultivos ilícitos están además el plátano, la palma de aceite, las frutas, el maíz amarillo, la yuca y la caña de azúcar. Sin embargo, para Jorge Bedoya, presidente de este gremio, es sorprendente el hecho de que el territorio dedicado a actividades ilegales sea mayor que de productos como la papa, el maíz blanco y la caña de panela.
Según Bedoya, hay varias razones que explican este comportamiento. “La rentabilidad de un negocio ilícito, además de las dificultades de esas zonas por la carencia de vías terciarias, hace que tristemente haya más incentivos para el cultivo de coca”, consideró.
Además, de acuerdo con el Observatorio de Droga del Ministerio de Justicia, el rendimiento por hectárea de los cultivos ilícitos (4,8 toneladas por hectárea) es similar al que tiene el arroz, y es muy superior al de otros de los principales cultivos como el café (1,06 toneladas por hectárea) o el cacao (0,5 toneladas por hectárea).
La disminución de los cultivos ilícitos debe ser prioridad, y justamente, al finalizar el Consejo Nacional de Estupefacientes, el presidente Juan Manuel Santos reiteró que “llevamos 40 años luchando contra el narcotráfico” y defendió la estrategia de su Gobierno para reducir los cultivos ilícitos de forma voluntaria.
“Tenemos un plan que, si funciona, por primera vez vamos a dejar de ser el primer productor de cocaína del mundo”, dijo el mandatario, pero reconoció que es una tarea que, a pesar de tomar tiempo, podría traducirse en una reducción de 110.000 hectáreas de coca. Este año serían 40.000 hectáreas sustituidas y 70.000 hectáreas erradicadas forzosamente.
Según las cuentas del Gobierno, ese plan voluntario de sustitución deja, por ahora, más 77.000 familias con acuerdos de erradicación, más de 43.500 están arrancando la coca, hay 18.000 hectáreas arrancadas y verificadas y otras 10.000 a la espera de ser certificadas.
De hecho, algunos de los gremios de productos que hacen parte de los programas de sustitución, como es el caso de Fedecacao, han pedido que se mantenga la estrategia para las familias con el cambio de administración y la llegada del nuevo presidente.
“Lo primero es seguir con los programas que se tienen actualmente como el de la sustitución de cultivos ilícitos”, ha dicho el presidente de Fedecacao, Eduard Baquero López.
La iniciativa que cuenta con 58 artículos ha avanzado con la misma estrategia usada en otras reformas, que es avalar las proposiciones en bloque
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