“No es posible desarrollar el campo solo con pequeños productores”

Rudolf Hommes es uno de esos nombres que está grabado en la historia económica de Colombia por ser el ministro de Hacienda que comandó la apertura en el gobierno Gaviria. En Inside LR, habló sobre la ley de financiamiento y dio puntadas sobre cómo impulsar el crecimiento del agro, la industria y la economía en general.

¿Qué opina de la nueva versión de la ley de financiamiento que cursa en el Congreso?
La propuesta que hizo Alberto Carrasquilla, técnicamente estaba muy bien, pero no se vendió bien y el Congreso no le caminó. Creo que este cambio con el que el presidente Duque se ha comprometido, de no dar mermelada, ha mostrado que el Congreso no es tan manejable.

Es muy importante que se acabe la mermelada, porque es una fuente de corrupción e ineficiencia enorme. Entonces, si el sacrificio es que perdimos la reforma tributaria, bueno. No va a ser grave, porque creo que pasamos el año, pero sí creo que necesitamos una reforma tributaria estructural, grande, seria, que probablemente tendremos que hacerla el otro año.

¿El próximo año habría ambiente para esa reforma?
Tenemos que empujarla y hacerle caer en cuenta al Congreso de esa responsabilidad.

¿Qué otras maneras hay para reducir el hueco fiscal?
Hay algo que no se ha discutido lo suficiente y es que esta reforma tiene estímulos para la inversión en el sector privado. Por ejemplo, está el tema del descuento del IVA pagado por los bienes de capital, eso vale mucha plata, $6 billones. Entonces uno dice, cómo así que están recaudando y devolviendo al tiempo. Para tapar el hueco se podría haber hecho menos grande el descuento y hacerlo más progresivo.

Hay otras cosas, como que a la economía naranja le han dado una interpretación amplísima. También hay unos grandes estímulos para los megaproyectos en el campo. Los que van a quedar muy bien son los sectores productivos e industriales, pero ojalá esta vez sí sepan aprovecharlo.

¿Es necesario aumentar el IVA a más bienes?
Yo sí creo que necesitamos más impuestos, el Estado no está cumpliendo con sus funciones. Jaime Castro tiene un bonito símil y es que tenemos un Estado al que le quedó grande el país. Primero tenemos que saber qué país queremos, no lo sabemos, pero eso tendrá mucho que ver con los impuestos.

El IVA es inequitativo, en la medida en que le pongamos IVA a los pobres, tenemos que devolvérselos; pero también hay que gravar a los ricos, la tasa de tributación efectiva tiene que ser progresiva, pero llega a un tope en la clase media y de ahí arranca a bajar.

¿Por qué se sigue centrando en la clase media el pago de impuestos?
Todos tenemos que pagar impuestos dependiendo del ingreso, tiene que ser progresivo. El impuesto de renta tiene que ser progresivo y el gasto debe ser redistributivo. El problema es de economía política, porque los ricos son los que tienen el poder.

¿Nos preocupamos demasiado por lo fiscal y se abandonan otros problemas?
Creo que la parte fiscal hay que tenerla de prioridad, no se puede correr el riesgo de que se desequilibre la economía. El Estado tiene que sopesar temas como la seguridad, como el bienestar social y mirar cómo los trabaja sin tirarse la parte macroeconómica. Eso quiere decir, en últimas, más impuestos.

¿Quién ganó y quién perdió con las reformas de economía política que usted promovió desde que fue ministro de Hacienda?
Esas reformas había que hacerlas. En la economía que teníamos era todo a dedo, era muy inequitativa y muy manejada, eso había que soltarlo. En el camino ha habido muertos, eso es indudable. Si después del gobierno nuestro se hubiera continuado con las reformas (...) pero apenas nos fuimos empezó una contrarreforma para cerrar la economía. Así es muy difícil juzgar el balance, pero, al final, sí creo que era necesario el cambio; tanto, que nadie lo pudo echar para atrás.

¿Cuáles han sido las fallas del Gobierno en establecer una política agroindustrial realmente efectiva?
En primer lugar, creen que para que haya agricultura hay que subsidiar. La política de subsidio, de tratar al campo como si fuera un pariente pobre, es contraproducente.

Nosotros tenemos una región prácticamente abandonada, que va de Villavicencio para allá, pero no la hemos podido desarrollar, porque no le hemos hecho lo mínimo, como una carretera o un ferrocarril. Entonces, cuando piensan en el desarrollo de la agricultura, piensan en darle a los mismos, pero no en crear una frontera.

¿Qué se nos atraviesa? Primero, que la izquierda quiere que todo eso se desarrolle con pequeños productores. No va a ser posible. Hay que tener un modelo mixto, y si sigue con el tema ideológico de vetar a los grandes, nunca se va a desarrollar. Hay que tomar en serio el desarrollo del campo, no son subsidios. Hay que cambiar la óptica, el foco de todos los gobiernos, incluido este, ha estado errado.

¿Se aprendieron las lecciones de la enfermedad holandesa?
Me temo que no, y me temo que esta alza del petróleo nos va a dejar otra vez sin las reformas que hay que hacer. Lo que tenemos que ver es cómo desarrollamos industria y agricultura. Un alza del petróleo no puede sustituir un esfuerzo fiscal. Hay que tener una política de desarrollo más agresiva, pero el petróleo se interpone de alguna manera.

¿Qué se debe hacer para exportar más?
No tengo una respuesta probada, pero hay un error conceptual: creen que lo que hay que hacer es que el Estado se retire y dejar que pasen las cosas. Tenemos que tener cambio técnico, muy organizada la inversión, y eso sin un Estado muy participativo, pero no intrusivo, es muy difícil.

Cuando el Estado en Colombia piensa en desarrollo, piensa en subsidios y en estímulo a la inversión con un costo fiscal alto. Hay que hacer una revolución tecnológica, pero no la puede hacer solo el sector privado, tiene que ser concertado.

Tras su paso por la academia, ¿cuál cree que debe ser el papel de las universidades y del sector público para reorganizar la economía?
La gente cree que para desarrollar el país necesitamos economistas, pero los economistas colombianos se han quedado en cosas que no son importantes; y los ingenieros no están haciendo su tarea, se nos están cayendo los puentes, la ingeniería colombiana es una vergüenza y es una razón por la que no nos desarrollamos. Las universidades están educando administradores que saben de cálculo y física, no científicos ocupados en el desarrollo. Pero eso no lo pueden hacer ellas solas, necesitan que el Gobierno las estimule.

¿En dónde está ese espacio para reducir el gasto público?
En la corrupción. Todo eso nos lo podríamos ahorrar y las consecuencias son gigantescas. Mi primera prioridad sería acabar la corrupción, que no la toleremos más. La mayoría del país ve como normal que los políticos roben.

El perfil
Rudolf Hommes es administrador de empresas y economista, tiene maestría en administración de la Universidad de California, además de un doctorado en administración de la Universidad de Massachusetts. Entre los cargos que se pueden resaltar está el de asesor de la Junta Monetaria del Banco de la República, rector de la Universidad de Los Andes, lideró la privatización del Banco de Bogotá y del Banco de Colombia, y su labor más importante fue la de ser el ministro de Hacienda del gobierno de César Gaviria.