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En la última década, 67% de las ventas externas fue del sector mineroenergético, todo sumó US$530.000 millones. Sin ese negocio extractivo habrían sido US$172.539 millones
La diversificación de la canasta exportadora ha sido la meta de varios gobiernos y pese a que en la última década se ha avanzado, los productos mineroenergéticos y tradicionales siguen jalonando las ventas internacionales.
Las cifras de 2011 a 2021 muestran que el país ha exportado más de US$530.083 millones, incluyendo mineroenergéticos como el petróleo, el gas o el carbón, que representan 67% de ese total, dice el Dane.
Pero, ¿qué pasaría si este rubro no estuviera en las exportaciones?. Habría que restarle US$357.544 millones y la cifra total se contraería hasta US$172.539 millones, lo que dejaría una vacante para algún sustituto fuerte. ¿Existe?
“Colombia se aproxima a 750.000 barriles de petróleo equivalente al día, se está despachando la mitad y EE.UU. es el principal referente para compra de crudo. Quitarlo implicaría recomponer esa torta exportadora buscando qué otros productos llegarían a ese nivel de magnitud y que Estados Unidos los compre”, explica Oscar Manco, CEO de Trust Investing.
Por ahora, los productos fuertes de la canasta exportadora en la última década serían el café sin tostar con 15,3% de lo vendido (US$26.326 millones); el plástico y sus manufacturas con 9,4% (US$16.639 millones) y las flores con 9% (US$15.480 millones).
Sin embargo, lo que históricamente se ha vendido en el exterior, hace parte del primer eslabón de la cadena productiva, y al carecer de valor agregado, explican los productores, es difícil que su precio alcance niveles más altos. Estos productos son vistos como materia prima y no como producto final.
“El valor agregado es una de las críticas. Enviamos el cacao a Europa y nos devuelven las barras de chocolate de alta denominación. Eso podría ser un ejercicio interesante en la entrega de valor agregado de los productos que exportamos, pero eso en el corto plazo tampoco reemplazaría el petróleo”, añade Manco.
Mauricio Reina, economista e investigador de Fedesarrollo, comenta que hay otro factor a tener en cuenta y es que Colombia es uno de los países de América Latina que menos exporta, si se mide como porcentaje del PIB o en términos per cápita, con lo que el problema sería incluso más estructural.
Datos del Banco Mundial muestran que para 2021 las exportaciones de Colombia como porcentaje del PIB fueron 16,3%, el más bajo de Sudamérica, seguido por Argentina y Brasil con 18,3% y 20,1% respectivamente.
“Es el resultado de no haber colonizado mercados externos, de no saber exportar y de la ausencia de una clase exportadora. Lo que más hicimos fue explotar el mercado venezolano hasta 2008, pero de resto es muy limitado el potencial exportador. No es decir ‘voy a aumentar flores, plásticos y café’, sino en preguntarse qué se necesita para generar nueva oferta exportable diversificada y competitiva”, explica Reina.
Para el economista lograr esto requiere una política de desarrollo productivo y trabajar en el aprendizaje exportador de muchos empresarios para que no tengan miedo de salir del mercado nacional y además genere unas ganancias llamativas frente al mercado doméstico.
¿Competitivos sin petróleo?
Hace unos pocos días, precisamente, durante el Foro LR ¿Hacía dónde crece la economía? El director de investigaciones económicas BTG Pactual, Munir Jalil, recalcó que la receta para ser más productivos ya existe y se ha conocido durante años. Sin embargo, el verdadero punto a evaluar es en qué se ha fallado, si pese a saber las respuestas no se ha podido aplicar.
“No es algo de ahora o de este Gobierno. Los sectores sabemos que tenemos que crecer, abrir mercado, mirar, por ejemplo hacia Asia, tener un buen nivel de exportaciones para pagar las importaciones que nos permiten generar PIB. No podemos matar la gallina de los huevos de oro”, añadió en su momento.
Por esta misma línea, Manco recalca que al no haber una alternativa tan fuerte actualmente, es necesario mantener una política responsable de exportación de crudo, al menos durante los próximos 10 años, a la par que se persigue la transición (que ha sido una de las banderas del Gobierno actual).
“Durante ese tiempo se puede reconocer qué tipo de productos o servicios con valor agregado podrían empezar a reemplazar esa torta. Hay oportunidades en los servicios fintech, la programación, pero que siguen siendo una parte mínima de lo que se exporta”, dijo.
Retos fiscales
Como bien explica el analista, en caso de que las exportaciones mineroenergéticas desaparecieran o no representaran más de la mitad de lo que vende el país, habría que, primero, fortalecer otros productos o servicios para que lleguen a ser tan rentables (o al menos se acerquen) y, segundo, buscar más mercados que estén interesados en lo que se ofrezca.
Una oportunidad que ha estado en el sonajero este año es Venezuela, a al espera de un restablecimiento de relaciones comerciales y la reapertura de la frontera.
Se estima que la venta al país vecino podría alcanzar US$6.500 millones (superando años en los que era el principal socio comercial), sin embargo ese proceso se demoraría.
“Nosotros éramos exportadores de alimentos, de textiles, de materia prima hacia Venezuela, pero no sé hasta que punto se pueda llegar a reemplazar ese 60%. El petróleo, por ejemplo, al ser un producto tan determinante dentro de la canasta exportadora, representa para los ingresos de la nación una cantidad de regalías, dividendos impuestos que son importantes para las finanzas públicas. No solo es el panorama exportador, sino cómo aliviamos las finanzas públicas que no recibirían estos fondos”, precisa el CEO de Trust Investment.
Frente a lo que dice Manco, si se elimina este rubro de las exportaciones y en general de la economía local, al país no solo le quedaría un ‘hueco’ en los bolsillos en materia de ventas, sino que también perdería unos $8,33 billones anuales, que fue el recaudo en regalías por hidrocarburos y minería reportado durante 2021.
“Colombia puede tener un potencial en textiles, en minerales, en el agro, pero de aquí a que abarque ese nivel que deja el petróleo es imposible, muy a largo plazo. No tenemos las reservas para producir, por ejemplo, cobalto o níquel y otros países ya son fuertes en ello. La transición entonces debe ser en cómo pasamos de exportación bruta a una con valor agregado”, concluye el analista.
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