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"Aquí estamos hablando de que Colombia fue una de las economías que menos decreció el año pasado, en una recesión mundial"
Unas elecciones presidenciales y de Congreso polarizadas, la llegada de un cuarto pico de covid-19 y una nueva variante, ómicron, que podría significar tanto el comienzo del fin de la pandemia como su prolongación, y un crecimiento económico inusual, pero con los nubarrones de una alta inflación y un desempleo que no termina de ceder, hacen que 2022 sea un año lleno de expectativas.
En medio de este panorama de incertidumbre, el presidente de la República, Iván Duque Márquez, entra en la recta final de su mandato.
En entrevista con Colprensa hizo un balance de gestión en materia económica, de seguridad y de salud, entre otros, y habló de los retos que le quedan para el resto de su periodo.
¿Cuáles son para usted las prioridades en este año que comienza?
Yo creo que seguimos con varios objetivos. Primero, sigue avanzando la vacunación masiva en el país. Esto no puede parar. Y también, en el año 2022, tener la primera producción de vacunas nuevamente en Colombia. Además, que siga la reactivación económica, que sigamos manteniendo buenos niveles de crecimiento, que tengamos una recuperación del empleo totalmente prepandémica (ya estamos muy cerca), que podamos seguir dinamizando nuevos sectores, y algo que también es muy importante en ese frente: seguir profundizando la agenda social, ingreso solidario, el programa de devolución del IVA, la educación universitaria técnica y tecnológica pública gratuita, el estímulo a la generación de empleo. Y yo diría que los dos últimos grandes frentes son seguir profundizando Compromiso por Colombia, entregar 15 vías de cuarta generación en el primer semestre del año 2022. Y, desde luego, a eso lo tiene que seguir acompañando una agenda de seguridad robusta donde le sigamos poniendo fin a los Símbolos del Mal y sigamos consolidando las menores tasas de homicidio y secuestro que haya visto Colombia en las últimas cuatro décadas.
Usted mencionaba el crecimiento que es el más alto en 115 años. ¿Cómo garantizar que ese crecimiento se mantenga y no sea simplemente un ‘efecto rebote’ de la pandemia?
Primero, nunca hubo efecto rebote, eso es una verdadera reactivación. Aquí estamos hablando de que Colombia fue una de las economías que menos decreció el año pasado, en una recesión mundial, y es una de las economías que más crece en el mundo y está ranqueada, según una publicación bastante reconocida en materia económica, como la economía número uno en materia de reactivación. Entonces, la expectativa para el año entrante es crecer por encima de 5%, lo cual nos sigue ubicando entre las economías con más perspectivas de crecimiento para el año 2022.
Eso, desafortunadamente, no se ha reflejado del todo en el tema de desempleo. En la anterior entrevista que tuvimos mencionó que espera que a finales de su gobierno ojalá con cifras de desempleo de un dígito,
Veamos dónde estamos hoy versus el año pasado: prácticamente hemos recuperado más de 90% del empleo que se perdió durante el año 2020 como consecuencia de la pandemia. Y cerramos el año con la cifra de noviembre de 10,8%. Sobre esa premisa, estaremos muy cerca para lograr en el año 2022 situarnos ojalá por debajo de 10%.
¿Teme usted que el alto incremento en el salario mínimo y la inflación que está desafortunadamente alta, puedan afectar ese crecimiento en el empleo?
Yo creo que hay dos cosas sobre esa consideración. La primera, la inflación en este momento es un fenómeno mundial, no es un fenómeno de Colombia, viene más por fenómenos exógenos, como han sido los altos costos de fletes de logística y la escasez de contenedores para abastecer distintos mercados del mundo. En el caso colombiano, nosotros logramos el mayor aumento real del salario mínimo en casi 50 años, y se hizo sobre una premisa y era también darle ese reconocimiento al trabajador y recuperar ese estímulo al trabajador y se hizo de la mano también con el sector privado. Claro que nosotros estamos viendo presiones inflacionarios, pero la pregunta es: ¿entonces que la inflación la paguen los trabajadores? De ninguna manera, aquí tenemos que ser solidarios y tenemos que ser conscientes y logramos una meta histórica que yo la propuse en campaña, que era llegar al millón de pesos. Cuando usted se da cuenta, todos los aumentos reales acumulados del Gobierno que nos antecedió en ocho años fue 11,3% y el gobierno anterior, 2002-2010, fue 9,3% en 8 años. Aquí el acumulado, en cuatro aumentos que me ha correspondido a mí, es el 11,6%. Conclusión, este es el Gobierno que más ha fortalecido el poder adquisitivo de los trabajadores en nuestro país.
