Rendimiento de la caña por hectárea bajó 14%, pero aún duplica promedio mundial

Datos del mercado de la caña ubican a Colombia dentro de los primeros 10 países productores de caña de azúcar; sin embargo, se ve enfrentado a retos en cuestiones climáticas y de seguridad en el campo, dos temas que fueron discutidos en la Asamblea Anual de Procaña.

Las cifras en el país alcanzaron 23 millones toneladas de caña producidas, 2,09 millones de toneladas de azúcar y 347 millones de litros de bioetanol a partir de la caña para 2022, según datos de Asocaña.

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Sin embargo, en el último periodo de producción nacional, el rendimiento de toneladas de caña por hectárea bajó 14%, en comparación con 2022, pasando de 127 t/ha a 118 t/ha y a 102 t/ha; pero, aun así, el rendimiento se ubica por encima del promedio mundial: 60 toneladas de caña por hectárea, pues el promedio del país está en 120 t/ha, según afirmó Martha Betancourt, directora de Procaña.

Desde Procaña afirmaron que la reducción de áreas cosechadas se presentó en las zonas norte y sur del valle del Río Cauca, por cuenta de las excesivas lluvias que afectaron la logística de cosecha desde 2021.

“El nivel de precipitaciones derivados del Fenómeno de La Niña se incrementó por encima de 25% del nivel promedio en los últimos 20 años, que había sido de 1.288 milímetros/año, pero entre 2021 y 2022, aumentó hasta 1.600 milímetros/año”, aseguró Betancourt.

Además, otro de los factores que afectó la productividad fue que más de 50% de las suertes cosechadas tenían menos de 12 meses de edad.

En este sentido, las condiciones climáticas cambiantes, son uno de los retos que el sector enfrenta para mejorar sus indicadores de productividad con la implementación de práctica sostenibles y la mejora en los diferentes procesos.

Sobre las acciones que el sector adelanta para hacerle frente al tema climático, se desataca la articulación con el Centro de Investigación de la Caña de Azúcar de Colombia, Cenicaña, con el cual se implementan estrategias para mitigar los efectos del exceso y falta de agua.

“La articulación con Cenicaña es muy importante, tienen un paquete tecnológico muy amplio desde hace 46 años. Tenemos sistemas de riego que reducen hasta en 50% la cantidad de agua para el cultivo, sensores de humedad y estamos trabajando en el programa Integra que le permite a los agricultores llenar indicadores en la nube sin ningún costo y saber en qué nivel de sostenibilidad están, pero lo más importante, le da un plan de acción para lograr llegar a mayores niveles”, afirmó Betancourt.

Otro de los factores que está influyendo en el sector es la seguridad en los territorios, un problema que viene desde hace más de una década y no es menor. Según comentó Betancourt, desde Procaña tienen registro que desde 2014 se han afectado más de 5.000 hectáreas por problemas de seguridad.

Las extensiones afectadas pasan a ser improductivas, pues los productores no tienen acceso a sus predios para realizar las actividades y tampoco los ingenios pueden entrar a realizar las cosechas, lo que no solo afecta el encadenamiento productivo, sino también los empleos que el sector crea, generando una pérdida de hasta 6.000 puestos de trabajo.

“El clima de inseguridad también afecta a los trabajadores, ellos viven en el sector rural y tienen que desplazarse hacia sus trabajos que es en el campo, y si tenemos temores en la ciudad, en el campo es peor. Hemos registrado y denunciado con las autoridades incursiones y robos en las fincas en donde los afectados son los trabajadores y sus familias”, aseguró Betancourt.

Sobre la inseguridad, el gremio afirmó que se realiza un trabajo articulado con la autoridad departamental del Valle del Cauca, pero que aún hace falta más apoyo desde el Gobierno Nacional con recursos para las regiones afectadas en esta materia, pues los flagelos que se viven en el campo superan la capacidad de acción local.