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Importaciones agrícolas
En el caso del maíz blanco y el frijol de soya, ambos vienen en su totalidad desde EE.UU.; además la torta de soya tuvo una participación de 84,3% y el aceite de soya 20%
Colombia mantiene una fuerte concentración en sus importaciones de productos agropecuarios desde Estados Unidos. Según cifras de Fenalce, al cierre del año anterior, 99% del maíz amarillo importado provino de esta nación, con un volumen total de 6,4 millones de toneladas y un valor CIF de $0,89 millones por tonelada. En el caso del maíz blanco, la participación estadounidense es de 100%, con 373.479 toneladas importadas a un valor promedio de $1,15 millones.
Lo mismo ocurre con los derivados de la soya. El fríjol de soya importado en 2024, también provino en su totalidad de Estados Unidos, con un volumen de 443.542 toneladas. En el caso de la torta de soya, que alcanzó 1,7 millones de toneladas, la participación de EE.UU. representó 84,3%. En el caso del aceite de soya, la dependencia es menor con 20% de participación de 443.398 toneladas.
Esta alta dependencia del mercado estadounidense para abastecer productos clave como el maíz, la soya y sus derivados plantea un riesgo frente al escenario de posibles aranceles que ese país aplicaría a las exportaciones colombianas.
María Claudia Lacouture, presidente de AmCham, señaló que el tema del maíz es especialmente crítico tras las medidas arancelarias. “Colombia necesita 6,5 millones de toneladas, y nosotros producimos solo 1,2 millones. Mientras hacemos ese proceso de producción nacional, que toma tiempo, debemos buscar una proveeduría competitiva”, dijo. Lacouture y advirtió que actualmente Estados Unidos es el proveedor más competitivo y que se accede a ese maíz con 0% de arancel y sirve para cubrir 80% del costo de la proteína que se consume.
En este contexto, expertos advierten que diversificar el origen de las importaciones podría convertirse en una oportunidad para mitigar impactos económicos y mejorar la competitividad. El exministro de Agricultura, Andrés Valencia, señaló que esta es una oportunidad para eliminar temporalmente la franja de precios y facilitar el ingreso de productos como maíz y soya desde países del Mercosur.
“El país debería aprovechar este escenario para eliminar, aunque sea temporalmente, la franja de precios y diversificar el origen de sus importaciones de maíz, soya, torta de soya y aceite de soya. En estos productos se depende en alto grado de EE.UU., y sus exportaciones vienen subsidiadas”, dijo Valencia.
El exministro explicó que, en contraste, países del Mercosur pueden ofrecer estos mismos productos sin subsidios, con mejor calidad y a precios competitivos. “Se puede abrir este espacio a Mercosur o como alternativa ofrecerles un contingente arancelario a cero arancel, sin el arancel variable de la franja de precios”, propuso.
Valencia recordó que esta situación se deriva de lo pactado en el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Actualmente todas las importaciones de maíz, soya, torta de soya, aceite de soya y trigo desde EE.UU. entran sin aranceles.
En el caso del Mercosur, el tratamiento fue diferente. “Se liberaron los aranceles fijos del maíz, la soya y sus derivados, pero no se eliminó el arancel variable de la franja de precios”, explicó el exministro. Esto ha tenido un impacto en la competitividad de esos países en el mercado colombiano, especialmente cuando los precios internacionales están bajos.
En 2021, cuando los precios internacionales comenzaron a subir, los productos del Mercosur se volvieron más competitivos. “Se empezó a reducir la participación de EE.UU. en las importaciones llegando a 68%. En 2022 pasó a 45% y en 2023 a 58%”, comentó Valencia. Sin embargo, en 2024, la participación volvió a subir hasta 99%.
“Si se elimina la franja no pasa nada, simplemente que se aumenta la oferta de maíz, soya y derivados, libre de aranceles”, explicó el exministro.
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