Uno de los efectos más graves que tuvo la pandemia fue en términos de igualdad, porque desafortunadamente afectó más a las personas de más escasos recursos. ¿Cómo se está recuperando esa igualdad?
Se la resumo en dos indicadores muy claros. Nosotros pasamos de alrededor de 3,3 millones de hogares beneficiarios de programas sociales a 9 millones de hogares. Esto es un aumento enorme de la red de protección social. Pero se lo voy a poner en un indicador aún más diciente: de todo lo que Colombia ha girado en programas sociales condicionados y no condicionados en los últimos 20 años cuando nacieron esos programas, en nuestro gobierno se ha girado 50%. Este es el Gobierno que más inversión social ha hecho en transferencias económicas para los más vulnerables, pero además es el gobierno que más ha expandido la red de beneficiarios de esos programas sociales, hasta el punto de que Jóvenes en acción pasó de alrededor de 126 mil a tener más de 540 mil jóvenes en acción y hemos logrado solamente en Ingreso solidario más de 3 millones de hogares beneficiados. Y ahí no estoy contando los 4,1 millones de empleados formales que recibieron subsidio de 40% o 50% del salario mínimo legal mensual a través del Paef.
Minsalud dice que el mundo está a meses de que el covid-19 se convierta en una endemia. ¿Cómo cree que esté la lucha contra el covid al final de su Gobierno?
La pandemia no ha terminado y no sabemos cuándo va a terminar. Lo más seguro es que pase a ser una endemia y la tengamos que enfrentar regularmente como ha ocurrido históricamente con muchas enfermedades. Pero en el entretanto, lo que nosotros le vamos a dejar a Colombia en agosto de 2022 es duplicar las unidades de cuidado intensivo, las encontramos en 5.400, van a ser más de 13 mil. Ya tenemos en este momento, cerca de 75% de la población vacunada con una dosis. Estamos próximos a llegar al 55% con dos dosis. Tenemos 3 millones de refuerzos aplicados en el país. Más de 3 millones de niños que también ya han recibido sus vacunas y vamos a dejar en Colombia nuevamente la capacidad de producción de vacunas a partir de los incentivos que creó la Ley de Vacunas que fue promovida por nosotros. Ya hemos saneado cerca de 8,9 billones de pesos de deudas históricas del sistema de salud, a través de la Ley de Punto Final. Hoy estamos teniendo más de 10 millones de consultas que son virtuales o domiciliarias versus un millón que teníamos cuando empezó el Gobierno. Hoy tenemos el pago al día de los residentes, después de que se aprobó la Ley del Residente. Tenemos 415 mil migrantes que están hoy en el régimen subsidiado de salud, que también es algo muy importante. Yo creo que estamos dejando un sistema de salud fortalecido y que además hay que agregarle algo y es que hoy hemos cerrado 11 EPS de mala calidad y hemos hecho el traslado de 6 millones de usuarios, que también es una promesa que hice en campaña. En conclusión, vamos a dejar un sistema de salud más fortalecido para enfrentar esta pandemia si continúa o cualquier otra pandemia que pueda surgir más adelante, pero sobre todo un sistema de salud que se ha fortalecido en todos los aspectos.
Teme usted que este cuarto pico de covid eche un poco atrás este esfuerzo de reactivación que hemos tenido. En Europa, ha implicado restricciones, cierres.
Fíjese que empezamos 2021 con unos picos muy duros en enero y febrero, inclusive una buena parte de marzo y después, cuando empezaron las aglomeraciones detonadas por muchas de las marchas, aún más, pero ni siquiera esa situación, que fue la más crítica que nosotros vivimos, afectó el proceso de reactivación de nuestro país. Es más, si no hubiéramos tenido los bloqueos, esta economía hubiera crecido al año a 12%.
¿Qué nos impide llegar a un nivel más alto de vacunación?
