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El presidente de la Andi, Bruce Mac Master, aseguró que la tributaria es un hecho y habló de bajar la tarifa del IVA, cobrarlo en más productos y eliminar las exenciones
La agenda de Bruce Mac Master, presidente de la Andi, por estos días no es precisamente de vacaciones y celebraciones. La discusión del salario mínimo, el cierre de proyecciones y una pandemia que impactó con variaciones negativas a 54% de las 39 actividades industriales que mide el Dane lo tienen aún en modo trabajo. Como representante de los empresarios, nadie mejor que él para hacer un análisis de la esperada decisión del aumento del mínimo, de las lecciones que nos dejó el covid-19 y de la ‘reformitis’ que se nos viene en los próximos años.
¿Cómo reciben la noticia de que el Gobierno estaría pensando en decretar un aumento del salario de 3,5%?
La contrapropuesta que los gremios hicimos en el marco de la Mesa de Concertación de Políticas Laborales y Salariales se basó en criterios reales, en recuperar los empleos perdidos, mantener los existentes, lograr crecimientos sostenidos de la inversión para generar nuevos empleos, alcanzar ganancias reales en los salarios de los trabajadores, apuntar a mayor formalización laboral.
Los empleadores hemos hecho un esfuerzo por incrementar cada año los salarios reales de los trabajadores. En 20 años, el salario mínimo tuvo un incremento acumulado de 38,3% en términos reales. Ha sido del interés de los empleadores que los trabajadores tengan mayor poder adquisitivo.
En esa medida, sería importante que el Gobierno tuviera en cuenta las consideraciones que expusimos, las cuales corresponden a una realidad que estamos viviendo, y en las que buscamos que también haya ganancia para los trabajadores.
¿Qué tan golpeado (en cifras de ingresos, empleos e inversión) quedó el sector privado por la pandemia del covid-19?
El sector empresarial sufrió un golpe muy fuerte, de ahí que en el peor momento a causa de las restricciones, nuestro llamado fue a proteger el empleo y salvar empresas.
Tuvimos un momento muy difícil en el que encontramos empresas con una situación delicada de liquidez. Hoy, es muy importante recordar lo sucedido, porque a pesar de la gravedad de la situación se lograron rescatar empresas y empleos.
En cuanto a cifras, estamos hablando de una caída del sector industrial de 11,1%, cifra que evidencia muy bien el impacto si tenemos en cuenta que el primer bimestre la economía tenía un comportamiento con crecimiento de 4,1%.
El Producto Interno Bruto (PIB) de 2020 va a ser exactamente igual al valor nominal del PIB de 2017, las proyecciones de la mayoría de los economistas indican que solo a final de 2022 recuperaremos el tamaño de la economía que teníamos en 2019.
Es preocupante lo ocurrido con el empleo, tal vez el mayor problema social que debemos enfrentar y solucionar. Las cifras presentadas ratifican que el empleo debe ser una prioridad en la política de reactivación económica, tener una cifra de desempleo de 14,7%, es un llamado de atención para todo el país.
¿Cuáles fueron los sectores más golpeados en el año?
En promedio, 54% de las 39 actividades industriales tuvieron variaciones negativas en las mediciones que hace el Dane en la encuesta manufacturera, lo que muestra el nivel del impacto. En general, los primeros meses fueron muy difíciles para el sector manufacturero, en algunos procesos industriales la suspensión de operaciones generó costos muy altos. Vimos afectado el sector automotor y toda su cadena que incluye los fabricantes de autopartes y los comercializadores. Desde luego, el año fue muy malo para el turismo, construcción y los sectores de gastronomía, entretenimiento y la cultura.
Hemos visto mayor dinamismo de los consumidores en los dos últimos meses del año ¿esto representará alguna recuperación para el sector empresarial y comercial?
Sin duda, y se debe seguir estimulando la demanda. Lo importante es que tengamos continuidad en la recuperación y se eviten nuevos cierres. Es por eso que hemos apoyado campañas ciudadanas sobre el autocuidado y responsabilidad que todos los colombianos debemos tener. Este debe ser un compromiso de todos, debemos tener claro que también depende de nosotros que con disciplina podemos manejar la pandemia para ayudar en el proceso de recuperación económica, de las empresas y, por supuesto, del empleo.
