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Ministro Valencia participó en la apertura de la Conferencia palmera
En el primer día de la décimonovena Conferencia Internacional sobre Palma de Aceite, un evento organizado cada tres años, organizada por Fedepalma, el presidente ejecutivo del gremio, Jens Mesa Dishington, explicó cómo está Colombia en materia de sostenibilidad e innovación en el cultivo de palma.
Mesa Dishington recordó que América representa el 7% de la producción mundial de aceite de palma, siendo el segundo continente de más producción con 4.9 millones de toneladas. El continente asiático lidera con el 88% a nivel global, donde se estima que Indonesia, en 2018, producirá cerca de 38 millones de toneladas; seguido de Malasia, con 21 millones; luego Tailandia, con 2,8 millones; y, en cuarto lugar, Colombia, que llegará a 1,6 millones de toneladas, siendo el principal productor de América.
En el aspecto ambiental, sobresale el hecho de que los cultivos de palma se desarrollaron con un impacto mínimo de deforestación. En estudios sobre el porcentaje de expansión del cultivo de palma con deforestación entre 1989 - 2013, Colombia está en el segundo lugar con menor porcentaje, solamente superado por Tailandia.
El factor ambiental debe ir acompañado de la sostenibilidad económica, por eso se enfatizó el reto del cierre de brechas de productividad, en especial en los pequeños palmicultores. Para 2023 se han trazado la meta llegar a una productividad promedio de 5 toneladas de aceite por hectárea. “Para avanzar en este propósito, no podemos perder de vista que este es un negocio que está respaldado por un modelo empresarial y agroindustrial incluyente, en el que prima el enfoque gerencial y de mercado, que permita mejorar economías de escala”, expresó Mesa.
Otro reto que mencionaron tanto el director de Fedepalma como el director ejecutivo del Consejo de Países Productores de Aceite de Palma (CPOPC por sus siglas en inglés), Mahendra Siregar, fue en cuanto a la certificación RSPO, que tiene como meta promover la producción de aceite de palma con criterios de sostenibilidad ambiental, social y económica. “Nuestra meta es que en menos de dos años el 50% del aceite palma colombiano tenga una certificación de sostenibilidad”.
Por su parte, el ministro de Agricultura, Andrés Valencia Pinzón, destacó, al igual que lo hizo el presidente Duque, el papel del cultivo de palma en la sustitución de cultivos ilícitos. Agregó que la palma es un importante contribuyente del PIB agropecuario, con un 6,3%, y dio tres factores vitales para la consolidación de una palmicultura colombiana competitiva y sostenible. El primero es la construcción de una imagen diferenciada para el aceite de palma producido en Colombia, el segundo la innovación como motor de crecimiento del sector y, por último, la utilización de herramientas para administración de los riesgos climáticos y de mercado.
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