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Aunque los camioneros no recibirán el ajuste presupuestado, el Ministerio de Hacienda volvió a proponer la idea de realizar cobros diferenciales para vehículos particulares
El paro de camioneros concluyó tras los acuerdos a los que llegaron el Gobierno y los transportadores durante la madrugada del viernes.
En una rueda de prensa convocada por el Ministerio de Transporte, se presentaron los acuerdos alcanzados en los diálogos. El Ministerio de Hacienda sugirió implementar aumentos progresivos en el precio del Acpm, con el fin de minimizar el impacto en el sector del transporte.
Aunque los camioneros no recibirán el ajuste presupuestado, el Ministerio de Hacienda volvió a proponer la idea de cobros diferenciales. Esta opción ya había sido planteada a los taxistas durante las protestas por el aumento de la gasolina, pero hasta ahora no se ha podido aplicar con efectividad.
Ricardo Bonilla explicó que habrá tres políticas para el diésel. Los grandes consumidores, aquellos que utilizan más de 20.000 galones mensuales, que ya pagan la tarifa completa en alrededor de $16.000. El segundo enfoque afectará a los transportadores, quienes adquieren el combustible en estaciones de servicio minoristas, por lo que se aplicará un diferencial en el precio de alrededor de $10.000.
La tercera política establece que los vehículos particulares que usan Acpm también pagarán la tarifa completa, es decir, sin subsidios, lo que implicaría un costo de aproximadamente $16.000 por galón.
Anif afirmó que “el incremento en el precio del Acpm es inevitable”, ya que en 2023, tres cuartas partes del déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, Fepc, fueron causadas por ese combustible.
Agregó que incrementar los precios, luego de que no se hiciera en 56 meses (desde enero de 2020), contribuye a disminuir el déficit fiscal, lo que favorece la estabilidad financiera en un escenario de tensión sobre las finanzas públicas.
Además, dice que al disminuir el subsidio, los precios del Acpm se ajustan mejor a los estándares internacionales, evita distorsiones en el mercado y fortalece la competitividad a largo plazo.
“El año pasado pagamos más de $22 billones por concepto de la deuda del Fepc, este año estamos pagando $20 billones del déficit del 2023. En 2025 tendremos que pagar $10 billones del déficit de este año”, explicó el ministro Bonilla.
De igual manera, este incremento puede motivar una transición hacia energías más limpias, una prioridad global que traería beneficios para el país.
El decano de economía de Uninpahu, Michael Ortegón, explicó que “si bien el aumento del Acpm podría incentivar a una mayor eficiencia en el gasto por parte del Gobierno, pone en jaque la eficiencia de los sectores económicos que en su mayoría tienen una productividad bastante moderada, por no decir baja”.
Sin embargo, hay puntos en contra. Diego Palencia, VP de investigaciones en Solidus Capital, comentó que descongelar el precio del Acpm era negativo porque se pierde la “poca competitividad y productividad que se creó para enfrentar la pospandemia”.
Así mismo, Ortegón también comentó que el aumento podría impactar negativamente la productividad, ya que el Acpm es crucial para el transporte de carga, lo que incrementaría los costos logísticos y perjudicaría la competitividad. Además, la falta de una infraestructura adecuada para transporte alternativo en el país complica la transición hacia tecnologías más limpias, lo que afectaría de manera adversa a los sectores que dependen del diésel.
Según el Ministerio de Hacienda, la inflación podría verse afectada por el ajuste, y ese impacto podría mantenerse o no en el tiempo, dependiendo de varios factores, como la rapidez con la que se normalicen los inventarios de alimentos. Sin embargo, el Gobierno es optimista y confía en que su proyección del Índice de Precios al Consumidor se mantendrá, con un cierre anual cercano a 5,5%.
Los acuerdos entre el Gobierno y los transportadores, que pusieron fin al paro, incluyeron propuestas para revisar la fórmula del cobro de combustibles en Colombia. Se estableció que el precio del galón de diésel no aumentará en $1.904, y en su lugar, habrá dos incrementos de $400: uno en los próximos días y otro a partir del primero de diciembre.
Aunque este ajuste aún está sujeto a futuras negociaciones, debido a la necesidad del Gobierno de cerrar el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, Fepc, los transportadores solo enfrentarán un aumento de $800 en el galón de Acpm.
Bonilla también indicó que es probable que el ajuste en el precio del diésel se realice de manera similar a lo que ocurrió con la gasolina, es decir, mediante aumentos graduales durante varios meses.
El galón de Acpm quedará por encima de $10.000 en varias ciudades de Colombia. Cali, Tunja y Villavicencio tendrán el diésel más caro con $10.292, $10.290 y $10.256, respectivamente.
Los que pagarán este combustible más barato serán Cúcuta, Pasto y Cartagena con $7.841, $9,148 y $9.817, cada uno.
En la capital del país, donde hubo cinco millones de ciudadanos afectados y 90 buses vandalizados, tendrá una tarifa de $10.156 por galón con la subida de los $400. La ciudad perdió $30.000 millones por cada día de paro, siendo el sector hotelero el que más se vio afectado.
Históricamente, la inflación en septiembre tiende a ser la más baja, pero las recientes protestas podrían alterar esa tendencia. En julio, la variación de precios en alimentos y bebidas fue de 5,26%, pero se espera que este indicador aumente en septiembre.
Según datos del Sipsa, el precio del bulto de limón tahití, que el miércoles costaba $250.000, el jueves oscilaba entre $260.000 y $280.000. Del mismo modo, el precio del lulo subió hasta $130.000-$150.000.
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