Vacunas hay de sobra. Nosotros decidimos llegar a 80% de nuestra población vacunada lo más rápido posible y vamos en esa dirección. En segundas dosis, veníamos avanzando con muy buena velocidad, pero nos dimos cuenta de que estaban llegando a unidades de cuidado intensivo personas mayores de 50 años que ya tenían dos dosis, pero que habían pasado más de 6 meses, entonces decidimos acelerar la dosis de refuerzo. Lo que nosotros esperamos es seguir avanzando hacia estos indicadores, pero hoy el problema no es de vacunas, hoy el reto es de brazos, que realmente la ciudadanía sea consciente que tiene que cumplir sus citas para la segunda dosis, que vacunarse es para protegerse y para proteger a los demás, que siendo gratuita, segura y masiva no hay ninguna razón para no vacunarse.
¿Ve necesario ser más estricto con quienes se están negando a vacunar?¿Llegar al punto de que se pongan todavía más restricciones para quienes no se vacunan?
Yo creo que va a ser necesario si no se avanza. En qué sentido: la ciudadanía hoy tiene que ser consciente de que no podemos jugar con la vida de otras personas. Vacunarse, tener sus dosis de refuerzo, es necesario para poder tener una interacción segura y además, esto no es solo un tema de Colombia, es un tema mundial. En la medida que hay rezagos en la vacunación, siempre va a haber más posibilidades de que haya nuevas mutaciones del virus. Hoy, por ejemplo, frente a ómicron, hemos visto que han aumentado los casos con mayor velocidad en el mundo, porque es mucho más transmisible, crece más rápido, pero también nos hemos dado cuenta que hasta ahora se ha visto menor intensidad en hospitalización y menores casos de fatalidad. ¿Eso qué demuestra? Que la vacunación está protegiendo a la sociedad frente a embestidas de nuevas variables. Entonces aquí hay que entender que vacunarse es un deber moral, es un deber ético y es algo que tenemos que cumplir todos los ciudadanos.
Si usted compara cómo estábamos frente a los grupos armados ilegales cuando llegó usted al Gobierno y cómo estamos hoy, ¿cuál es el balance?
Yo diría que hay varios indicadores: primero, se desmantelaron los Caparros, se desmantelaron los Pelusos y se desmantelaron los Puntilleros. Se desmanteló la estructura de mando del Clan del Golfo, se han golpeado los principales cabecillas de las disidencias en todo el país y fuera de eso, cuando nosotros miramos la tasa de homicidios acumulada 18, 19, 20 y 21, estamos cerrando este año con una tasa de homicidios agregada en lo que va corrido de este Gobierno que es la menor en cerca de cuatro décadas y hemos alcanzado la menor tasa de secuestro desde que existen esos indicadores. Tenemos además las mayores incautaciones de droga que ha alcanzado Colombia históricamente. Solamente este año destruimos más de 5.600 laboratorios y fuera de eso cumplimos la meta de erradicación que nos habíamos planteado en este gobierno. Y a eso también agregarle otra cosa: venimos dando golpes tan grandes como la captura de ‘Otoniel’, que debe ser extraditado cuanto antes. Entonces, yo creo que el balance nos muestra a nosotros que hemos tenido perseverancia, resultados y un fortalecimiento indiscutible de la Fuerza Pública.
Sin duda en el cuatrienio hay una reducción de homicidios, pero en este año comparado con el 2020 hubo un aumento. ¿Han hecho el balance a qué se pueda deber esto? ¿Es un problema de seguridad ciudadana, por ejemplo?
Primero, es que el año pasado tuvimos un año en el que la sociedad estuvo restringida en su movilidad y la economía estuvo limitada en su capacidad productiva, por lo menos una buena parte del año, pero esto no es solo en Colombia, en la gran mayoría de países del mundo se vieron fenómenos muy similares, sobre todo en muchos países de este hemisferio, en donde también existen retos grandes en materia de seguridad. Si nosotros vemos el comportamiento del hurto este año versus el año 2019, que es un año comparable, que es un año donde estábamos en plena actividad económica, casi todos los indicadores de hurto a la baja, y de hecho el homicidio en ciudades también ha tenido en una muy buena parte de ciudades una tendencia a la baja. Este año tenemos 286 municipios sin un solo homicidio. Entonces, yo creo que nosotros tenemos que seguir enfrentando esto y yo debo decir, nosotros veníamos con una tasa muy baja este año, por una reducción importante y tuvimos un aumento que se dio en las circunstancia de los bloqueos, de la limitación de la movilidad, del desorden que propiciaron muchos.
