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Por ejemplo, la industria, que parecía iba a ser uno de los motores económicos para este año y que iba a poder aprovechar las ventajas de un dólar caro, ya se ha ido desgastando.
En producción cayó en los dos primeros meses del año 2,7%, en ventas 3,1% y en ventas internas 3%. Esto, ya que según explica el profesor de economía de la Universidad Javeriana Guillermo Sinisterra, “a Colombia le hace falta una política industrial, bien sea escogiendo sectores estratégicos por su alta generación de valor agregado y empleo, o bien sea manteniendo tipos de cambio competitivos para que los sectores mas preparados se beneficien”.
Adicionalmente, los productos parecen no ser competitivos, ya que los costos de transporte y logísticos son muy altos, señaló Javier Díaz, presidente de Analdex.
Por otra parte, al semestre enrarecido que nos espera toca sumarle la caída de la confianza del consumidor, la cual se desplomó al nivel más bajo desde 2009, ubicándose en 2,3%, por la caída de las expectativas, otro de los motores de la economía. Esto, no permitiría que el sector productivo colombiano, que se podía beneficiar por el desincentivo de compras en el exterior, pueda aumentar sus ventas. Siendo así, la expectativa promedio de crecimiento del PIB es solo de 3,53%.
En el lado de los exportadores, a pesar de que se deberían ver incentivados a aumentar su producción porque el tipo de cambio es mas competitivo, y se espera que continúe así por el resto del año, grupos como agricultura, ganadería, fabricación de papel, cartón y fabricación de maquinaria y equipo, tuvieron un mal desempeño en los dos primeros meses.
Solo lograron vender US$6.008 millones, mientras que en 2014 la cifra había sido de US$9.080 millones. En palabras de Rafael Mejía, presidente de la SAC, “el aumento de precio de los productos importados, sumados a la poca inversión en el sector, hacen que la rentabilidad de la actividad baje. Además, el costo país es una de las razones por las que no se puede avanzar”.
Con esta perspectiva, la construcción parece ser el salvador, ya que por un lado genera muchos mas empleos que los hidrocarburos, lo que deja la proyección de desempleo todavía en un dígito para terminar el año, 9,5%.
Finalmente, analistas esperan que la inflación esté por encima de la meta del Banco de la República y se ubique en 3,4%, lo que en el mejor panorama permitiría que los productores vendieran sus productos a un precio más alto, sin embargo, en un país con salarios rígidos y poco capital este seria un efecto plausible.
Problemas de orden público tampoco ayudan
Las huelgas en Cerro Matoso y en Ecopetrol tampoco ayudan a la situación de la industria del país. En la primera el cese de actividades pone en peligro la producción de 50.000 millones de toneladas de ferroniquel anuales que produce la mina. Lo que deja en un peor escenario a este producto, el cual ya había disminuido 16% en 2014. Por otra parte, los constantes interrupciones de la Unión Sindical Obrera (USO), no solo en Ecopetrol sino en otras petroleras del país, “afectan al Gobierno, su economía y al desarrollo regional, ya que con estas actividades no solo se impactan las operaciones de las empresas, sino la actividad laboral de cientos de personas que aportan al desarrollo de las zonas”, señaló Rubén Darío Lizarralde, presidente de Campetrol.
La opinión
Jaime Humberto López
Presidente de Asobolsa
“La correlación que hay entre acciones, petróleo y dólar es alta, por lo que ahora solo esperamos leves alzas hasta final de año”.
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