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El Dane destacó el comportamiento que se logró en el renglón manufacturero, que pasó de -1,8% en 2017 a crecer 2% el año pasado
El año pasado registró un buen balance para la economía colombiana en relación con 2017. Con una variación de 2,7% en su Producto Interno Bruto, el resultado de crecimiento de la economía se ubicó ligeramente por encima de las expectativas del mercado y del Banco de la República, que proyectaban, en promedio, un alza de 2,65%.
Este dato fue revelado ayer por Juan Daniel Oviedo, director del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), quien aseguró que un factor fundamental para este desempeño fue la recuperación de la industria manufacturera.
“Ese crecimiento de 2,7% tiene un elemento importante que es la recuperación de las actividades asociadas con las industrias manufactureras, que pasaron de contraerse a razón de -1,8% en 2017 a crecer a 2% en 2018”, aseguró Oviedo.
El director de la entidad resaltó el crecimiento de la fabricación de bebidas y alimentos, cuyo impulso de 4,4% se logró en el segundo trimestre, gracias a la mayor demanda de cerveza y bebidas alcohólicas como resultado del Mundial de Fútbol que se celebró a mitad de año.
“Los resultados sobre el crecimiento de 2,7% en 2018 deben propiciar un clima de optimismo alrededor de la economía colombiana y motivar a todos los sectores a continuar un proceso ya no de recuperación, sino de alcanzar cifras cercanas a 4%, hecho que puede ser posible con las buenas expectativas que se tienen para 2019”, aseguró Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi).
El líder gremial destacó también que la mitad de las 12 grandes ramas de actividad analizadas por el Dane registraron tasas de crecimiento superiores a la de la economía nacional, y que si bien este no fue el caso de las manufacturas, se debe seguir “diversificando y generando mecanismos de inversión que permitan tener una plataforma industrial cada vez más robusta, y así, generar más empleo”.
Aunque las manufacturas lograron una recuperación de 3,8 puntos porcentuales entre 2017 y 2018, Mauricio Hernández, economista de Bbva Research, destacó que aunque “la producción industrial retornó a terreno positivo en el balance de todo un año (...) su recuperación aún no se afianza, a juzgar por la desaceleración en el margen de su tasa de crecimiento en los últimos trimestres de 2018”.
El analista resaltó que la variación anual de la industria se redujo desde 4,4% en el segundo trimestre de 2018, a 3,0% en el tercero y 2,5% en el cuarto, e indicó que a pesar de la noticia positiva de 2018, “su tendencia reciente aún no refleja una tracción significativa y, además, su resultado aún se ubica por debajo del PIB total”.
Otro sector que se recuperó fue la construcción que pasó de un desempeño negativo de -2% en 2017 a un crecimiento de 0,3%. “Los resultados muestran un cambio positivo del PIB de la actividad porque acumulamos dos trimestres muy positivos el año pasado”, celebró Sandra Forero, presidente ejecutiva de Camacol, tras destacar el crecimiento de 4,4% en el área de edificaciones.
Frente a este sector, Oviedo explicó que “logró estabilizarse en los dos últimos trimestres del año, con unos crecimientos ascendentes entre el tercer y el cuarto trimestre, asociados con un repunte de la construcción de vivienda y una salida del estancamiento del sector de obras civiles a finales de 2018”. El director del Dane también comentó que esto se logró a pesar de las dificultades del ciclo político y del cambio de gobierno frente a la política de vivienda.
“El cierre de 2018 lo caracteriza una recuperación muy importante de algunos sectores fundamentales. La economía colombiana logró sacar de la crisis a las industrias manufactureras”.
“Se debe propiciar un clima de optimismo alrededor de la economía colombiana y motivar a todos los sectores a continuar un proceso ya no de recuperación, sino de alcanzar cifras cercanas a 4%”.
En cuanto a los demás sectores, destacan los resultados de Actividades profesionales, científicas y técnicas (5%), Administración pública y defensa, educación y salud (4,1%) y el alza de 3,1% en tres renglones: comercio, transporte, alojamiento y servicios de comida; información y comunicaciones y el sector financiero.
“Se nota la contribución del sector oficial que creció más de lo que creció la economía. A pesar de ser un año electoral se terminó generando una contribución importante”, destacó Diego Camacho, director de investigaciones económicas de Ultraserfinco.
El analista destacó también que no todos los crecimientos moderados son un mal mensaje. En el caso de renglón de Agricultura, que creció solo 2%, mientras que en 2017 el alza fue de 5,5%, Camacho explicó que es una desaceleración “comprensible, pues el crecimiento de 2017 está explicado por la baja base de comparación de 2016 y 2015, cuando tuvimos Fenómeno de El Niño. Entonces volvió a su media”.
En el caso de minas, la única actividad en terreno negativo (-0,8%), aseguró que “mejoró muchísimo el desempeño del sector de minas y canteras, que a pesar de ser negativo recuperó buena parte del golpe de años anteriores”, pues fue la que presentó la mayor recuperación, con una mejora de 4,9 puntos porcentuales frente a 2017.
Según el análisis de Alianza Valores, el comportamiento del año pasado trajo consigo el inicio de una recuperación económica, que ahora deberá consolidarse en 2019.
El Dane revisó la cifra de 2017
Otro de los anuncios que hizo ayer el Dane fue el ajuste del alza del PIB de 2017, que inicialmente se había presentado el año pasado como una variación de 1,8%. La entidad informó que se revisó la cifra, y que el crecimiento de ese entonces fue de 1,4%. El director de la entidad aclaró que esta situación se debió por una revisión que se hizo desde el enfoque del gasto en la economía, teniendo en cuenta que bajo las directrices de un país miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) “ya no hablamos de precios constantes, sino de series encadenadas por volumen”.
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Galvis fue, en su momento, integrante del Comité de la ONU contra la Desaparición Forzada entre 2015 y 2019 y magistrada especial de la JEP
