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Luego de dos periodos legislativos en los que se hundió el TLC, el Congreso decidió darle visto bueno al intercambio que “permitirá a Colombia el ingreso inmediato a Corea sin arancel de 98% de las líneas arancelarias que clasifican los bienes industriales y en 5 años el restante 2%”, destacó ayer el Ministerio de Comercio.
Esto beneficiará principalmente la demanda de alimentos como las carnes de cerdo, lácteos, frutas y verduras. De hecho, Carlos Ronderos, director del Consejo Económico Colombo Asiático, estima que de los US$20.000 millones que Corea destina al año para la compra de alimentos, Colombia podría quedarse con 2%, es decir, unos US$600 millones. “Eso sería en el corto plazo, lo que podría aumentar hasta 3% en unos años más. Puede que no se vea como mucho, pero ayudará a la economía”, señaló.
En contraste con ese optimismo, el sector autopartista cree que también aumentarán las importaciones, con lo que se causará un daño a la industria local, que aún no logra recuperar su crecimiento al ritmo de la economía. “Nos preocupa muchísimo la forma en la que el Gobierno tramitó esto con un mensaje de urgencia. Y dicen que nos van a ayudar, pero no se trata de eso, sino de darnos herramientas para ser más competitivos”, señaló Tulio Zuloaga, presidente de Asopartes.
Según el dirigente gremial, gracias a los buenos precios del mercado coreano, las importaciones de autopartes desde ese país ascienden a US$500 millones. “Eso podría crecer 30% con las desgravaciones del TLC, mientras que nosotros seguimos pagando impuestos muy altos. Vamos a perder mercado y muchas industrias tendrán que irse”, agregó.
Pese a eso, el Gobierno presentó ayer un decreto que permitirá que los sectores de autopartes se ayuden desde dos frentes: intercambio de conocimiento y encadenamientos productivos.
Los retos para ser competitivos
Pese a que el Ministerio de Comercio declaró que el agro es el gran ganador con el TLC, aún hay tareas que cumplir para que eso sea una realidad. Entre esas está el mejoramiento de las vías, la optimización de los costos de transporte y logística para el traslado de los alimentos. “Muchos dicen que no es posible, pero esto nos exige ser más competitivos para lograrlo. Hay que trabajar para tener mejores precios, especialmente, hasta el puerto de Buenaventura, porque de nada sirve tener un TLC y no ser competitivos”, señaló Rafael Mejía, presidente de la SAC.
Rafael Mejía
Presidente de la SAC
“China, Japón y Corea son grandes importadores de alimentos, así que hay oportunidades. Pero esto nos exige ser más competitivos”.
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