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A pesar de esta caída en el pronóstico de crecimiento, Uribe indicó que no es una situación de crisis. “Si la economía colombiana crece 2,8%, sería la segunda entre los 7 países más grandes de la región que más crece, estando cerca de Perú. Brasil, Venezuela y Argentina tendrían caídas, Chile se prevé por debajo de ese 2,8%. Ese crecimiento no se puede decir que sea una crisis”, aseguró.
Además de estos factores, Uribe indicó que en el sector externo colombiano hay impactos negativos por cuenta de la caída en los precios del petróleo (que baja el ingreso nacional y la inversión extranjera directa), la casi inminente decisión de la subida en las tasas de interés de la FED y el menor crecimiento de nuestros socios comerciales, sobre todo Venezuela y Ecuador “que son mercados importantes para los productos manufacturados”.
Por el lado local, el gerente del Emisor destacó el comportamiento del mercado laboral, que ha permitido que la desaceleración del consumo de los hogares no sea fuerte.
Sin embargo, el gerente se mostró preocupado por el efecto de la devaluación en la inflación. De acuerdo con Uribe, la transmisión de la pérdida de valor del peso a la variación en los precios está entre 5% y 7%, y señaló que este fenómeno puede traer problemas a las expectativas de inflación.
“Existe el riesgo de que movimientos en la tasa de cambio desanclen las expectativas de inflación a más de un año o contagien de manera persistente los indicadores de inflación básica, o que el ajuste del gasto no sea de la magnitud compatible con la estabilidad macroeconómica (que sea más fuerte o más débil)”.
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