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La ciudad cerró con un balance de -13,3%, mientras que el índice nacional fue de -7,4%. Según Fedesarrollo, el paro y el desempleo afectaron percepción.
En 2019 la confianza del consumidor en el país cayó significativamente, pues el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) cerró en -7,4%, dato que en 2018 había sido de -0,5%. Lo que significó una baja de siete puntos porcentuales, según Fedesarrollo, cuya Encuesta de Opinión del Consumidor, reveló que Bogotá jalonó la caída en el indicador.
De acuerdo con Luis Fernando Mejía, director de la entidad, la razón principal para que se dieran los resultados generales fue el aumento sostenido del desempleo, que entre enero y noviembre -últimas cifras disponibles- llegó a 10,6%. Y, de mantenerse así, al contar diciembre, esta se convertiría en la tasa de desocupación más alta de los últimos ocho años en Colombia.
“La gente esta preocupada por el desempleo y los que trabajan temen quedarse sin trabajo este año. Entonces lo que hacen es protegerse a futuro reduciendo su nivel de consumo”, señaló César Ferrari, profesor de economía en la Universidad Javeriana.
Otra razón que generó la falta de confianza, según Mejía, fue la influencia del paro, dado que en noviembre el ICC cayó 14,4%, el nivel más alto del año. No obstante, en diciembre, cuando las movilizaciones mermaron, el índice subió a -9,5%.
Esto mismo se sintió en Bogotá, pues en noviembre había tenido un índice de -21,4% y en diciembre pasó a -13,7%. Así, en el año, la capital quedó con un balance de -13,3%. Pese a la reducción, esto jalonó los resultados de todo el país de manera negativa, dado que el promedio en Bucaramanga fue de -4,4%; en Medellín de -2,1%; en Cali de 2% y en Barranquilla, de 2,3%.
Según Mejía, esto se explica por la actividad económica de las ciudades, ya que, por ejemplo, la de la capital del Atlántico fue destacada en 2019. Sin embargo, otro factor influyente es el desempeño de los alcaldes.
“Usualmente hay una correlación entre el indicador de confianza y la favorabilidad que tienen los alcaldes a nivel local. Entonces no nos sorprende que Bogotá, con la desfavorabilidad que tenía Enrique Peñalosa, fuera la de menor confianza”, dijo.
Y agregó que, si bien las expectativas para 2020 son de mejoría, puede que los resultados no terminen el año en terreno positivo, pues se requiere que la economía del país realmente crezca por encima de 3,5%.
La desaceleración afecta a los más pobres
De acuerdo con la Encuesta de Opinión del Consumidor, el índice de confianza de las personas de nivel socioeconómico bajo fue de -8%, en las del nivel medio, -7,7% y en las del alto, -0,6%. Al respecto, Mejía señaló que hay una correlación entre la confianza y los ingresos de las personas, pues cuando hay desaceleraciones de la economía usualmente quienes más sufren son los estratos bajos y medios. Esto, dado que “ los estratos altos tienen otro tipo de activos, que son rentistas de capital y, en ese sentido, la confianza no está tan atada al ciclo económico”.
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