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La Guajira, Sucre, Atlántico, Magdalena y Chocó son los departamentos que tuvieron mayor prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o grave
El Dane y la FAO presentaron los resultados del estado de inseguridad alimentaria en Colombia para 2022. Según el reporte, 28,1% de los hogares tuvieron prevalencia de esta condición, es decir, por cada 100 hogares, 28 tuvieron que disminuir la calidad y cantidad de los alimentos consumidos al menos una vez.
El panorama es más crítico para aquellos que presentaron inseguridad alimentaria grave o severa, en este caso la cifra es de cinco de cada 100 hogares. Durante 2022, estos experimentaron restricciones severas en el acceso a alimentos, por lo que uno de sus integrantes pasó un día entero sin comer o no tuvieron acceso a comida en algún momento.
“De la misma manera que sucede con otros indicadores socioeconómicos, en las cabeceras hay condiciones un poco mejores que en las zonas rurales”.
“Las regiones rurales son más vulnerables en seguridad alimentaria a pesar de que son las zonas donde se producen los alimentos y se desarrollan los cultivos”.
El informe también compara la prevalencia de inseguridad alimentaria en las cabeceras municipales con las áreas rurales, es decir en centros poblados y rural disperso. El reporte mostró que 27 de cada 100 hogares urbanos experimentaron inseguridad alimentaria moderada o grave, mientras que en hogares rurales las cifra fue de 33 por cada 100.
En el total nacional, la prevalencia de inseguridad alimentaria grave fue de 4,9%, en las cabeceras llegó a 4,5%, y en los centros poblados dispersos fue de 6,1%.
La Guajira es el departamento donde hay mayor prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o severa, con 59,7%. En este ranking le siguen Sucre (47,9%), Atlántico (46,1%), Magdalena (45,3%), Chocó (43,2%) y Cesar (41,1%). En estos departamentos más de 40 de cada 100 hogares tuvieron dificultades para acceder a alimentos en cantidad o calidad suficiente durante 2022.
Los departamentos que contabilizaron menores incidencias de estas condiciones fueron Caldas (14,6%), San Andrés (17,2%), Quindío (17,3%) y Risaralda (17,5%). En estas regiones, de cada 100 hogares, entre 14 y 17 presentaron inseguridad alimentaria moderada o severa.
El informe reveló que la inseguridad alimentaria crece con el tamaño de los hogares, en especial en aquellos que tienen dos o más personas. Mientras que la prevalencia de inseguridad alimentaria es de 24 de cada 100 hogares conformados por una persona o dos, para aquellos con cinco o más personas el número aumenta de 40 a cada 100.
Este análisis también mostró que, de acuerdo con la tipología de hogares, aquellos que son monoparentales son los que tienen mayores prevalencias de inseguridad alimentaria, con 33 de cada 100, mientras que en la categoría ‘otros’, que incluye a los no familiares y familiares sin núcleo, la afectación se da en 30 de cada 100. En este listado los hogares biparentales ocupan el tercer lugar, con una prevalencia promedio de 27,1% y luego están los unipersonales, con 24%.
Otro factor que influye, según el reporte, es la presencia de menores, adultos mayores o personas de cinco años y más con discapacidad. En aquellos hogares que tienen al menos un menor de edad de cinco años tiene una probabilidad de inseguridad alimentaria moderada o severa de 36,5%, frente a aquellos hogares que no tienen menores en esa etapa de vida, que promedian 26,7%.
Los resultados de la Encuesta de Calidad de Vida mostraron que la prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o severa es mayor en hogares cuya jefa es mujer, con 31 de cada 100, ya que en la jefatura masculina el valor llega a 26 de cada 100.
Este comportamiento se presenta tanto en zonas rurales como urbanas, con una mayor prevalencia en hogares rurales con jefatura femenina, donde son 36 de cada 100.
Respecto a la edad del jefe para trabajar, la probabilidad de inseguridad alimentaria moderada o severa es igual en hogares con jefaturas jóvenes o adultos, en 29 de cada 100 hogares, aunque se reduce levemente en hogares en cabeza de adultos mayores. La tendencia es igual en centros poblados-rural disperso.
Según la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica, una minoría de la población tiene garantizada la seguridad alimentaria. “En una situación de crisis económica, en donde la persona tiene poca capacidad adquisitiva, lo primero que se reduce en cantidad y calidad son los alimentos. Tenemos un desafío de logística en esquemas de comercio diferentes a los que hoy tenemos, no puede ser totalmente regulado, porque tendría efectos no esperados que terminarían en una inflación mayor en la comida”, dijo.
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