Los escenarios probables para contratar empleados con el salario mínimo de 2024

La negociación por el salario mínimo se encuentra en una semana cumbre, luego de no haber llegado a un acuerdo en el primer plazo estimado del 15 de diciembre pasado. Las posturas de los actores de la mesa tripartita están alejadas. Hasta el pasado viernes el Gobierno, los empresarios y las centrales obreras estaban alejadas con respecto a la cifra que se debería emplear para reajustar el salario del próximo año.

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No obstante, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, se mostró confiado este martes de que sí se logre consensuar la cifra para el incremento del salario de 2024.“Yo no descarto que todavía puede haber acuerdo. Todos los actores están reconociendo que hay una ganancia en el poder adquisitivo de los colombianos”, mencionó Bonilla tras la reducción de la tasa de interés por parte del Banco de la República.

De hecho, la discusión del mínimo y su futuro impacto fueron parte de los temas que se tocaron en la intimidad de la reunión de la Junta Directiva del Emisor, según lo anunciado por el propio Bonilla en rueda de prensa.

“Fue uno de los temas de discusión en términos de aceptar que en 2023 se obtuvo una ganancia de más de seis puntos en el poder adquisitivo real de los colombianos y con la expectativa de seguir reduciendo la inflación en 2024, cualquiera que sea el ajuste del salario mínimo va a significar un incremento adicional en el poder de compra de los colombianos. Se resalta que se está generando poder de compra”, mencionó Bonilla.

Suben los costos

Independientemente de cuál sea el incremento del salario mínimo, los costos laborales se incrementarían sobre los $2 millones por trabajador que gane un salario mínimo.

Si bien el sector privado no ha anunciado una cifra puntual de incremento, algunos integrantes han mencionado que el alza debe estar cercana a la inflación, un valor que fue determinado en 10,15% para noviembre y que se tomó como base para la negociación.

Actualmente, de acuerdo con un cálculo del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, un trabajador que devenga un salario mínimo le cuesta $1,8 millones a una empresa. De esta forma, con el alza estimada por los empresarios estos costos laborales ascenderían hasta $1,9 millones.

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Vale apuntar que esta es la oferta de incremento más baja entre las todas las opciones conocidas hasta ahora.

El aumento podría estar cercano a 11,7% en caso de adicionar un puntos al dato de inflación fijado. Esto daría un alza de $152.100, incluyendo el subsidio de transporte, también empleado en conectividad. Tomando en cuenta este aumento, el costo total para las empresas ascendería hasta los $2 millones.

De la otra orilla, los sindicatos proponen un incremento de 18%, la apuesta más alta entre las partes. Si bien esta carta incrementaría hasta $1,3 millones el salario base, los costos para las empresas ascenderían hasta los $2,1 millones.

En un documento de estudio, el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana precisó que en la discusión del salario mínimo también se deben tener en cuenta a las empresas.

“La discusión del salario mínimo en Colombia debe transparentar tanto lo que le cuesta al empleador como lo que recibe el empleado”, señaló el reporte. El documento también contempla que lograr un consenso informado y sostenible es fundamental para alcanzar un salario mínimo que sea justo y equitativo”.

Es importante recordar que en caso de que no se logre un acuerdo por el salario mínimo, el Gobierno tendrá que tomar la decisión el alza por medio de un decreto, por lo que el plazo máximo es el 30 de diciembre.

Siguen en desarrollo las reuniones propias

Buscando afianzar el ánimo de concertación, la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, reafirmó que en esta semana se estarían desarrollando las otras reuniones bilaterales con cada una de las partes para trazar puentes con el objetivo de definir el incremento. Uno de los elementos que ha generado divisiones en la mesa tripartita es el dato de productividad que, de acuerdo con el Dane, fue negativo de -1%. Las centrales obreras piden que sea tomada en cuenta una diferencia de 17 puntos entre la productividad total factorial y la productividad laboral.