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El año pasado el dato por habitante creció $3,2 millones contra la cifra de 2020. Sin embargo, analistas advierten que puede resultar engañoso
En febrero, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) reveló que el PIB había crecido 10,6% durante 2021. Esta cifra, al desagregarse por persona, muestra que el crecimiento en fue de $3,2 millones.
De esta forma el PIB per cápita alcanzó $23 millones el año pasado, frente a $19,8 millones que hubo en el primer año de la pandemia. Esto supera también la cifra vista durante 2019, cuando fue de $21,4 millones.
Según estimaciones de Fedesarrollo, frente a 2019, la recuperación es de 102,8, sobre una base de 2019 de 100.
Sin embargo, en un entorno de desempleo creciente y profundización de la pobreza monetaria, ¿qué factores explican esta expansión del PIB per cápita?
Expertos consultados señalaron que esto se explica en parte por los mejores resultados de la economía, que tuvo un rebote frente a la caída que hubo en 2020 cuando se contrajo 7%.
Jorge Iván González, profesor de las Universidades Nacional y Externado, señaló que este resultado mejor es engañoso teniendo en cuenta que la economía ha tenido datos como el desempleo y la desigualdad con un aumento constante.
“Un tema que se debe tener en cuenta es que la desigualdad y el desempleo se han profundizado”, señaló el economista.
Frente a esto, Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, señaló que el PIB per cápita no muestra una mejoría en aspectos como el empleo o la pobreza. Este, como promedio, solo refleja el comportamiento de la economía. No obstante, lo que sí deja evidenciar es que frente al personal ocupado, el aumento del PIB sí es sustancialmente mayor.
Como consecuencia, hay un gran crecimiento en la productividad de los trabajadores colombianos, ya que hasta el año pasado aún había 1,2 millones de personas ocupadas menos que en la prepandemia.
Eduardo Lora, execonomista jefe del BID y exdirector de Fedesarrollo, señaló que este resultado es agridulce. Por una parte, señala esta mejora habla de una mejor productividad, aunque también muestra que el nivel de empleo tuvo un rezago frente al crecimiento de la economía.
Este crecimiento en la productividad también estaría explicado por la acelerada adopción de nuevas tecnologías. Mejía señaló que en temporadas de crisis es normal que la economía tienda a recuperarse más rápido que el empleo.
Ahora bien, que haya una mejora en el PIB dividido por cada habitante podría mostrar una mayor concentración de capital en un grupo de personas.
Jorge Iván González destacó que la pobreza ha venido creciendo y en 2020 la incidencia de la pobreza monetaria llegó a 42,50% de la población. El economista no es tan optimista y afirma que este crecimiento mostraría también una posible mayor concentración de la riqueza. Ante esto, Lora dijo que es posible que durante el año pasado sí se haya presentado este fenómeno.
Los economistas señalaron que un mayor PIB per cápita no necesariamente refleja mejores indicadores como el empleo que se irán recuperando hacia el futuro.
Las cifras de pobreza se conocerán en abril, cuando el Dane publique sus mediciones de pobreza monetaria y pobreza multidimensional. Estas permitirán evidenciar si el rebote de la economía también se reflejó en la incidencia de la pobreza.
Ambos protagonizaron un cruce en X por el manejo financiero del Gobierno Central, especialmente por el endeudamiento
El Dane señaló que en septiembre de 2023, las importaciones de las zonas francas crecieron 28,5%, registrando US$181,3 millones en septiembre de 2024