Pero sí hay una preocupación por la seguridad ciudadana. La gente se queja de robos en las calle.
Nosotros siempre tenemos que ser capaces de conciliar percepción con resultados. A veces hay mejores resultados que percepción. Mire en el caso de Bogotá, por ejemplo, Bogotá va a recibir en este gobierno el mayor aumento de pie de fuerza que haya recibido Bogotá de cualquier Gobierno. Nosotros vamos a dejar casi 22.000 efectivos en la ciudad y vamos a aumentar casi 4.000 policías en la ciudad. También tenemos que hacer algo mucho más pedagógico entre todos en el tema de riñas, esas riñas que se presentan los fines de semana. En el caso de Bogotá, la mayor cantidad de homicidios se presentan entre el viernes en la noche y la madrugada del lunes, la gran mayoría son por riñas y la mitad son con arma blanca o arma contundente. Entonces, ahí tenemos que seguir trabajando y sin lugar a dudas el año 2022 para nosotros también tendrá ese reto que será seguir bajando la tasa de homicidios.
¿Cree que la ley de seguridad que se aprobó en el Congreso contribuirá a eso?
Sin lugar a dudas. Es que lo que ha habido es desinformación. Por ejemplo, se aumentan las penas para el asesinato de un servidor público, llámese policía o cualquier otro servidor, pero se aumentan también las penas al que mate un periodista o al que mate a un líder social o al que mate a un defensor de derechos humanos, eso no lo dicen los que cuestionan ese artículo. La otra cosa, es duro con la reincidencia, limita el porte de arma blanca, limita además el uso de armas traumáticas al máximo, concentrándose en el monopolio de las armas en cabeza de la fuerza pública, fortalece los sistemas de sanción, busca un robustecimiento del sistema carcelario y penitenciario. Es una ley que responde a muchos de los clamores y necesidades que el país tiene. Hay quienes dicen que ahí se está castigando la protesta social. Falso. La protesta social pacífica es un derecho constitucional, ahí lo que se está sancionando con severidad es el vandalismo. Una cosa es la protesta social y otra muy distinta es incendiar buses o destruir infraestructura pública o limitarle los derechos a terceros. Yo creo que es una ley que es efectiva, que es necesaria y que responde al clamor ciudadano.
¿Por qué se incluyó ese tema de la legítima defensa privilegiada? ¿Eso es parte de una estrategia contra la delincuencia?
Porque es absurdo que si a usted se le meten los ladrones a la casa y usted se va a defender y va a defender a su familia y a su propiedad, la carga de la prueba esté en el dueño de la casa. Eso no puede ser. Es decir, ¿al dueño de la casa, aparte de que se ve amenazado le toca demostrar que defendió su propiedad ejerciendo un derecho? Eso no puede ser. En los países que tienen además ese fundamento, entre otras cosas, Estados Unidos. En Estados Unidos, la carga de la prueba está invertida y se defiende la propiedad privada y la legítima defensa. Es una ley que sanciona con severidad la invasión que se pueda presentar ilegalmente de predios, que también es un delito. Entonces lo que aquí se está buscando es defender la Constitución y la ley, defender los parámetros de la Constitución y la ley y hacerlo de manera efectiva.
Pero se interpretó esa norma como una especie de invitación a que sean los civiles los que se defiendan.
No señor, es todo lo contrario. Si usted está en su casa y entra un ladrón a su casa, usted tiene la posibilidad de defenderse legítimamente, porque nadie tiene por qué entrar a una propiedad privada de manera ilegal, nadie. Nadie puede entrar a su casa a robarlo mientras usted está en su casa y si usted tiene la forma de defenderse se defiende esa legitimidad como está contemplado en la norma. Eso es algo que en este país se necesita, entre otras cosas, para que dejemos de tener un sistema que muchas veces termina privilegiando es al hampón y no al ciudadano de bien. Aquí se está invirtiendo la prueba, es decir, el que se defiende en legítima defensa en su casa, ante una vulneración, no tiene que salir a demostrar que lo hizo en legítima defensa, tiene es que recaer la prueba con respecto al delincuente.
