Estudiantes de universidades públicas completaron siete marchas en dos meses

Por séptima vez en poco menos de dos meses, los estudiantes de las universidades públicas del país volvieron a salir a las calles para exigir al Gobierno de Iván Duque que subsane la crisis presupuestal de la educación estatal en la que se estima un déficit acumulado de más de $18,2 billones. En esta ocasión, la movilización que se denominó la ‘Marcha de los Lápices’ buscaba retomar las negociaciones sobre la situación financiera de las más de 60 instituciones de educación superior del país.

“Alrededor de $3,2 billones del déficit es de funcionamiento, es decir, dinero que las universidades necesitan para gastos básicos como el pago de nóminas, trabajadores o servicios públicos, y los otros $15 billones corresponden a un déficit de inversión. Esta parte de la deuda acumulada es producto de la Ley 30 del 92 porque el aumento que exige se amarra al IPC, eso significa que si las universidades teníamos ese año $500 pesos para funcionar, hoy en día ajustado a la inflación tendríamos la misma capacidad adquisitiva. No ha aumentado en términos reales del presupuesto de las universidades”, aseguró Cristian León, representante de la sede central de la Universidad Nacional, entidad que entró en paro el pasado día 11 de octubre.

Y es que a pesar de que el Gobierno anunció hace un mes un incremento inicial de $500.000 millones al sector de la Educación en el Presupuesto General de la Nación para 2019 y, posteriormente, el presidente Duque adicionó otro $1 billón para la educación superior en el presupuesto bienal de regalías, los estudiantes de las entidades públicas del país siguen demandando $3,2 billones para funcionamiento y $15 billones para infraestructura.

Así transcurrieron las marchas
Además de estudiantes de ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla o Bucaramanga de universidades como la Nacional, la Pedagógica o la Distrital, en la jornada de ayer también se unieron a marchar por las calles del país las centrales obreras y los trabajadores de la rama Judicial.

Debido a la polémica generada en la movilización estudiantil de la semana pasada, en la que las protestas se salieron de control con el ataque a la sede de RCN Radio o cuando cerca de 40 estudiantes se resguardaron del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) en un local de Éxito Express en el norte de la ciudad, había una gran expectativa por el acontecer de la movilización de ayer.

Si bien en las cinco primeras horas de movilización todo transcurrió con normalidad, al cierre de esta edición se presentaron los primeros enfrentamientos entre encapuchados y el Esmad y se reportaban algunas afectaciones en la movilidad del transporte público Transmilenio en Bogotá. Por su parte, en la Universidad de Antioquia en Medellín procedieron a evacuar las instalaciones de la entidad debido a que cerca de 20 encapuchados se enfrentaron a la policía.

“El factor común de esta movilización ha sido el carácter pacífico. Rechazamos todo tipo de violencia que va en contra de nuestra causa. El sentido de nuestras movilizaciones es la crisis que vive la educación del país y que el Gobierno reanude la mesa de negociación con profesores y estudiantes”, aseguró Jennifer Pedraza, vocera de la Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles de la Educación Superior (Acrees).

Adicionalmente, desde el inicio de la jornada la sede de RCN Radio exhibió en la fachada de sus instalaciones una gran bandera de Colombia y un cartel de unidad que decía : “Somos una familia de colombianos que sueña lo mismo que tú: un país mejor”. También había una exposición de los 30 años sin Guillermo Cano. Sin embargo, en la tarde se reportó que una de las móviles con las que cubrían la marcha fue manchada con pintura en aerosol.

Con el objetivo de que reaccionar de manera inmediata, la semana pasada el alcalde de la capital, Enrique Peñalosa, anunció la creación de un grupo para atender este tipo de sucesos. En la marcha del 8 de noviembre se emplearon 2.300 policías.