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Aunque la guerra empeoró las presiones inflacionarias, la FAO registró que los precios de los alimentos vienen con una tendencia gradual a la baja desde marzo
Esta semana ha tenido una efervescencia existente por causa de la nueva reforma tributaria que se radicó ante el Congreso. No solo porque hay temas profundos y técnicos en lo que se refiere a los impuestos y las exenciones para las personas naturales y las empresas, sino porque este proyecto tendría una afectación en algunos alimentos y bebidas.
Durante la mañana del lunes, la nueva ministra de Agricultura y Desarrollo Rural, Cecilia López, se reunió con Mario Lubetkin, representante regional de la FAO para América Latina y el Caribe, en la que se discutieron varios temas relacionados con el desarrollo agrícola del país y la perspectiva que tiene la entidad multilateral de Colombia.
Lubetkin, explicó, entre otras cosas, el panorama regional frente a la problemática alimentaria y sus zonas más críticas.
¿Cuál es el panorama de la región en materia alimentaria teniendo en cuentas las presiones externas inflacionarias?
No puedes analizar Colombia fuera del contexto regional e internacional, sacarías una conclusión equivocada. Si vamos a los números, no hay duda que el factor del covid y de la guerra de Ucrania alteraron notablemente los precios de los alimentos. Según nuestros datos, estos inciden en 11% de los procesos inflacionarios que hay en toda América Latina.
¿Qué temas se hablaron en la reunión con Cecilia López, ministra de Agricultura?
Todos son temas que tienen que ver con las acciones nuestras en la FAO: la continuidad de la nueva fase del proceso de paz, que incluye todo el tema de la distribución de tierras, la soberanía alimentaria, el escenario de la innovación y desarrollo digital, porque sin ellos no vamos a tener las capacidades económicas para afrontar las nuevas realidades, que tienen que llevar a mejoras con menos recursos.
Hablamos de la descentralización en Colombia, de los diálogos incluyentes, de la relación con el sector privado, de cómo tiene que entrar en una nueva fase donde nosotros le estamos poniendo mucha fuerza. Esto va dentro de los procesos de transformación de todos.
¿Por qué no puede haber desarrollo económico si no se resuelve el tema de seguridad alimentaria?
Los números son absolutamente claros, estamos hablando 828 millones de personas que pasan hambre, en 2020 se sumaron cerca de 46 millones. En América Latina los niveles de hambre son de 56 millones de personas al final de 2021, solo a nivel global en un año equivalió a casi el total de personas en situación de hambre de América Latina. Si lo mira en el escenario precovid se movió la aguja a 150 millones de nuevas personas con hambre, ¿qué desarrollo económico puede tener con estos números?
En la región, 13 millones de personas se sumaron al hambre de América Latina desde el periodo precovid. Estamos hablando de cifras importantes: 93 millones viven en seguridad grave alimentaria y 267 millones en inseguridad media, son números extraordinariamente altos, por lo que si se piensa en desarrollo económico se tiene que resolver.
¿Cuál es la visión de la FAO con relación a la seguridad alimentaria?
Nunca antes pegamos el tema del hambre con la nutrición, la energía, la economía, la inversión al clima y a la salud, hay que unirlo todo o no vamos a afrontar en su globalidad la transformación de los sistemas agroalimentarios, nosotros queremos apoyar este país no para una coyuntura dentro de un año, ya que estamos hablando no de un Gobierno y un presidente recientemente electo, sino de varios , hablando a lo largo, si dentro de tres años ciertas regiones agrícolas mejoraron sustancialmente, vamos a estar felices, pero va a ser parte de un proceso.
La ministra usaba un término que era “Colombia potencia alimentaria”, nosotros creemos que sí, es un proceso posible porque la riqueza de este país es maravillosa, el tema es con qué políticas de Estado, donde los grandes actores entiendan que no es solo para un presidente.
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