Hablemos de ‘Otoniel’. En una columna, el ex fiscal Néstor Humberto Martínez sugirió que se puede estar buscando frenar su extradición a través de la JEP. ¿Está de acuerdo?
Varias cosas sobre eso que me parece importante decir. Número uno: este gobierno no negocia con hampones. Esa ha sido una pauta desde el primer día. El ex fiscal Martínez deja claro en su columna cuándo se trató de negociar con esos hampones del Clan del Golfo, cuándo se creó además un decreto para otorgarle a personas funciones para negociar con esos hampones. No fue en este Gobierno. Y lo que yo sí puedo decir porque me correspondió trabajar de la mano del fiscal Martínez casi un año, yo vi un fiscal comprometido en la lucha contra el hampa. Néstor Humberto Martínez trabajando de la mano con nosotros, en independencia de poderes, pero colaboración armónica, ayudó muchísimo a enfrentar el Clan del Golfo y de hecho dimos golpes muy contundentes. Es que esta cacería de ese hampón, a nosotros nos tomó un tiempo largo e hicimos varios operativos y logramos de hecho desmantelar su estructura de mando, de hecho estamos extraditando a alias Nicolás, tenemos la hermana de él también lista para un proceso de extradición. Entonces él sale a decir ahora toda una serie de barbaridades, tratando de buscar canonjías, privilegios, pero ese bandido, esa sabandija, tiene que irse extraditado y después de que cumpla su pena por narcotráfico, que venga a cumplir las penas que tiene en nuestro país.
¿Pero coincide con Martínez? ¿Hay un intento por frenar la extradición?
Esos bandidos siempre están buscando fundamentos para no irse extraditados. Le tienen temor a la extradición, le tienen temor al calabozo en una cárcel federal en Estados Unidos y siempre buscan toda serie de artificios. Nada raro que los esté buscando este bandido, por eso hay que extraditarlo rápido. Por eso yo tengo confianza de que la Corte Suprema de Justicia obre con celeridad.
¿No le preocupa que pase algo parecido a lo que pasó con Santrich en su momento?
Nosotros tenemos todas las garantías en este momento de seguridad, tenemos toda la protección y tenemos el compromiso de la Fuerza Pública de que ese bandido se vaya en extradición.
Estamos en año electoral, en Medellín va a haber un proceso de revocatoria del mandato, ¿cómo garantizar que las elecciones transcurran en calma, en un momento en que hay demasiada polarización?
A mí ya me han tocado varias elecciones. A mí me tocó la de la consulta anticorrupción, salió bien. Las elecciones locales del 2019, salieron bien. Nos tocaron las elecciones de los Consejos de Juventud, salieron bien. Y trabajaremos para que el Plan Democracia les dé la garantía a todos los ciudadanos de expresarse libre y tranquilamente en las urnas. Y en lo que corresponde a los proceso de revocatoria, es que los procesos de revocatoria están en la Constitución y están en la ley y si se surten los trámites, se deben adelantar. ¿Qué se tiene que hacer por parte del Gobierno nacional? Garantizar que todo el andamiaje que apoya la labor de la organización electoral funcione de manera transparente y efectiva y que la organización electoral haga su trabajo. Así es como se ha hecho siempre y así es como lo tenemos que garantizar en el año 2022.
¿Esta experiencia de los Consejos de Juventud ha ayudado a que los jóvenes se sientan más representados?
Sin lugar a dudas y le voy a decir una cosa más diciente. Aquí salieron más de un millón doscientos mil jóvenes a votar. Sin ningún incentivo, no había reposición de votos para los candidatos, no había movilización de publicidad, no había la inversión que normalmente se hace en las campañas políticas. Es decir, se logró la más grande movilización política de la juventud colombiana, y si usted la compara con lo que fue la séptima papeleta, es casi la mitad de los votos de la séptima papeleta, pero únicamente entre jóvenes entre 14 y 28 años de edad, no hay un ejercicio tan bonito de empoderamiento de la ciudadanía juvenil como el que vivió Colombia, y hoy eso es un referente para el mundo porque hay voceros, porque hay personas que interpretan el clamor de los jóvenes y tienen el deber de participar y proponer para la formulación de políticas públicas.
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