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El trámite de la reforma laboral y el lenguaje utilizado son dos ingredientes que no permiten un ambiente ameno para este año
Con noviembre exactamente a menos de una semana para iniciar, ya comienza a ‘calentarse’ la opinión pública con el tema del incremento del salario mínimo para el próximo año.
Aunque por lo general esta discusión se mantiene por el próximo bimestre, puede que este año sea la excepción a razón de las expectativas de que el incremento salga por decreto en una rápida resolución política.
Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, fue de los primeros actores del empresariado colombiano que se pronunció al respecto. Dijo que actualmente “este año son muy pesimistas” porque el Ministerio de Trabajo y la ministra Gloria Inés Ramírez “mostraron el talante de no gustarle la concertación”, reflejado en el proyecto de la reforma laboral.
En entrevista con La FM, el dirigente gremial agregó que “prácticamente no hay nada qué concertar, ni hay buen ambiente para lograr un acuerdo de salario mínimo”. El líder empresarial dijo que un incremento excesivo tendría un impacto negativo en la competitividad de las empresas y podría generar pérdida de empleos.
En esta línea también se mantuvo Jorge Enrique Bedoya, presidente de la SAC. “Nosotros siempre vamos con ánimo de concertar, pero para bailar se necesitan dos, y con lo que ha hecho la ministra con la reforma laboral, tratando de sacarla a pupitrazos y sin concertación, al menos con los que representamos a los generadores de empleo, pues francamente el ánimo para esta concertación no es el mejor”, remarcó Bedoya.
El dirigente gremial también remarcó el lenguaje utilizado por algunos ministros a la hora de referirse a los generadores de empleo. Esto se vio reflejado durante las últimas semanas con la eliminación de los artículos laborales del agro en la discusión de la reforma a este sector.
Además de las cuentas sobre el mínimo para el próximo año, los empresarios también echan papel y lápiz para conocer cuál será el impacto de la reforma laboral que retomará muy pronto su discusión en la Comisión Séptima del Senado.
Rodolfo Correa, presidente de Acopi, insistió en que un aumento considerablemente mayor del IPC, puede ser perjudicial para las Mipyme.
“Aumentar el salario mínimo por encima del IPC y sumarle a eso los costos de la reforma laboral y lo que implica una eventual reforma tributaria pondría en serios compromisos de estabilidad financiera a las Pyme del país”, mencionó Correa.
A diferencia de sus colegas, el empresario de la pequeña y mediana empresa dijo que sí ve ambiente para el diálogo entre las partes, a diferencia de la negociación del año pasado que se extendió hasta diciembre.
Todavía es muy pronto para afirmar cómo será el incremento del salario mínimo y los gremios no se atreven a entregar una cifra concreta sobre su propuesta. Sin embargo, de esta norma puede escaparse Acopi, quienes aseguran que el incremento no debe ser superior a 5,8%, cifra que en la que prevén terminará la inflación al cierre de 2024.
La ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez, entregó esta semana más detalles de lo que será la negociación del salario mínimo para 2025, y defendió la propuesta de continuar con el incremento del sueldo.
La titular de la cartera laboral dijo que la negociación debe centrarse en proteger el poder adquisitivo de los colombianos, algo que “han hecho en los últimos años con las medidas de indexación”, las cuales permitieron sacar de la pobreza a 1,6 millones de trabajadores en los últimos dos años del Gobierno de Petro.
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