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Actualización en cajeros, contabilidad y títulos valores, algunos de los asuntos.
El proyecto de ley para eliminar los ceros de la moneda colombiana arrancó, con algunos días de retraso, su tránsito hacia el Congreso de la República. El texto ya fue debatido por el Banco de la República, y ahora podrá ser radicado en el legislativo.
Aunque para el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, “la iniciativa ha tenido gran respaldo”, Asobancaria cree que no es el momento para llevarla acabo, por los altos costos del proceso para hacer el ajuste y enumeró siete retos que tendría la propuesta, en línea con las observaciones del mercado.
El primero tiene que ver con los aplicativos del sistema financiero, tales como la adecuación de extractos, estados de cuenta y certificados fiscales. A este punto se suma la necesidad de que los cambios, obligatorios con la eliminación de los ceros, requieren recertificación por parte de las autoridades.
El segundo reto está asociado a los cajeros automáticos, los cuales deberán actualizar el software para leer tres tipos de billete: la vieja familia, la nueva, y la que llegaría sin los tres ceros. “Un sistema multimoneda costoso y que redundaría en pérdidas de eficiencia y simplicidad”, destacó Asobancaria.
Mientras que el gremio consideró que “la medida resulta ser poco eficiente y costosa, tanto por los desafíos operativos como culturales que incorpora”, Sergio Olarte, director de estudios económicos de BTG Pactual, destacó “la necesidad de eliminar las cifras tan altas”, aunque también cuestionó si este es el momento adecuado, teniendo en cuenta que la adopción de la nueva familia va apenas en 30% de la meta.
El tercer y cuarto inconveniente son el redondeo y la dificultad de manejar dos unidades de moneda, porque las operaciones monetarias deberán hacerse con las dos denominaciones por algún tiempo.
Wilson Tovar, director de investigaciones de Acciones y Valores cree que, de manera eventual, podría “darse un ajuste de los precios al alza y puede tener acciones de inflación”, las cuales, según Asobancaria, dependerán de la velocidad del cambio en la moneda.
Además de esto, otro quinto pero es el ajuste a los sistemas contables de empresas, bancos, y todas las operaciones hechas, no solo hacia adelante, sino los históricos también, ya que son estos datos los que permiten los modelos de riesgo y las proyecciones de las entidades, por lo que sería necesario la reexpedición de títulos valores y certificados, un registro paralelo con las dos cifras, la migración de las bases de datos, entre otra serie de acciones que incrementarían el costo de la sustitución.
El sexto cuestionamiento sobre el cambio de los billetes es la actualización de los motores de riesgo para mantener la estabilidad del sistema. Finalmente, el gremio de los bancos consideró que habrá retos frente a la conversión de la moneda, que también requerirá convivir con las dos denominaciones. Tovar, por lo pronto no ve urgente la medida y la considera “un desgaste de recursos necesarios en otros sectores”.
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