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Expertos debaten si un mayor incremento salarial afectaría la recuperación de puestos de trabajo y subiría la informalidad
Un factor clave a la hora de concertar el salario mínimo para el próximo año es la inflación causada, que ha venido en aumento desde abril, luego del choque del paro nacional y tras alzas en los precios de los alimentos y de las materias primas, debido a factores internos y externos, como los problemas en las cadenas de logística internacional.
Las proyecciones del IPC ya se acercan a 5% para el fin de año y, con ese panorama, varios analistas consultados por LR estiman que el aumento salarial para 2022 estaría entre 6% y 6,5%.
“Dado que los niveles de precios van a crecer este año cerca de 5% y la productividad ha mantenido una senda creciente en lo corrido de 2021, la concertación del salario mínimo para 2022 se ubicará en niveles superiores a 6%, seguramente”, indicó Juan Camilo Pardo, analista económico de Corficolombiana.
En esa misma línea, Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria, agregó que “suponiendo que la productividad laboral es la que históricamente se tiene, se podría prever un incremento del salario mínimo entre 6 % y 6,5 % para 2022”.
Y es que el Banco de la República prevé que la inflación se mantenga por encima de la meta (4%) hasta mediados de 2022, un factor que impulsa un aumento salarial de la magnitud señalada pues, de otra forma, los trabajadores perderían parte de su capacidad adquisitiva, en medio de una recuperación de los ingresos de los hogares tras la pandemia.
“Normalmente dicho aumento en el salario mínimo debería ser al menos igual a la inflación, y en ocasiones incluso superior, pues de no ser así, las personas que tienen esta remuneración estarían perdiendo poder adquisitivo, al encarecerse los productos de la canasta básica de consumo a un ritmo mayor de lo que se incrementarían los ingresos obtenidos por dicho salario”, explicó Antonio Alonso González, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad El Bosque.
De llegarse a dar un aumento como el que proyectan los analistas, el salario mínimo pasaría de $908.526, a estar en un rango entre $963.038 y $967.580.
No obstante, los expertos prevén que, en medio de la concertación, se discutirá si un alza salarial de mayor magnitud puede afectar la recuperación de los puestos de trabajo, sobre todo luego del impacto de la pandemia en el mercado laboral que, incluso, se ha tardado más en recuperar que el nivel de actividad productiva.
“Es importante tener en cuenta la capacidad productiva de las empresas, un aspecto que va en línea con el dinamismo de la economía, debido a que si se aumenta el salario y no hay una demanda de personal o vacantes disponibles, se generará un efecto adverso en la recuperación del empleo”, indicó Jorge Castelblanco, CEO de Crowe Colombia.
No solo eso, los expertos también señalan que un aumento salarial de esa proporción podría aumentar los niveles de informalidad, teniendo en cuenta que la recuperación del empleo en el país ha estado marcada, precisamente, por la creación de puestos de trabajo informales.
“Puede aumentar la informalidad, ya que a algunos empresarios, en especial medianos y pequeños, les puede costar un poco más si no logran aumentar los precios de sus productos y servicios de la misma manera en que aumentan sus costos laborales, debido a un incremento muy elevado del salario mínimo”, dijo Olarte.
Sin embargo, a la luz de esta discusión se pone sobre la mesa el trabajo de uno de los ganadores del Premio Nobel de Economía de este año, David Card, que mostró que aumentar el salario mínimo no necesariamente conduce a menos puestos de trabajo. Aunque hay que resaltar que la investigación se realizó en Nueva Jersey, EE.UU., por lo que los resultados no se podrían extrapolar directamente en Colombia.
“El reciente galardonado con el Premio Nobel de Economía demostró en su análisis que la subida del salario mínimo no genera descensos en el número de empleados ni contribuye a la destrucción de empleo. Deberíamos reconsiderar esa falacia económica que se nos dice y se nos repite una y otra vez”, aseguró González.
Es así que, ad portas de que empiece la discusión, la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Laborales y Salariales (Cpcpsl) y el Gobierno Nacional estarán en una encrucijada, pues deben lograr un equilibrio entre no afectar la capacidad adquisitiva de los hogares y no ralentizar la recuperación del mercado laboral.
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