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Se estima que el pico de la cuarta ola se dará en la primera semana de febrero, por lo que esperan lograr más población vacunada
El pasado 14 de enero, durante el Puesto de Mando Unificado del Ministerio de Salud, el director de Promoción y Prevención, Gerson Bermont, fijó nuevas metas de vacunación, con el objetivo de que la población tenga más protección ante un posible contagio de covid-19 por la alta transmisibilidad de la variante Ómicron.
Se espera que para el próximo lunes 31 de enero 80% de la población objetivo para vacunar tenga mínimo una dosis, lo que equivale a 40,83 millones de personas. Según el reporte publicado ayer, 34,14 millones de personas ya iniciaron su esquema, por lo que, a seis días para terminar el mes, se deberían aplicar 6,6 millones de primeras dosis.
Para cerrar el mes también se espera que se completen 32,16 millones de esquemas de vacunación, lo cual es un poco más probable, dado que se deberán aplicar dos millones de dosis para llegar a la meta de 63% de personas vacunadas. En el caso de las dosis de refuerzo, lo que hace falta por aplicar es menor, pues con 700.000 se llegaría a la meta de 5,8 millones de personas al terminar el mes.
Pero estas metas en cobertura de la población ya han sido superadas en algunas ciudades o departamentos. Por ejemplo, en Bogotá la Secretaría Distrital de Salud informó que, con corte al 22 de enero, 89,7% de población meta de vacunación mayor de 12 años ya había completado el esquema.
No obstante, el distrito también se había fijado la meta de vacunar a 100% de los niños entre tres y 11 años para el 24 de enero, pero hasta el domingo 23, un día antes de iniciar las clases presenciales, solo se había vacunado a 62,6% de ellos con una dosis.
Pero estas cifras van más allá de cumplir con una meta numérica, ya que en realidad la vacunación se traduce en menos carga para el sistema de salud y menos muertes, las cuales, con la situación actual, han venido incrementando diariamente: el sábado 22 se reportaron 199 fallecimientos por esta causa, el domingo fueron 217 personas y el lunes la cifra ascendió a 237.
Ante el aumento, el PhD en Epidemiología de la Universidad de Antioquia, Jaime Ordóñez, aseguró que “esa cantidad de muertes diarias es un exabrupto, sobre todo por que estamos hablando de una enfermedad que es infecto contagiosa pero inmuno prevenible”.
Además, señaló que la sociedad no debería tener duda en que la vacunación es la mejor forma de tener menor riesgo de enfermar y morir, “la mayor parte de las personas que entran a los hospitales y de los que fallecen son no vacunados o con esquemas incompletos”, aseguró. Lo cual se respalda con el estudio de la Cohorte Esperanza de MinSalud, que concluyó que los no vacunados tienen de cuatro a nueve veces más riesgo de morir por Sars-Cov2 frente a personas con esquema completo.
Ordóñez indicó que en Antioquia se realiza una muy buena medición y, según sus datos, “desde que inició la vacunación, 8% de los fallecidos son vacunados y 92% son no vacunados o con esquemas incompletos”. Y se atrevió a pronosticar que si la variante Ómicron hubiera llegado hace un año, cuando no teníamos vacunas, las 748 muertes que se llegaron a dar en un día, hubieran sido un número pequeño para lo que se hubiera generado con el nivel de contagio actual.
Finalmente, el especialista le sugirió al Ministerio que en el reporte diario de fallecimientos se diga públicamente qué porcentaje estaba vacunado y cual no, asegurando que, aunque hay mucha gente vacunada, no es suficiente, pues en esta ola los casos más críticos se van a seguir viendo principalmente en los no vacunados.
Y señaló que, con la velocidad actual de transmisión y de aplicación de vacunas, puede que se llegue a tener un máximo de cinco muertes diarias por covid en el segundo semestre de 2023.
Así, lo que impediría bajar más rápido el número de muertes son las personas no vacunadas, “hasta que no sigan aumentando las tasas de vacunación no va a disminuir el número de fallecidos. Tenemos que hablar de la ola de los no vacunados”, una afirmación que está en línea con lo que había dicho el secretario de Salud de Estados Unidos, Xavier Becerra, el pasado viernes: la situación actual es “casi una pandemia de los no vacunados”.
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