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Los rubros como arriendos, servicios públicos, matrículas educativas, alimentos y bebidas tienen como punto máximo de incremento la inflación
Con el año nuevo también llegan nuevos precios, los cuales se van a fijar con el resultado anual de la inflación de diciembre de 2023, que quedó en 9,28%.
“El dato de diciembre es importante porque la indexación funciona con base en ese mes, todos los precios de 2024 que se fijan con base en la inflación del año anterior van a tener un referente de 9,28% y no algo más alto”, explicó Camilo Pérez, jefe de Investigaciones Económicas en el Banco de Bogotá.
Entonces, con esta cifra presente, hay que tener claro que hay rubros indexados a este resultado, se trata de arriendos y cuotas de administración, servicios públicos, precios de matrículas, peajes, alimentos y bebidas no alcohólicas, bebidas alcohólicas y tabaco, transporte, hoteles y restaurantes y servicios de salud.
Un caso particular es el de los peajes, porque se van a realizar dos incrementos este año, teniendo en cuenta que ya se firmó el decreto que incrementó las tarifas en 13,12%, es decir, el IPC del cierre de 2022, porque el incremento no se había hecho en 2023.
Se espera que el segundo incremento del año sea en julio, el cual sí correspondería al IPC de 2023 (9,28%). Sin embargo, este último incremento no ha sido confirmado.
Catalina Tobón, Head of Strategy, Responsable Investment and Economic Analysis en Skandia, explicó que “la gran mayoría de bienes y servicios se indexan a la inflación total, hay otros que se indexan al salario mínimo”. De hecho, Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria, destacó que “buena parte de la canasta familiar, más o menos entre 50% y 60%, de alguna manera tienen que ver con la inflación pasada”.
Tobón señaló que por esta razón se ven las mayores causaciones de la inflación en los primeros meses del año, “porque ahí es donde se ve el ajuste de los precios de los bienes y servicios”. Scotiabank espera que para enero y febrero de 2024 se cause entre 40% y 50% de la inflación de todo el año.
David Cubides, economista jefe de Alianza Valores, resaltó el rubro de arriendos, “es muy importante, porque pesa 20% de la inflación total. Otros claves son algunos servicios públicos, colegios y peajes”. Pérez destacó que en el caso de arriendos la indexación se da por temas regulatorios, “el dueño del inmueble puede aumentar el arriendo en hasta el valor de la inflación del año anterior, pero también se da por prácticas comunes”.
“Las medidas de desindexación serían favorables, un estudio del Banco de la República demuestra que cerca de 60% de los bienes dentro de la canasta están indexados, pero con una tradición histórica de indexación y con una inflación elevada es probable que se vean algunos ajustes importantes de precios”.
Con este punto coincidió Olarte, pues explicó que “la desindexación que anunció el Gobierno con respecto al salario mínimo seguramente ayuda, lo que sucede es que eso no pesa demasiado en la canasta del IPC, lo que más pesa es lo que está indexado a la inflación del año pasado; por ejemplo, los arriendos que pesan cerca de 26% en la canasta familiar”.
Y es que la desindexación no es tan fácil de aplicar, el analista de Banco de Bogotá señaló que cuando las personas revisan cómo aumentar los precios de los productos y servicios que ofrecen, lo primero que revisan es la inflación (9,28%) o el incremento del salario mínimo (12%), “y eso es muy difícil de romper, es un manejo anecdótico y común de la gente, eso básicamente está inmerso en el comportamiento de los agentes”.
No obstante, el comportamiento de los precios puede variar dependiendo de cómo esté la economía y más específicamente la demanda de productos y servicios. La analista Tobón resaltó que “depende de cómo se estén moviendo los inventarios, porque tú puedes querer ajustar todo a la inflación y eso pasa los primeros meses, pero si la economía va a un mal ritmo y la gente no compra esos productos, tú tienes que salir de inventarios con promociones y ahí se revierten esos incrementos de precios”.
En esa línea, la experta resaltó que se espera que este año “la economía tenga una menor inflación, pero también una caída importante”, entonces, el efecto de la desaceleración económica y menores presiones de demanda suavizan el efecto de la indexación.
Mientras que los rubros que seguramente no verán el impacto en los precios por el IPC son “sobre todo los bienes de la economía como los vehículos, los equipos de cómputo, celulares y ese tipo de cosas, que son más de mercado y que se ven más afectados por ejemplo, por la tasa de cambio o por la simple oferta y demanda”, explicó el analista Olarte.
Los combustibles también tienen un mecanismo particular, pues en el caso de la gasolina ya no se presentarán más aumentos, pero el Acpm probablemente sí seguirá incrementando su precio. Sin embargo, aunque algunas variables dentro de la estructura de precios se ajustan con IPC, el ajuste que más pesa es por el costo de oportunidad.
Para el cierre del año, Alianza Valores espera una inflación de entre 5% y 6%. Skandia también prevé 5%, mientras que Banco de Bogotá espera 6% y prevé que los servicios sean los que más tarden en bajar su inflación.
Al segmentar por ciudades, varias ciudades de la costa Caribe ocuparon las primeras posiciones entre las urbes con mayor inflación en 2023, impulsadas por variaciones mayores a 10% en la división de arriendos y servicios públicos, por el incremento en los costos de la energía. Valledupar (10,69%), Santa Marta (10,50%), Montería (10,48%) y Barranquilla (10,35%), fueron las cuatro ciudades con la mayor inflación en 2023 y que se mantuvieron en dos dígitos. Las de menor variación fueron Villavicencio (7,19%), Ibagué (7,79%), Popayán (8,02%) y Neiva (8,11%).
A principios de mes, el sistema tenía un nivel de llenado de 44,85% y una tendencia a la baja. Tominé estaba en 48,29% y Chuza 34,44%
Ricardo Bonilla confirmó que la entidad si está adscrita a la cartera económica, pero que esta no forma parte del Grupo Bicentenario