Insistimos en nuestras propuestas de políticas industriales que nos pongan a tono con lo hecho con todos los países con los cuales competimos en los últimos 30 años.
Ojalá esta coyuntura sea una oportunidad para asumir las decisiones que no hemos tomado y para generar las condiciones que no hemos creado. En Colombia hicimos la mitad de la tarea, abrimos la economía y no nos acordamos de generar las condiciones para ser más exitosos en los mercados internacionales.
¿Qué estrategias definieron para arrancar en positivo 2021?
No se puede olvidar que la situación ocasionada por la pandemia no se ha superado, mucho menos relajar las medidas de cuidado. Tenemos el alivio por la llegada de la vacuna al país, pero este es otro paso dentro de todas las acciones y medidas que se deben realizar por un tiempo prolongado.
Al tiempo que seguimos enfrentando la contención en materia de salud, debemos seguir con una tarea grande: Se deben continuar los programas de atención social y de apoyo al sector productivo para que siga adelante el proceso de recuperación.
Pero fundamentalmente nos llegó el momento de asumir una serie de reformas urgentes para el país en materia fiscal y laboral. No hay duda que iniciaremos el año hablando de estos temas.
2020 fue un año en el que se expidió un paquete importante en materia regulatoria alrededor del emprendimiento y la transformación digital en el país. 2021 será el año para empezar la implementación de buena parte de esta reglamentación que puede impulsar nuevos negocios y actividad productiva.
El despegue de sectores como infraestructura y construcción serán definitivos en la medida que constituyen una cadena productiva grande que mueve distintos sectores. Además, el efecto que tienen sobre el empleo es definitivo.
¿Cuál es su proyección de crecimiento de Colombia para el próximo año? ¿Es superior a 4% como lo prevén Banco Mundial, Cepal y el Emisor?
Desde la Andi consideramos que tendremos cifras positivas el próximo año, probablemente estaremos en niveles cercanos a 5%. Un crecimiento en este porcentaje nos pondrá en los niveles nominales del PIB de 2018.
¿Ese crecimiento dependerá de medidas como una reforma tributaria que el Ministro de Hacienda presentará en febrero?
La reforma tributaria es un hecho y es una de las varias tareas que tendremos como país para el próximo semestre. Sobre esto no hay duda y la discusión ya empezó a centrarse en cómo será la reforma.
¿Qué debería contener esa reforma tributaria para tener un régimen más equilibrado y universalizado?
Es importante que podamos garantizarles a los colombianos que el cobro de los mismos se haga en forma equitativa.
Hay que considerar que la tarea más importante será la de garantizar la sostenibilidad del Estado, al tiempo que se pueda mantener el objetivo de reactivación económica, y más inversión para lograr mayor empleo. Por esta razón hay que analizar con gran detalle cuáles son los espacios que existen hoy en día para poder recaudar mayores impuestos.
Buena parte de la discusión estará alrededor del IVA, nosotros habíamos propuesto en una de las reformas anteriores bajar significativamente la tarifa a este impuesto, generando al mismo tiempo la posibilidad de cobrarla a más productos y eliminar las exclusiones.
Ampliar la base de ciudadanos que contribuyan con el sostenimiento del Estado es una tarea pendiente en Colombia, en todos los países los ciudadanos que pretenden obtener servicios tales como la seguridad, la salud, la justicia, o la infraestructura, pagan impuestos de acuerdo con sus posibilidades.
El Estado no deja de ser un esfuerzo colectivo para proveer servicios a los ciudadanos que se unen para financiarlo y se benefician de la capacidad del mismo de proveerlos.
¿Qué lecciones dejó la pandemia al sector empresarial?
Dejó en evidencia la imperiosa necesidad de que trabajemos por la formalización en el país. Una crisis como la vivida en este año mostró que la población informal tuvo una afectación muy fuerte. Lo mismo ocurrió con los negocios y los empleos informales que no pudieron acceder al apoyo estatal.
La tecnología ayudó mucho a restablecer la actividad productiva. Fue un soporte en el proceso de reinvención que tuvimos que hacer en muchos aspectos y también nos mostró que debemos profundizar el trabajo en transformación digital.
Este 2020 también mostró la fortaleza del tejido empresarial y eso nos da argumentos para enfrentar de forma optimista el próximo año en el que tendremos tantas tareas por realizar.
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