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El Pacto Histórico sigue generando mucho revuelo con su eslogan. Países europeos han avanzado en el llamado "estado de bienestar"
Una frase que se convirtió en eslogan de la ganadora campaña del Pacto Histórico a la presidencia fue la de "Vivir sabroso", que puede interpretarse de muchas maneras y hasta esta semana se siguió discutiendo. Algunos la cuestionan aludiendo a que pueda implicar no tener compromisos laborales, vivir con plata y con comodidades.
Otra aproximación puede tenerse si se mira el concepto de "estado de bienestar" en el que avanzan países europeos gestionados por gobiernos de izquierda, y con tintes que algunos expertos interpretan como una versión moderna de socialismo.
En varias oportunidades, la vicepresidenta electa, Francia Márquez, ha tenido que explicar la frase, “yo creo que nosotros de alguna manera hemos vivido sabroso, sin embargo, la política de la muerte nos ha arrancado esas posibilidades, nos condenó a vivir en medio de sufrimiento, del dolor, de la tristeza, de la desolación, a los jóvenes les impidió seguir viendo, a las mamás les quitaron el amor y la alegría de ver crecer a sus hijos”.
Y recientemente precisó que, con la elección, llegó el momento de "trabajar para vivir sabroso", descartando que la idea o propuesta no implique trabajar.
Una mirada es cómo se "vive sabroso" en países de primer mundo, donde estas palabras conectan con el respeto a derechos fundamentales como el de la vida, la salud, la educación, y valores como la igualdad de derecho con independencia de su género, identidad sexual, etnia o capacidades.
En Islandia, Noruega, Dinamarca, Suecia, por ejemplo, la discusión no está en si una persona debe tener o no la oportunidad de estudiar o trabajar, sino que sus políticas y visiones de largo plazo enmarcan todos sus esfuerzos por subir las tasas de bienestar de toda la población por igual.
Noruega, Islandia, Dinamarca y Suecia suelen estar en los primeros lugares de los estudios de la Ocde sobre los países donde se vive mejor. Esto teniendo en cuenta condiciones materiales de vida y calidad de vida, como: vivienda, ingresos, trabajo, comunidad, educación, ambiente, compromiso cívico, salud, satisfacción de vida, seguridad y equilibrio entre la vida personal y la profesional.
De acuerdo con el Better Life Index de la Ocde, en Noruega, el ingreso familiar promedio per cápita es de US$39.144 al año, cifra mayor que el promedio de la Ocde de US$30.490 al año.
En todos los indicadores se refleja un desempeño superior al resto de países. En términos de empleo, alrededor del 75% de las personas de 15 a 64 años de edad en Noruega tienen un empleo remunerado, cifra mayor que el promedio de la Ocde de 66%.
En Noruega, el 82% de los adultos de 25 a 64 años han terminado la educación media superior, cifra mayor que el promedio de la Ocde de 79%. En Noruega la esperanza de vida al nacer es de alrededor de 83 años, dos años más que el promedio de la Ocde de 81 años.
En Islandia, por tomar otro ejemplo, el ingreso familiar promedio per cápita también es mayor que el promedio de la Ocde. 98% de las personas creen conocer a alguien en quien pueden confiar cuando lo necesiten, cifra también mayor que el promedio. La participación electoral, una medida de la participación ciudadana en el proceso político, fue del 81% durante elecciones recientes, mientras que el promedio Ocde es 69%. Y en empleo, alrededor del 78% de las personas de 15 a 64 años de edad en Islandia tienen un empleo remunerado.
Expertos han debatido que esto no se debe exclusivamente a los modelos económicos en estos países, y habría que entrar a comparar muchos otros factores si se quiere contrastar con el caso colombiano. Pero puede verse en las cifras que a esto apunta la apuesta por el bienestar, que colinda con la idea de "vivir sabroso".
Mientras que en otros modelos las causas de la pobreza y la desigualdad se evalúan individualmente y al margen del impacto del sector privado, países con modelos socialistas, como Islandia, consideran estos padecimientos sociales resultado de problemas sistemáticos en la organización productiva. Por lo tanto, consideran necesario que su gobierno intervenga para contrarrestar las desigualdades provocadas por la concentración del dinero en pocas manos.
En 2021 el gobierno islandés invertía casi la mitad de sus ingresos (43%) y de su Producto Interno Bruto en ofrecer a cada uno de sus ciudadanos seguridad social y una educación suficiente para contar con un nivel de vida alto, sin importar su puesto laboral, de tal modo que los estándares de bienestar de la población fueran equitativos.
En cuanto al sistema político, en 2021, por primera vez en más de 60 años, la izquierda empezó a gobernar en los cinco países nórdicos, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia, países no solo admirados por sus indicadores económicos, sino por su amplio bienestar social o, como acá lo llamaríamos, "Vivir Sabroso".
En Colombia, en contraste, si bien viene avanzando, muestra un desempeño menor en promedio en ingreso, empleo, educación, salud, calidad medioambiental, relaciones sociales, compromiso cívico y satisfacción ante la vida. Tal vez por eso la propuesta de "empezar a vivir sabroso" caló tanto entre un sector del electorado.
"Si creen que porque soy una mujer empobrecida, porque me dan una casa presidencial, ya estoy viviendo sabroso, esta muy equivocada, es parte del clasismo en este país si lo miras desde ese lugar", respondió recientemente la vicepresidente electa Francia Márquez, y añadió que en realidad la frase se refiere a vivir sin miedo, a vivir en dignidad y con garantías de derechos.
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