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Hasta 70% del agua en la capital se abastece por el Sistema del Chingaza, el mismo cuyos embalses están en niveles críticos
La crítica situación de los embalses de Chuza y San Rafael que integran el sistema Chingaza, principal generadora de energía de Bogotá, demandó de las autoridades tomar medidas de racionamiento del consumo del agua, el cual funcionará por horarios y zonas específicas y que se darán a conocer el próximo lunes.
De acuerdo con registros del Acueducto de Bogotá, hace 40 años no se presentaba esta situación, en el que los embalses de Chuza y San Rafael del sistema Chingaza hubieran alcanzado sus niveles más bajos, con 47 millones de metros cúbicos.
Si bien, ya estaba en curso una campaña de ahorro, el porcentaje esperado no cumplió con las expectativas y las lluvias tampoco llegaron del todo, debido al fenómeno de El Niño.
Así las cosas, la directora del Acueducto de Bogotá, Natasha Avendaño, señaló que es importante lograr 11% del ahorro para poder pensar en levantar las restricciones.
“Necesitamos duplicar ese ahorro voluntario, pasamos de 18 metros cúbicos por segundo a 17 y necesitamos bajar cerca de 16 metros cúbicos .Las zonas van a definirse teniendo en cuenta la operación del sistema. Este es un ahorro de 11% del consumo de la ciudad. No será toda la ciudad al tiempo. Anunciaremos las zonas para alcanzar ese ahorro”, explicó Avendaño.
La única localidad que no quedaría afectada por el racionamientos es Usme, debido a que cuenta con el embalse El Dorado que garantizará el suministro del agua para los habitantes de este sector.
Actualmente, los niveles del sistema Chingaza están por debajo de 18%. Esto, debido a la falta de lluvias, lo que ha retrasado el llenado de los embalses.
“Estamos dependiendo mucho de qué pasa con la hidrología, cuándo empiezan las lluvias, no solamente en los embalses, sino en la Orinoquía y Amazonía que nos lleva a alimentar el sistema de Chingaza. Estaremos en revisión para ver en qué momento vemos que se revierte la tendencia decreciente”, dijo Avendaño.
También habrá restricciones en los municipios de Cundinamarca: Chía, Tocancipá, Madrid, Gachancipá, Madrid, Funza, Soacha y Mosquera. “Pesa más la cultura ciudadana que el racionamiento. En el momento que los ciudadanos de Bogotá se den cuenta que el recurso del agua es limitado, se empieza a medir el gasto. Mantengamos el ahorro de agua, porque a futuro se puede complicar más”, explicó Jorge Escobar, especialista en hidrodinámica ambiental y docente de la Universidad Javeriana.
A la crítica situación que sortean las autoridades en Bogotá, se suma la preocupación de la Alcaldía de Medellín, donde se han realizado racionamientos en algunos corregimientos. “Estamos llegando a niveles históricos, los niveles de los embalses están muy bajitos. Hay zonas de corregimientos que dependen de humedales y de acueductos veredales que se han tenido que hacer algún tipo de racionamiento”, señaló el alcalde Federico Gutiérrez.
En Antioquia cuatro de diez embalses están 20% por debajo de su nivel; en la zona centro del país, tres de seis están sobre el límite, en Oriente, los tres existentes por debajo, siendo el más crítico los embalses de Muña y el Valle.
Así opera el sistema Chingaza que provee 70% del agua potables de Bogotá
Chingaza aporta 70% del agua que se suministra a usuarios en Bogotá y municipios. En el embalse de Chuza se almacena agua de ríos y quebradas del páramo de Chingaza. Esta agua almacenada es conducida por un túnel hasta la planta de potabilización Francisco Wiessner en el municipio de La Calera, ahí se potabiliza y se entrega a la ciudad de Bogotá. Solo 7% de las lluvias que se presentan en el páramo de Chingaza se descargan en el mismo páramo. El resto, viene de la Amazonía, Orinoquía, Caribe, Océano y Andina.
11%, es la meta del ahorro del consumo del agua que evitarán medidas más drásticas.
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