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El instituto estadístico realiza las observaciones a estas cuentas, sin embargo, analistas piden su inclusión en el sistema nacional
El surgimiento de la pandemia del covid-19 en 2020 puso en evidencia lo que era un secreto a voces: el impacto económico del cuidado.
Un rubro de la economía del que ya se había hablado anteriormente, tuvo un repunte con las publicaciones del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, encargado de la medición de la cuenta satélite sobre el trabajo doméstico y del cuidado no remunerado, Tdcnr.
Según los datos de esta encuesta, la producción del Tdcnr representó $426,29 billones en precios corrientes en 2021 y estuvo por encima de sectores tradicionales como construcción ($145,9 billones); administración pública ($302,7 billones); comercio al por mayor y al por menor ($426,1 billones) e industria manufacturera ($470,1 billones).
Estos números arrojan otros resultados sobre el impacto de esta labor en las mujeres, quienes aportaron 75,9% del valor agregado por el trabajo doméstico no remunerado, por el 24,1% de los hombres.
De hecho, en las categorías en las que más contribuyeron las mujeres fueron suministro de alimentos (27,1%); limpieza, mantenimiento y reparación del hogar (21,3%) y cuidado y apoyo de personas del hogar (13,6%).
Sin embargo, una de las críticas más frecuentes que se le hace a la medición es su largo periplo entre una edición y otra, así como la profundidad de la misma.
Y es que la entidad, según la Ley 1413 de 2010, tiene un plazo de máximo tres años para la elaboración de una nueva edición. Por ello, desde su implementación, el reporte del Tcndr ha sido presentado en tres ocasiones solamente, siendo más reciente la correspondiente para 2021.
Esto, además, trae señalamientos sobre la adecuada medición de la economía del cuidado, por parte del Dane. “La Ley decía que debía entrar a las cuentas nacionales, pero el Dane no hizo eso; creó una cuenta satélite pero por fuera de las cuentas nacionales, lo que no está en las cuentas nacionales no se reconoce como productivo y el Estado ni lo regula, ni lo vigila ni le asigna recursos”, planteó Cecilia López Montaño, economista y exministra de Agricultura.
En cambio, en caso de ser incluido, se estimula al mercado para que se genere una oferta de servicios y bienes que mejoren la calidad del cuidado.
Cecilia López elaboró un ejercicio donde se simula la inclusión del sistema de cuidado como parte de las cuentas nacionales del país y su contribución al desarrollo económico.
La economía del cuidado aporta 20% del PIB, según los cálculos actuales y, al catalogarlo como un sector productivo, se convierte en un aspecto importante del mismo Producto interno Bruto. De acuerdo con el modelo, si se abre hacia el mercado se incrementaría hasta 28,3%, mientras que en caso del Estado subiría hasta 39% del peso de la economía. En caso de un sistema mixto sería 33,7%.
En cuanto al valor agregado, en caso de que sea asumido por el mercado, este se incrementaría en todos los sectores con excepción del sector terciario, mientras que en el caso de que lo proponga el Estado, solo el mismo sector del cuidado y el sector terciario incrementarían su valor.
“Pensar en que el Estado deba asumir todo el cuidado es absurdo porque tendría que asumir 20% del PIB, por lo que tendría que pagar impuestos imposibles para la gente”, aseguró López.
Ante esto, la exministra se mostró en desacuerdo con la idea que promueve el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de la Igualdad, de centralizar el sistema de cuidado que, a todas estas, solo es una pequeñísima parte de una problemática amplia de fondo.
“A este análisis de los sistemas de cuidado, les falta una dimensión económica, y un reconocimiento, de que la esencia, para que el cuidado ocupe, el lugar que toca, es que sea un sector del desarrollo, tan importante como educación y salud, y que borre la idea, de que las mujeres son las cuidadoras naturales”, complementó López.
Con la llegada del primer gobierno de izquierda, se reforzaron algunos de los conceptos sociales del país. En el Plan Nacional de Desarrollo se planteó la creación del Sistema Nacional de Cuidado que, entre otras, busca articular una política estatal, a través de dependencias como el DNP o el mismo Dane.
A través de estas entidades, por ejemplo, se busca estructurar y dimensionar los alcances de la política pública. Además, también se busca regular el sistema del cuidado como actividad productiva en los entornos y áreas rurales.
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