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En el Caribe, la producción manufacturera tuvo una variación de 1,4%, en el segundo trimestre de 2017.
La producción industrial no tuvo un buen primer semestre si se tiene en cuenta que, contando la refinación de petróleo, sector que aporta cerca de la mitad de la producción del país, se contrajo 1,5%.
En el caso de las regiones más importantes del país, la situación no es distinta, pues según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), solo dos zonas del país lograron que sus actividades crecieran, a pesar de que fue de una manera muy modesta.
La primera es el Caribe, donde la producción manufacturera tuvo una variación de 1,4%, en el segundo trimestre de 2017, principalmente por las industrias químicas, los minerales y los productos alimenticios.
Las confecciones, por su parte, fueron la única industria que impulsó el crecimiento del Eje Cafetero, donde la producción tuvo un alza de 0,1% en el período.
Aunque solo ese sector creció, la directora de Invest In Pereira, Carolina González, destacó que esta región tiene el tercer mayor crecimiento dentro del PIB nacional (4,5%), con un aparato industrial diversificado.
“El Eje Cafetero está ubicado en medio del triángulo de consumo entre Bogotá, Medellín y el Valle del Cauca, lo que le permite acceder a cerca de 76% del PIB nacional y 56% de toda la población”, dijo González, al tiempo que destacó que esta zona cuenta, a parte de la agroindustria y textiles, un crecimiento en la metalmecánica y las industrias 4.0, entre otras.
Son estas mismas dos regiones las únicas que durante todo 2017 han estado en terreno positivo (2,2% y 0,4%, respectivamente), mientras que las otras no han podido levantar cabeza, con Medellín liderando el desplome.
La industria antioqueña, según registró el Dane, tuvo una contracción de 10% en el segundo trimestre, al igual que en Bogotá, donde la variación fue negativa en 8,9%.
José Roberto Acosta, profesor del Cesa, explicó que este desempeño de las actividades empresariales está directamente relacionado con el crecimiento del PIB, donde las capitales no han podido destacarse en lo que va de este año.
Por ejemplo, de las 14 actividades manufactureras que se revisan en Bogotá, solo una creció: la producción de bebidas. El resto tuvo caída de hasta de 20% (fabricación de vehículos y curtido de cuero).
A los Santanderes tampoco les fue bien, en parte afectados por la crisis fronteriza, factores que desestimulan el consumo y limitan a su industria a los alimentos. El Valle, por su parte, tampoco despegó en lo que va del año. En el trimestre se contrajo 1,7%; y para el período entre enero y junio, la caída sumó 2,4%.
“El deterioro económico se ve más claramente en las zonas urbanas y ahí sí coincide con el aumento del desempleo en las 13 principales ciudades”, afirmó Acosta, quien añadió que “si no existe una política nacional para estimular el crecimiento, diferente al incremento del gasto público”.
Valle, con la mayor cantidad de sectores activos
Aunque no logra crecer, el Valle del Cauca tiene la mayor cantidad de actividades industriales en terreno positivo. En esta región hay cinco industrias con buenos resultados: la molinería y productos de panadería, los jabones y los detergentes, el papel, los medicamentos y la química básica. En contraste, la región con menos sectores es Bogotá.
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Galvis fue, en su momento, integrante del Comité de la ONU contra la Desaparición Forzada entre 2015 y 2019 y magistrada especial de la JEP